Las Palmas vuelve a Segunda tres a?os despu¨¦s y el Alav¨¦s se salva
El equipo vitoriano, con un doblete de Munir, Medr¨¢n y Sobrino, se llev¨® una clara victoria. Los insulares descienden matem¨¢ticamente dando una pobr¨ªsima imagen y con su afici¨®n de u?as.
Se acab¨®. Las Palmas ya es equipo de Segunda Divisi¨®n, y el Alav¨¦s celebra ya la permanencia en Primera. Aunque a¨²n quedan cuatro jornadas de liga, los grancanarios cierran as¨ª una temporada desastrosa, para olvido, no hay nada bueno. Toca lamerse las heridas, purgar pecados, hacer autocr¨ªtica. Descenso sin paliativos. Grande el Alav¨¦s, lanzado con Abelardo, salvado con toda solvencia.
Este partido, desde luego, se jugaba en la grada. Con Las Palmas sentenciada y el Alav¨¦s con la permanencia pr¨¢cticamente amarrada, la afici¨®n local se hizo notar, y mucho con enormes pancartas en contra de los dirigentes del club. ¡°Esta directiva nos trata como visitantes. Respeto por este escudo y nuestra afici¨®n¡± y ¡°1 min. de silencio por¡ Directiva sorda, prepotente, engrandecida y trapichera + Mercenarios arrastrando, humillando nuestros colores y escudo=afici¨®n avergonzada, abonados enga?ados y sentimientos ultrajados. DIMISIONES YA¡± se pudo leer en las gradas del EGC. ¡°Ram¨ªrez vete ya¡± bramaba la afici¨®n local al presidente del club, ausente un d¨ªa m¨¢s en d¨ªa de partido.
Pese a los silbidos iniciales, los locales sorprendieron con un juego alegre, propio de quien nada tiene que perder, ante un Alav¨¦s que se limitaba a esperar. Sin embargo, la primera ocasi¨®n del partido, en el minuto 7, lleg¨® desde las botas de Sobrino, que le gan¨® la espalda a G¨¢lvez antes de que David Garc¨ªa desviara un chut que pudo ser definitivos.
Poco o nada hizo Las Palmas en el primer tiempo, y eso que se lo jugaba todo, m¨¢s all¨¢ de un imponente chut de Javi Castellano en el minuto 28 que oblig¨® a Pacheco a lucirse.
La segunda parte no fue sino un funeral para la formaci¨®n local. Solo inquiet¨® cuando Etebo estamp¨® la pelota en el larguero tras un lanzamiento de falta, pero Munir hizo el 0-1 justo despu¨¦s, a centro de Wakaso, de cabeza y sin oposici¨®n. A partir de ah¨ª, funeral amarillo. La grada, sublevada contra el palco. Y su equipo, sin alma, sin ganas, sin f¨²tbol que ofrecer, acaso resignados. Por no tener, no ten¨ªa ni orgullo. As¨ª, el Alav¨¦s, con lo justo, hizo el 0-2 por medio de Munir, siendo de Medr¨¢n la estocada final del 0-3. El 0-4 de Sobrino hizo el escarnio local a¨²n mayor, si es que era posible.
La lluvia que sacudi¨® los ¨²ltimos minutos fueron la alegor¨ªa perfecta de una isla que llora por su equipo, castigada por sus gestores. Adi¨®s a la Primera Divisi¨®n. La traves¨ªa por el desierto se avecina dur¨ªsima.
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