El Atl¨¦tico del Cholo ya figura en el Olimpo de las defensas

El Atl¨¦tico son los Pistons de anta?o: un equipo duro¡±. A principio de a?o Griezmann sentenciaba as¨ª, echando mano de su otro deporte favorito, el talante de su equipo, ese que hoy llena horas de tertulias. Se discute ya sobre el Unocerismo como forma de vida, como se hizo anta?o sobre otros referentes en el arte de defender. Aquel fue un s¨ªmil baloncest¨ªstico que retrotrae al aficionado a un imaginario colectivo, el referido a los equipos de marcado perfil defensivo, del que tambi¨¦n emana una m¨ªstica singular. Porque para el f¨²tbol, como para muchos deportes, puede valer ese axioma de que el ataque gana partidos pero las defensas dan t¨ªtulos.

Seguramente Griezmann se refer¨ªa a los ¨²ltimos Pistons victoriosos, aquellos de Larry Brown de la campa?a 03-04, que devolv¨ªan las mieles del ¨¦xito al Palace de Auburn Hill 14 a?os despu¨¦s. Los herederos de los Bad Boys de los 80. Y es que aquel equipo hizo de la defensa un caballo de torturas para liquidar a los Lakers de Shaquille, Kobe, Karl Malone y Gary Payton. El afro con el que Ben Wallace adornaba su cuerpo de gladiador se convirti¨® en el icono de una franquicia con una cuota importante de calidad al servicio, sin excusas, del sacrificio defensivo. Como al Cholo, a Larry Brown no le faltaban detractores. La sucesi¨®n de tiempos muertos, el ritmo cansino o el marcaje sin miramientos de Prince sobre Kobe generaban rencor. En Europa pas¨® lo mismo con el Limoges de Maljkovic en el 93. El padre de la genial Jugoplastika no tuvo escr¨²pulos despu¨¦s para ocultar al m¨¢ximo los defectos del equipo franc¨¦s. Jugando a 60 puntos, confiaba las operaciones ofensivas al talento de Michael Young y aleccionaba al resto para achicar agua. El resultado fue merendarse al Madrid de Arlauckas y Sabonis en semis, dej¨¢ndole en 52 puntos, y al Benetton de su disc¨ªpulo Kukoc en la final, que s¨®lo pudo anotar 55. Eso le dio el t¨ªtulo, como en 2014 le dio la Liga al Atl¨¦tico.

Porque el arte de defender tambi¨¦n ha tenido sus h¨¦roes. Simeone los ha sentido, adem¨¢s, muy cerca. Bilardo, que meti¨® su nombre en la historia jugando en el medio campo de un legendario equipo ganador¡­ y defensivo. El Estudiantes de la Plata del obsesivo Osvaldo Zubeld¨ªa de finales de los 60 (tres Copas Libertadores y una Intercontinental) se hizo un nombre controlando todo lo controlable... Lo primero, al rival. Aderezado, como se sabe, con una retah¨ªla de leyendas, algunas demostradas y otras no, sobre c¨®mo el equipo exploraba los l¨ªmites del reglamento. Pero nadie duda de que Zubeld¨ªa fue el germen del Futbol Total de Rinus Michels ni de que Bilardo le dio lustre a lo aprendido para que su Argentina acompa?ara a Maradona en el 90. A los que profesan este particular credo poco les importa el qu¨¦ dir¨¢n. Italia gan¨® su ¨²ltimo Mundial en 2006 encajando un gol en la fase de grupos y uno en la final. El resultado fue ver a Cannavaro con el Bal¨®n de Oro, el m¨¢s pol¨¦mico quiz¨¢ de la historia. Y lo fue porque, a diferencia de otras latitudes, en lo futbol¨ªstico parece no seducir igual el ingeni¨¢rselas para que el rival no anote. Cuesti¨®n de cultura.

NFL.

Por ejemplo, en el f¨²tbol americano nadie se asombra cuando una franquicia invierte m¨¢s en linebackers que en quarterbacks, ni se pondr¨ªan en duda las gestas del Tel¨®n de Acero de los Steelers o de los Bears del 85. Como se disfrut¨® en su momento de las artes sobre el hielo de los Flyers de los 70. En Espa?a, hace bien poco hemos celebrado el ¨¦xito de los Hispanos, cuyo punto de partida es la defensa organizada por Viran Morros y Gede¨®n Guardiola. En el balonmano, el reinado de Francia se ha puesto en duda, despu¨¦s de que durante tanto tiempo cimentaran sus ¨¦xitos en el hacer atr¨¢s de Dinart, Gille, Omeyer y compa?¨ªa.

Otros iconos defensivos del deporte:

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