Una final para un h¨¦roe: Keylor

El Madrid vuelve al Himalaya. Por decimosexta vez estar¨¢ en la final de la Copa de Europa, de la que ha sido impulsor, garante, multiganador y emblema. Una vocaci¨®n universal que, en ocasiones, le ha hecho descuidar las tareas dom¨¦sticas y que le ha obligado a convertir la salida de emergencia en la Puerta del Pr¨ªncipe. Ya lo ha hecho cinco veces a lo largo de su historia y tratar¨¢ de repetirlo en Kiev, tras sortear al Bayern, enemigo de cabecera, un rival que le super¨® en todo menos en coraz¨®n. Un Keylor heroico le pone a tiro la Decimotercera,

A los tres minutos el Madrid hab¨ªa gastado la mitad de los ahorros. No necesit¨® calentarse la cabeza el Bayern. Meti¨® M¨¹ller un centro lateral, se crey¨® Ramos capaz de sacarla de tac¨®n y Kimmich acribill¨® a Keylor. En las tres eliminatorias de esta Champions el Madrid ha comenzado encajando un gol en el Bernab¨¦u, lo que viene a ser quemar la red antes de subirse al trapecio.

Lo que vino despu¨¦s fue de cine de aventuras, dos equipos desarmados sin la pelota por falta de costumbre y un partido agarrado por el lado del desenfreno. En esas se vio el Madrid porque le faltaba Carvajal y tuvo que colocar ah¨ª a Lucas V¨¢zquez, al que le pudo le instinto de subir y subir y le falt¨® contenci¨®n, y porque Zidane dej¨® fuera a Casemiro, que ha vivido momentos mejores pero que es el ¨²nico quitanieves del Madrid. La entrada de Kovacic desplaz¨® a Modric a la derecha. El croata carg¨® con el pico y la pala, que no est¨¢ entre sus cien mejores habilidades. As¨ª que el Madrid qued¨® descompuesto sin la pelota ante el Bayern, que nunca fue animal dom¨¦stico. No ha conocido el Bernab¨¦u equipo m¨¢s feroz, orgulloso, dif¨ªcil, arrogante, malencarado y, a ratos, maleducado. Un equipo invasor, imperialista y sin complejos que le gan¨® la iniciativa al Madrid y no le gan¨® la eliminatoria porque atr¨¢s se descontrola.

As¨ª que antes de que sacara el estoque, el Madrid le empat¨® en una jugada de 28? toques culminada por Benzema, en centro preciso de Marcelo cuando el Bayern se sent¨ªa ya mareado de perseguir sombras. El franc¨¦s remat¨® en territorio del nueve, lo que nunca ha querido ser aunque el dorsal pretenda desmentirlo. Su primer gol en m¨¢s de un mes.

As¨ª, qued¨® una pelea entre dos equipos con la guardia baja, intentando arreglar aquello a pu?etazo limpio, aguantando s¨®lo con la mand¨ªbula. Amenaz¨® m¨¢s el Bayern, con Thiago como motor fuera borda del equipo y James reclamando que hab¨ªa sitio para ¨¦l en el Madrid. Fall¨® un gol a puerta vac¨ªa, pero su ventanilla siempre estuvo abierta en el Bayern. Dej¨® un partidazo para reabrir el debate. M¨¹ller y Tolisso tambi¨¦n encogieron el coraz¨®n del Bernab¨¦u. Y Kimmich reclam¨® con raz¨®n un penalti por mano de Marcelo.

La chaladura de Ulreich

Al Madrid le cost¨® salir de la presi¨®n asesina de los muniqueses en la primera mitad, pero entre sobresalto y sobresalto, se plant¨® ante Ulreich, que acab¨® siendo la figura c¨®mica del encuentro. Porque con el Madrid jugando sobre el alambre el meta alem¨¢n dej¨® la jugada m¨¢s inexplicable en d¨¦cadas. Agobiado por la presi¨®n del Madrid, Tolisso le cedi¨® la pelota sin nadie en diez metros a la redonda y se cortocircuit¨®. Pens¨® en meter la mano, se arrepinti¨®, luego le peg¨® al aire con la pierna equivocada y acab¨® regal¨¢ndole el gol a Benzema. Un portero invisible en un lado y un portero heroico en el otro. Porque de inmediato Keylor adivin¨® el cambi¨® de trayectoria de un ca?onazo de Alaba que toc¨® en un defensa del Madrid.

En el equipo de Zidane s¨®lo hab¨ªan mejorado las expectativas, que no el juego. Y el Bayern sigui¨® siendo la misma fiera en ataque y una mar¨ªa a¨²n peor en defensa, desnud¨¢ndose atr¨¢s escandalosamente. En el tremendo tiroteo a Cristiano se le escaparon dos goles y James hizo el empate, en pleno acobardamiento del Madrid, que sin ox¨ªgeno, sin pizarra y devorado por los nervios, qued¨® en manos de Keylor y la providencia. El primero le sac¨® otro remate a quemarropa de Tolisso.

En plena agon¨ªa, Zidane busc¨® pulmones con Casemiro y Bale, pero la din¨¢mica del partido le llevaba ya a su ¨¢rea, al sufrimiento extremo, a una resistencia ca¨®tica. Y a su causa se sum¨® Heynckes quitando a James. Un favor. Ah¨ª se le apagaron las luces al Bayern y se le abrieron al Madrid las puertas de Kiev.

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