Gallego completa su obra con el ascenso del Espanyol B

Respira profundamente, con una sonrisa inevitable y con la camisa todav¨ªa empapada en el agua vertida por los jugadores. Sus jugadores. David Gallego lo admite: ¡°Me he quitado un peso de encima¡±. Mismo entrenador, e id¨¦ntico escenario, que hace justo un a?o, cuando el Espanyol B certificaba su descenso a Tercera. Pero sentimientos opuestos: el filial regresa a Segunda B a lo grande y Gallego completa su obra en un a?o insuperable para ¨¦l.

El t¨¦cnico regresaba precisamente este domingo al banquillo del filial blanquiazul, nada menos que para la vuelta del playoff de ascenso directo, despu¨¦s de una experiencia intensa que poco pod¨ªa siquiera imaginar hace un tiempo: el tramo final de Liga con el primer equipo, en el que sum¨® 13 puntos de 15. Gallego, cuyo Espanyol B ya termin¨® la Liga batiendo todos los r¨¦cords del Grupo V de Tercera (de puntos, 90, y de goles a favor, 74), comandaba este domingo el ¨²ltimo escal¨®n. La guinda. La goleada por 4-2 para materializar el retorno a Segunda B, ante un Compostela que de poco hizo valer el 0-0 de la ida en Santiago.

No se impusieron los gallegos, sino el equipo de Gallego. Y lo hicieron en virtud de un arranque espectacular, media hora de efectividad total. Cuatro minutos tardaron en adelantarse, con un derechazo de Iago Indias desde tres cuartos de campo, un golazo a la altura del ambientazo en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, colmada por 4.000 seguidores que no fueron m¨¢s porque no cab¨ªan: dos centenares se quedaron en la calle y tuvieron que seguir el encuentro encaramados a las vallas. El f¨²tbol aut¨¦ntico, el de siempre.

La guinda de Gallego fue tambi¨¦n la reivindicaci¨®n de un grupo de futbolistas que apuntan alto. Del gol de Iago se pas¨® al 2-0, en el 21¡¯, con una llegada del vertiginoso Pedrosa para que, en el segundo palo, rematara a gol Joselu. Solo cinco minutos despu¨¦s, arribaba el tercero desde la otra banda, con un bal¨®n que el omnipresente V¨ªctor G¨®mez pon¨ªa a la cabeza de Puado.

Empezaban los c¨¢nticos (como el propio ¡°David Gallego, lololol¨®¡±, con la misma melod¨ªa que se les dedica a Ra¨²l Tamudo o Gerard Moreno, curioso) y se justificaban las pancartas. El ¡°Contigo hasta el final¡± de la Juvenil o el ¡°Juntos hacia el ascenso¡± que despleg¨® la Curva. Ni siquiera el 3-1, un ob¨²s de Primo por toda la escuadra, amedrent¨® a los pericos, que en el 77¡¯ anotaban ya el cuarto e insalvable: Cristo, aprovechando un rechace con toda su alma.

Para cuando el Compostela, con m¨¢s orgullo que f¨²tbol, establec¨ªa el definitivo 4-2, Carde?osa en el 81¡¯, Sant Adri¨¤ ya preparaba su fiesta sin remisi¨®n. Su ¡°?Campeones, o¨¦ o¨¦ o¨¦!¡± y ¡°?A Segunda, o¨¦!¡±, culminado todo con una invasi¨®n de campo tras el pitido final y la indivisible uni¨®n en el centro del campo entre futbolistas y aficionados. Como la hubo entre los actuales jugadores del filial y quienes lo fueron, como Marc Roca y Melendo, que les esperaban en el t¨²nel de vestuarios para fundirse en abrazos.

Y Gallego. Quedaba Gallego. Objeto de casi todos los focos, de ¡®selfies¡¯ y aut¨®grafos. De un manteo de sus jugadores y del c¨¢ntico de la hinchada. ¡°Gallego, qu¨¦date¡±, le profirieron. "Todo lo que sea subir una categor¨ªa cuesta mucho. Hay que ganar y ganar, y si el partido definitivo no te va bien, te vas a casa. En el cuerpo t¨¦cnico seguiremos trabajando, intentando crecer. Intentaremos ser el a?o pr¨®ximo mejores que este a?o", respondi¨® ¨¦l, ya en la sala de prensa. Misi¨®n cumplida.