La fragilidad del Almer¨ªa, una bendici¨®n para el Reus
Lekic, el mejor del partido, canaliz¨® todo el ataque local. Ren¨¦ sostuvo a los visitantes hasta el final. Soleri tuvo la m¨¢s clara para empatar en el 86'.
Con un Lekic como el de ayer, el objetivo de la permanencia deber¨ªa estar hecho para el Reus. El serbio cuaj¨® un gran partido, se ech¨® a su equipo a la espalda y, de haber estado m¨¢s acertado, habr¨ªa sentenciado el partido ¨¦l solo. Colabor¨® tambi¨¦n el despiste generalizado del Almer¨ªa, incapaz de sacar el bal¨®n jugado o de tirar bien la l¨ªnea del fuera de juego.
El conjunto andaluz presion¨® arriba al Reus, conscientes de que Lekic dif¨ªcilmente ser¨ªa capaz de ganarle la espalada a una l¨ªnea defensiva muy adelantada. No lo hizo al inicio, pero s¨ª que baj¨® absolutamente todos los balones a¨¦reos que le llegaron, y le gan¨® la espalda a Trujillo en el primer gol del partido. Un tanto que vino precedido de una concatenaci¨®n de errores de los visitantes, que permitieron al Reus habilitar a Yoda para que encarase a Ren¨¦. El meta visitante se precipit¨® en la salida y Trujillo no rechaz¨® el bal¨®n. Lekic, que dej¨® patente su olfato goleador, la empuj¨® al fondo de la red desde el segundo palo. La conexi¨®n del serbio con Carbia, de hecho, fue el principal argumento ofensivo del Reus mientras que en el Almer¨ªa Pozo y Alcaraz, con un disparo lejano, fueron los ¨²nicos que trataron de inquietar al Reus. Lekic, al borde del descanso, pudo marcar el segundo en una jugada personal.
El dominio local y la fragilidad defensiva del Almer¨ªa tuvieron continuidad tras los primeros 45 minutos, y otra vez Lekic goz¨® de dos acciones para aumentar la distancia en el marcador. Tambi¨¦n lo pudieron hacer Haro y Yoda (tras una magn¨ªfica jugada) pero Ren¨¦ sostuvo a su equipo. Con una l¨ªnea defensiva de cuatro (entr¨® Verza) el Almer¨ªa sigui¨® sin ser capaz de controlar nunca a los delanteros del Reus que perdonaron el segundo en numerosas ocasiones. Pese a ello los andaluces siguieron en el partido, y Soleri, en el 86¡¯, tuvo una opci¨®n muy clara para igualar el encuentro.