Gameiro se afilia al gol
Marc¨® un golazo en el minuto 7 para terminar de sentenciar la eliminatoria ante un Copenhague con s¨®lo Sotiriou amenaza. Bien Vitolo. Gait¨¢n, primeros minutos desde noviembreFinal Europa League 2018: Marsella - Atl¨¦tico, ¨²ltima hora
Imagina que esa pelota es de las ¨²ltimas que Torres toca en el Atleti. Imag¨ªnatelo. Lo ves correr y lo piensas. Imposible, te dices. Pero puede. Es el ¡°no¡± de Simeone que empuja a pensarlo. Con todo decidido en la ida, el 1-4, con el Copenhague sin su portero titular Olsen, sin goleador Santander, no puedes evitarlo: buscar a Torres m¨¢s que al bal¨®n. Ese apellido que fue el nombre a la espalda en tu primera rojiblanca.
Los ¨²ltimos minutos de Carrasco los viste sin saberlo. Tambi¨¦n ante el Copenhague. Esa asistencia a Griezmann, all¨¢. Una semana despu¨¦s est¨¢ cerrando la maleta rumbo a China. Por eso buscas a Torres en el c¨¦sped. Despidi¨¦ndote, por si acaso. Que no sabes. Que en 2007 se fue pero sab¨ªas que pod¨ªa regresar, que lo har¨ªa, pero que ahora cuando se vaya ser¨¢ definitivo. Y muerde la nostalgia. De ¨¦l, de ti mismo.
De pronto los ojos te los llena Gameiro. Agarra un bal¨®n en el balc¨®n del ¨¢rea, gira sobre s¨ª mismo y lo empala con la izquierda. Trallazo, golazo. Si a alguien le ha sentado bien la llegada de Costa es a ¨¦l. Le ha quitado miradas de encima y peso en las piernas. Le ha devuelto el medio pie que le faltaba. Tercer partido seguido marcando.
El Atleti encadenaba ataques con Correa en la banda que iba a ser para Carrasco en un ir y venir atropellado y en la grada se cantaba por Simeone y Torres. Primero Ole, ole, ole. Despu¨¦s Lolololo. Ambos alto, los dos por igual. Como escrito, en ese momento, Torres casi a?ade el goool. Le busc¨® Correa, en otra llegada a la l¨ªnea de fondo, pero El Ni?o remat¨® con el exterior, f¨¢cil para Andersen. Sube el Lolololo. El Copenhague, con m¨¢s intenci¨®n que profundidad, logra meterse en el partido y detener la rampa a la porter¨ªa de Andersen con una ocasi¨®n de Sotiriou, de nuevo, con Fischer, su mejor jugador. Atr¨¢s Ankersen tapa como puede. Pero no puede con todo.
Y t¨² miras a Torres y ves que Juanfran bien. Que Vitolo no deja de pedirse el bal¨®n, con mucha movilidad, internadas y centros. Ese Vitolo que se te cuela en los ojos mientras t¨² sigues buscando a Torres. Ese Torres que convierte una p¨¦rdida de Koke en un gran pase picado a Juanfran. Ese Torres que remata de cabeza ante Andersen, buscando eso que no llega y que t¨² tambi¨¦n quieres, su gol.
El descanso trajo tres cambios. Solbakken se guarda a Fischer y Kvist pensando en su liga. Simeone saca a Sa¨²l por Koke, que ante el Copenhague tampoco. Comienza a ser costumbre. Su cambio. Empieza a preocupar. La segunda parte comenz¨® con Sotiriou tirando del Copenhague, pero volvi¨® a estamparse con Oblak, siempre atento. Despu¨¦s de que Vavro chocara cabeza con cabeza con Torres, y el p¨²blico volviera a cantar, Lolololo primero, Ole, ole, ole despu¨¦s, se present¨® al partido ese invitado inesperado, ese Gait¨¢n. M¨¢s fuera que dentro en enero, el hueco de Carrasco le abre una rendija. Participativo y con buenos minutos en los minutos en los que los dos equipos ya s¨®lo los dejan pasar.
Pasar el tiempo mientras t¨² sigues busc¨¢ndole. A Torres, y su 9. Son minutos de nada, de amistoso en febrero. Ni siquiera Skov, con una carrera de 30 metros y un eslalon ante Gabi, sacude al Atleti. A la grada ya s¨®lo lo hace Torres. Los compa?eros le buscan para el gol. Pero siempre algo se entromete. Un rival, una p¨¦rdida de bal¨®n. Se acerca el final cuando de nuevo ah¨ª asoman, Torres y su zancada.
Al llegar al ¨¢rea busca a Thomas. Suena el silbato mientras el bal¨®n se va fuera y t¨² vuelves a pensar que ojal¨¢ esa carrera no haya sido su ¨²ltima. Que no puede serlo, por favor, por mucho que China tambi¨¦n estire sus tent¨¢culos hacia El Ni?o. Aquel ni?o al que te agarraste en lo oscuro de Segunda. Aquel que volvi¨® y llen¨® el Calder¨®n; t¨² estabas. Aquel apellido que cuando ves en tu camiseta de entonces, esa que ya no te vale, siempre te saca una sonrisa. Seguida de un Lolololo. Ole, ole, ole.