Uno en Lyon, otro en la historia
El Espanyol se convierte en el primer rival en ganar en Liga en el Wanda Metropolitano. Savic marc¨® en propia puerta y Baptistao sentenci¨®. Se lesion¨® Vitolo.
Escrito estaba. El equipo que en diciembre rompi¨® la racha de un a?o sin perder fuera del Atleti, en mayo iba a ponerle su nombre a su nuevo estadio: el Espanyol, primer rival en ganarle en ¨¦l en Liga, historia. Primero fue un disparo en el pie. Despu¨¦s uno al coraz¨®n: la pistola la empu?aba un ex. El Atleti nunca se encontr¨®. Ni con bal¨®n ni sin bal¨®n: una madre ante este Espanyol reencontrado con Gallego.
Simeone hab¨ªa dejado el palco desde el que vio el Atl¨¦tico-Arsenal, de ser un hincha. Estaba de nuevo a ras de hierba, de impoluto negro, sin sanci¨®n en Liga que le enjaule y con esa sonrisa que desde el jueves no se le iba de la boca. Poco a poco se la apag¨® el Espanyol. Porque sali¨® con ese reto: dejar su nombre en el Metropolitano, ser el primero en ganar en Liga. O en marcar. Que desde enero Oblak no recog¨ªa un bal¨®n de su red aqu¨ª. Gerard acechaba como pantera entre l¨ªneas, su equipo dominaba, con Darder crupier pero la amenaza de un gato de u?as recortadas.
Sonrisa no quedaba ninguna a la cara del Cholo en el minuto 11¡¯. Era un ce?o fruncido y un grito, a Thomas. En territorio prohibido, el ¨¢rea, no despejaba y obligaba a Gim¨¦nez a un vole¨®n. El enfado de Simeone fue tal que mand¨® a Sa¨²l calentar. Primer aviso. Thomas, ayer en su sitio, el centro, era el dibujo del inicio del Atl¨¦tico: impreciso, err¨¢tico, en ning¨²n momento c¨®modo.
El sistema rojiblanco sonaba a prueba, sonaba a Lyon. Tres centrales, Lucas entre ellos, inmenso, y las bandas para Vrsaljko y Filipe, que volv¨ªa. Y corr¨ªa como si no hubiese estado mes y medio fuera, como si hace mes y medio no se hubiera roto el peron¨¦. Se la puede llamar superhombre, aunque al principio la banda se le hiciera larga.
S¨®lo Vitolo le quitaba al partido el aire de pel¨ªcula Disney, tan de sobremesa de domingo, pero despu¨¦s de lanzar un latigazo a la porter¨ªa de Pau que se cruz¨® demasiado sinti¨® un pinchazo atr¨¢s. Pidi¨® el cambio. Debutar¨ªa Arona. El p¨²blico ya ten¨ªa dos futbolistas entre los que repartir sus ojos. Uno, ¨¦ste. Otro, su Ni?o, pen¨²ltima tarde juntos. Pero era como isla solitaria, desgajada del resto, no le llegaba un bal¨®n.
La respuesta del Espanyol fue de Gerard, siempre Gerard, luz entre la nebulosa de la temporada. Su zurdazo lo sac¨® Oblak con la yema de los dedos para enviarlo al palo. Siempre atento, San Jan. El partido en ese momento era un Atleti-Gerard. O un Lucas-Gerard y su amigo Darder. Todo lo dem¨¢s, un ir y venir de bal¨®n sin presi¨®n ni tensi¨®n. No lo animaba ni el beberse un bote de tabasco a chupitos ni la ¨²ltima p¨¦rdida de Thomas en la primera parte. Acab¨® en tiro de Baptistao, la foto a los primeros 45 minutos: flojo, flojo. Los 50.000 de la grada hab¨ªan resistido a las ganas de siesta. Valientes.
Segunda parte sin Gallego y con Sa¨²l
El segundo tiempo arranc¨® sin Gallego, lo expuls¨® el ¨¢rbitro, y con Sa¨²l. No era un segundo aviso para Thomas, era el cambio de Koke. Reparto de minutos. Tambi¨¦n, seguro, cosa de Lyon. Un revitalizador, el picante necesario para despertarlo. En siete minutos el partido era otro, ten¨ªa otro ritmo, otra energ¨ªa. Vrsaljko se incorporaba, Filipe recortaba metros a la banda, Sa¨²l sumaba dos ocasiones. Y llegar¨ªa el gol. Pero en la porter¨ªa de Oblak: Savic le prest¨® sus u?as al Espanyol. O su cabeza, m¨¢s bien, al desviar un tiro inofensivo de Melendo.
Trat¨® de buscar el Atleti el empate con centros laterales y chispazos de Arona, trat¨® de encontrarlo Simeone desde la pizarra: Filipe dejaba el campo, entraba Gabi, el equipo volv¨ªa a su 4-4-2. No cambi¨® nada. S¨®lo se llev¨® un susto al quedar tendido Oblak tras salvar un mano a mano de Baptistao, escurr¨ªrsele el bal¨®n en el suelo y el rechace convertirlo Pantera Moreno en un ob¨²s a su mano, a escasos mil¨ªmetros. Se levant¨® el portero, no su equipo. Baptistao, ese ex que ante el Atleti siempre es mezcla de Cristiano y Messi, lo ejecut¨®. La sentencia, lo escrito. El Atleti acept¨® su destino. Faltaban fuerzas para encararlo. La gasolina que queda es poca y cada gota tiene due?o. Lyon, Lyon, Lyon.