OCTAVOS | COLOMBIA 1-1 (3-4) INGLATERRA
Las l¨¢grimas de James Rodr¨ªguez
El futbolista del Bayern sigue tocado de la lesi¨®n que arrastra durante todo el Mundial y no pudo ni estar en el banquillo. Tras el partido, comparti¨® una imagen desolado.
Las l¨¢grimas de James Rodr¨ªguez, solo en el banquillo colombiano despu¨¦s de que su pa¨ªs cayera en la tanda de penaltis contra Inglaterra, eran las l¨¢grimas de todo un pa¨ªs.
El sue?o colombiano, prolongado media hora por un cabezazo de Yerry Mina que forz¨® la pr¨®rroga cuando el tiempo reglamentario del partido hab¨ªa expirado, se esfum¨® en la tanda de penaltis y James llor¨® en el banquillo, el mismo en el que ni siquiera se hab¨ªa sentado, penalizado por una lesi¨®n en el s¨®leo derecho.
Llanto de impotencia en el jugador del Bayern de M¨²nich, l¨ªder de esta generaci¨®n, que no pudo conducirles en el campo a la victoria, aunque les empuj¨® desde la grada, presente en todo momento, como un estandarte que les deb¨ªa guiar.
"Nos falt¨® un jugador clave en la selecci¨®n. Es el jugador que m¨¢s importancia ha tenido en la creaci¨®n y la definici¨®n del equipo", asegur¨® tras el partido el seleccionador de Colombia, Jos¨¦ Pekerman.
El t¨¦cnico argentino consider¨® "determinante" al mediapunta y por eso lament¨® que no haya estado en las mejores condiciones durante el torneo y ausente en el partido definitivo.
James se convirti¨®, muy a su pesar, en el protagonista involuntario de la eliminaci¨®n de Colombia en el Mundial de Rusia contra Inglaterra.
Sin el jugador del Bayern de M¨²nich en el c¨¦sped, la selecci¨®n de Jos¨¦ Pekerman fue menos ordenada en la creaci¨®n ofensiva y eso se not¨® en el balance final. Colombia pele¨® con coraz¨®n, hasta el ¨²ltimo suspiro, hasta poner a Inglaterra contra las cuerdas, frente a la tanda de penaltis que tantas veces les hab¨ªa sido esquiva. Pero sin el orden necesario, sin la creatividad que aporta al juego su n¨²mero "10".
Apost¨® el preparador argentino por Wilmar Barrios en el puesto de James, pero el equipo no logr¨® trenzar juego, hacer saltar las alarmas de una Inglaterra que desde 2006 no superaba una eliminatoria en una fase final de una gran competici¨®n.
Extra?¨® el conjunto cafetero el toque de James, el temple que le da en el centro del campo, la sala de m¨¢quinas en la que se gestan las ocasiones colombianas.
Y a punto estuvo Colombia de marcharse de un partido mundialista sin marcar por vez primera en ocho duelos, de no haber sido por la intervenci¨®n prodigiosa de Yerry Mina en el minuto 93, cuando todo parec¨ªa perdido.
James trat¨® de ser un influjo positivo para sus compa?eros. Sentado en la grada, a pocos metros del banquillo, acompa?ado de Miguel Borja, ausente tambi¨¦n por lesi¨®n, el exjugador del Real Madrid fue al vestuario durante el descanso para mostrar el liderazgo que el edema menor del s¨®leo derecho le impidi¨® tener sobre el c¨¦sped.
Sin ¨¦l, Colombia fue m¨¢s plana, tuvo menos el bal¨®n, estuvo a merced de su rival, que aunque tampoco cre¨® mucho peligro, se llev¨® el premio por una controvertida decisi¨®n arbitral, que se?al¨® un riguroso penalti, el segundo que le pintan a Davinson S¨¢nchez en este Mundial en el que Colombia solo ha encajado tres goles.
Solo en el tramo final los cafeteros parecieron tener un golpe de orgullo que les llev¨® a so?ar con el empate.
James volvi¨® a alentarles de nuevo antes de la pr¨®rroga y en el breve descanso entre los dos tiempos de la prolongaci¨®n. L¨ªder, estandarte del grupo.
Vivi¨® tenso la tanda de penaltis, como al capit¨¢n al que han arrebatado su tim¨®n, sin poder guiar a los suyos a los segundos cuartos de final consecutivos.
Y llor¨® al final, porque el sue?o estuvo al alcance de la mano, quiz¨¢ a merced del empuj¨®n que un jugador de su car¨¢cter y personalidad pod¨ªa haberles dado hacia los segundos cuartos consecutivos de Colombia.