El infierno fue el Madrid
El equipo de Zidane desactiv車 al PSG en el inicio y lo hizo pedazos despu谷s. Marcaron Cristiano y Casemiro. Fue expulsado Verratti. El infierno se qued車 en la grada.

No se hizo el Madrid en siete a?os ni coleccionando gal芍cticos en un verano. Su obra es fruto del tiempo, del conocimiento y de la tradici車n, que en la Champions es el jugador n迆mero 12. Dej車 ese mensaje en el Parque de los Pr赤ncipes con el manual del campe車n: desactiv車 al PSG en la primera parte y lo descuartiz車 en la segunda poniendo de su lado la desesperaci車n ajena. Zidane no politique車 con la alineaci車n ni con el planteamiento. El Madrid tuvo m芍s sentido del juego y m芍s acierto. Y tuvo tambi谷n a Cristiano Ronaldo, su figura m芍s importante de la historia moderna.
Detr芍s de la humareda, las bengalas, las pancartas maleducadas, los mensajes subliminales y los que no lo eran tanto se escondi車 simplemente un partido, m芍s bajo de pulsaciones de lo esperado, como conven赤a al Madrid. El PSG amenaz車 con un ambiente turco en la grada y una descarga de tormenta alemana en el campo. El p迆blico cumpli車 su parte del trato, el equipo franc谷s no. Tard車 cuarenta minutos en susurrar sus primeras ocasiones y anduvo siempre un punto encogido ante un Madrid pleno de templanza, conocedor del oficio y de la competici車n de la que se siente cofundador y en cierto modo copropietario.
Zidane construy車 un once de alto o de bajo riesgo, seg迆n la 車ptica. Se permiti車 sentar a Bale y a Isco en aras de una alineaci車n m芍s proletaria, con Lucas V芍zquez y Asensio como exteriores de dos direcciones. Y no expuso la convalecencia de Modric y Kroos a ese vendaval que anunciaba el PSG y que no lo fue.
As赤 que el Madrid jug車 con inteligencia y sin chifladuras. Cogi車 a la primera que el PSG no estaba por descamisarse desde el pitido inicial y fue a buscar su salida de pelota a campo contrario. En ese manejo del tiempo y de espacio s車lo Verratti pareci車 estar a la altura del compromiso. Sobre el italiano se colg車 el equipo de Emery, al que la baja de Neymar desarm車 an赤micamente. Di Mar赤a es un buen polic赤a y el brasile?o es Batman, que dir赤a Sampaoli. Nunca sinti車 el Madrid esa sensaci車n de p芍nico moderado que le invadi車 en el Bernab谷u cuando Neymar pas車 a la acci車n.
En este escenario pasaron pocas cosas, la previsi車n m芍s optimista del Madrid. Kovacic y Casemiro endurecieron al equipo y la solidaridad del resto fue quit芍ndole emotividad al PSG, que anunci車 que tomar赤a el partido por el asa de la adrenalina y acab車 ech芍ndoselo al hombro desde el desconcierto. A迆n le falta para llegar donde lleva m芍s de medio siglo el Madrid. Pas車 la semana movilizando al pa赤s para nada. No se conoce ning迆n caso de equipo que acabar芍 clasific芍ndose con el 迆nico argumento de hacerse el ofendido.
De la resistencia a la sentencia
Acaso le falt車 al equipo de Zidane un punto de arrojo para cerrar el caso. Pudieron hacerlo Ramos, en un remate a bocajarro pero sin potencia que le sac車 Areola apuradamente, y Benzema, que perdi車 un mano a mano con el meta. La porter赤a le sigue provocando cortocircuitos. ?nicamente al final del primer tiempo sali車 el PSG de esas estreches. Lleg車 a cazar dos disparos cruzados que resolvi車 Keylor. El primero, de Di Mar赤a, al que los interesados elogios de la semana no convirtieron en Neymar, y el segundo de Mbapp谷, un crack a迆n en pr芍cticas.
Fue un indicio de lo que llegar赤a despu谷s. Porque con s車lo medio tiempo por delante, el PSG adelant車 su presi車n y le dio la salida que llevaba tiempo buscando el Madrid. Alves perdi車 la pelota ante Asensio con su equipo descolocado; el balear templ車 el muletazo esperando la llegada de Lucas V芍zquez, cuyo centro con la izquierda lo remat車 en el segundo palo Cristiano con la violencia de un ariete. Estos partidos, a estas alturas de la competici車n, le separan del resto. No hay mejor sprinter en la Champions que 谷l. Antes de marcar ya hab赤a probado su entusiasmo contagioso, su hiperactividad, que pisa su territorio.
Ah赤 acab車 el suspense. La acometida de r谷plica a la que se vio obligado el PSG tuvo un punto de sobreexcitaci車n que le cost車 la segunda amarilla a Verratti por vocear a Brych, un colegiado que pas車 sin inmutarse entre la cacerolada. La inercia, en cualquier caso, llev車 a los franceses al empate, en un rebote afortunado? que sonri車 a Cavani. Un minuto antes, Asensio, que fue solt芍ndose con los minutos, hab赤a estrellado un bal車n en el palo y poco despu谷s Benzema agrav車 su patolog赤a echando en saco roto otro mano a mano. El gol de Casemiro, con ayuda de Marquinhos, y las paradas finales de Areola dejaron una mejor foto del partido. El Madrid hab赤a ganado los cuartos y el PSG, s車lo la batalla de la propaganda barata.
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