Un Bayern con m¨²sculo, un Sevilla sin piernas en el Pizju¨¢n
El Sevilla, sin piernas y sin suerte. Los dos goles del Bayern, en dos despejes fallidos de Navas y Escudero. Har¨¢ falta una gesta en M¨²nich.
Las piernas le fallaron al Sevilla en lo que por minutos apunt¨® a noche m¨¢gica en Nervi¨®n y acab¨® en baj¨®n general (1-2). Este Bayern es mucho m¨¢s humano que el del triplete de 2013, pero conserva su condici¨®n de jerarca del f¨²tbol europeo, un estatus que le permite mantenerse en pie cuando se siente amenazado. Y que tiene esa pizca de fortuna que tradicionalmente acompa?a a los grandes, seguramente porque tambi¨¦n se la procuren. Estuvo el Bayern apretado con el gol de Sarabia. Ard¨ªa el S¨¢nchez Pizju¨¢n con el 1-0 y el Sevilla estaba incontrolable. Desatado y con esa fe y ambici¨®n que le ha dado estos meses Montella y que le permiti¨® avanzar hasta la final de Copa.
Fue entonces cuando Rib¨¦ry se asom¨® de puntillas por el pasillo del extremo izquierdo, ese en el que ha hecho diabluras toda su carrera. El que sufri¨® Espa?a en el lejano Mundial de Alemania o el que sufrieron Bar?a y Madrid en las semifinales de 2012 y 2013. El centro del franc¨¦s toc¨® en el pie de Navas. El 1-1 result¨® un alivio gigantesco para un equipo que hab¨ªa encajado un gol, se hab¨ªa salvado de otro de Sarabia, acumulaba una tarjeta clave (Bernat) y hab¨ªa perdido por lesi¨®n a Arturo Vidal. Rib¨¦ry volvi¨® a aparecer en la segunda parte para encontrar a Thiago, que clav¨® otro pu?al tambi¨¦n desagraciado para el Sevilla por el toque de Escudero. Pero por entonces, el Bayern ya s¨ª era superior. Gobernado por Javi Mart¨ªnez y el mismo Thiago, y ayudados por el buen pie de James, se hab¨ªa quedado con el bal¨®n. Sin Banega, y sin fondo de armario, el Sevilla empez¨® a acusar el terrible esfuerzo del partido del s¨¢bado. En el f¨²tbol de estos d¨ªas, jugar contra Bar?a y Bayern en un espacio de tres d¨ªas es una condena.
Volvamos al principio. Montella sorprendi¨® con David Soria en la porter¨ªa en vista del nuevo episodio de dudas de Sergio Rico contra el Bar?a. Su equipo, sin embargo, volvi¨® a resultar reconocible y audaz. El Bayern, que sali¨® sin Robben, pareci¨® algo sorprendido por el ambiente y la valent¨ªa de un equipo que explor¨® las debilidades de Kimmich en el lateral. Escudero, Mudo V¨¢zquez y Correa triangularon con determinaci¨®n y mientras todo el Bayern se volcaba hacia su derecha para defender las embestidas de los dos zurdos y el argentino, Sarabia campaba a sus anchas mano a mano con Bernat. Sarabia fall¨® un gol cantado. Zurdo, aunque con buen golpeo con la derecha, el golpeo de empeine no fue el adecuado para que cogiese curva. Minutos despu¨¦s se desquit¨® con un zurdazo fabuloso.
Ribery se puso el traje de bombero y apag¨® el fuego que empezaba a quemar a Heynckes en el banquillo. Lo que pas¨® en la segunda parte responde al cansancio acumulado y permite poner en la balanza la profundidad de las plantillas. El Bayern fue capaz de cambiar a un jugador por l¨ªnea (Rafinha, James y Robben), mientras que Montella, que lleva meses jugando con doce o trece jugadores y s¨®lo ten¨ªa fe a Muriel, permanec¨ªa inm¨®vil y sin reacci¨®n mientras la afici¨®n se lo com¨ªa pidi¨¦ndole cambios porque no tiene fe en el resto de la tropa. El Sevilla tuvo un ¨²ltimo aliento de orgullo llevado por su gente aunque quien le salv¨® fue Soria en un par de acciones, especialmente un parad¨®n a un mejorado Javi Mart¨ªnez. El resultado es un espanto en Champions y m¨¢s cuando espera la guarida de M¨²nich. Pero el resultado necesario es el mismo que en Old Trafford. Pong¨¢monos en la operaci¨®n milagro de M¨²nich.
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