Regres¨® la desilusi¨®n
Un Madrid con seis suplentes y poco apetito se qued¨® en blanco en Cornell¨¢. Gerard Moreno fue un peligro constante. Bale pinch¨® como nueve.Real Madrid - Barcelona en directo: Cl¨¢sico de Copa en vivo
El Madrid de la recuperaci¨®n dio paso en Cornell¨¤ a un equipo desali?ado, casi inapetente y desmochado. Cristiano es, a menudo, la ¨²nica vitamina a todas estas carencias. Marca, en ocasiones torrencialmente, y contagia. Sin ¨¦l y con seis suplentes, el Madrid regres¨® a sus fechor¨ªas de la primera vuelta. A ese banquillo menguante no pareci¨® importarle. A Bale, que huele a suplente en el Parque de los Pr¨ªncipes, tampoco. El gal¨¦s y el equipo pasaron la noche en blanco. Una noche que fue de Gerard Moreno, ¨¢ngel exterminador de un equipo ciclot¨ªmico.
Decretadas la operaci¨®n triunfo en el Madrid, el trastorno depresivo en el Espanyol y la alerta amarilla por una ola de fr¨ªo siberiano en Barcelona, las previsiones hablaban de nieve y partido spa para el equipo de Zidane. No se dio ni lo uno ni lo otro. El Espanyol encontr¨® siempre d¨®nde cobijarse, con muchas ayudas en defensa, sobrevivi¨® a la primera acometida del Madrid y se aventur¨® despu¨¦s a la contra con cierto ¨¦xito. A Gerard Moreno le cayeron dos antes del descanso: la primera, en error grueso de Varane en la salida de la pelota, se le fue a ¨¦l; la segunda, a S¨¢nchez Mart¨ªnez y su asistente, que vieron fuera de juego donde no lo hab¨ªa. Pit¨® antes de que el bal¨®n acabara en la red, pero ese gol era seguro. No fue el d¨ªa del colegiado, que poco despu¨¦s pasar¨ªa por alto un penalti por mano invasiva de V¨ªctor S¨¢nchez a tiro de Bale. Y s¨ª fue el d¨ªa de Gerard Moreno, premio a la constancia y a la combatividad.
En medio de la controversia qued¨® un partido en el que el Madrid fue de palo a palo. Zidane se ahorr¨® a Cristiano y a Benzema, exenciones preeuropeas ambas, y llen¨® el equipo de ocurrencias: Lucas V¨¢zquez, Isco y Asensio. El Madrid que viene. En permanente rotaci¨®n, le dieron la pelota al Madrid y le buscaron las zapatillas al Espanyol. Por delante qued¨® Bale, un extremo izquierdo con pretensiones no justificadas al que fuera de su banda no le ha salido casi nada: no entusiasm¨® a pierna cambiada, engatus¨® sin ¨¦xito a Ben¨ªtez como mediapunta y en Cornell¨¤ evidenci¨® que le falta colmillo para jugar de nueve. Es un buen exterior zurdo pero no un jugador anfibio.
El gal¨¦s perdon¨® en un cabezazo a dos metros de Diego L¨®pez y Varane otro a la salida de un c¨®rner, en un inicio en el que el Espanyol se vio encarcelado por ese Madrid de alta escuela al que le sobra la prestancia y le falta la constancia.
De m¨¢s a menos
Conforme pasaron los minutos el Madrid dej¨® ver su lado oscuro. Se aburri¨® de mandar sin premio y fue relajando sus rutinas defensivas de delante hacia atr¨¢s. Nacho sali¨® de lateral izquierdo, en partido de aclimataci¨®n para Par¨ªs, y se atrevi¨® poco en campo ajeno. Achraf fue el de siempre: un incordio en ataque y un problema en defensa. Pas¨® el Madrid momentos de apuro, dato para la reflexi¨®n con la vista puesta en Par¨ªs, especialmente a la vuelta del descanso. Duarte colg¨® un cabezazo del larguero y Gerard Moreno, que es m¨¢s de medio Espanyol, mand¨® una volea y un cabezazo a las manos de Keylor.
El cansancio le quit¨® elaboraci¨®n al Madrid y precisi¨®n a Isco. Su salida a paso de procesi¨®n tras el cambio son¨® a protesta silenciosa. El banquillo, esta vez, no estimul¨® a Benzema y lo vio Quique, que decidi¨® que el equipo acabase el partido con tres puntas y rondando el ¨¢rea de Keylor. Definitivamente los grandes envalentonan al Espanyol. El gol de de Gerard Moreno prob¨® eso y que hace mucho tiempo el Madrid vive entre la inopia y Par¨ªs.
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