Diakite, cuando el amor por el f¨²tbol te hace arriesgar la vida
El joven de Costa de Marfil jug¨® en la selecci¨®n nacional sub 17 y estuvo a punto de morir ahogado al cruzar el estrecho en una zodiac con 37 personas con la que cruzaron el Estrecho.
?Se imaginan abandonarlo todo?, dejar atr¨¢s familia, trabajo, amigos, toda una vida para empezar de nuevo en un lugar desconocido. ?Imaginan arriesgar su vida para intentarlo?, tener un alto porcentaje de perderla ahogado en el mar e incluso asesinado en el camino, o muerto de hambre, o golpeado para robarte lo poco que llevas, pero a¨²n as¨ª, intentarlo. Luchar por un sue?o¡
Esa es la historia de Oumar Diakite, un joven de 20 a?os de Costa de Marfil, y es la historia de miles de desconocidos que cada d¨ªa tratan de cruzar el Mediterr¨¢neo para llegar a Europa. La gran mayor¨ªa ni sabremos sus nombres, ni sus rostros, ni los sue?os ni esperanzas que un d¨ªa le llevaron a decir ¡°voy a intentarlo¡±.
Oumar Diakite decidi¨® arriesgar su vida por tres razones fundamentales, huir de la persecuci¨®n a la que le hab¨ªa sometido la Federaci¨®n de F¨²tbol de Costa de Marfil, una dif¨ªcil situaci¨®n familiar y el f¨²tbol.
Diakite, cuando el amor por el f¨²tbol te hace arriesgar la vida
El sue?o de Oumar es jugar alg¨²n d¨ªa en la ¨¦lite del f¨²tbol espa?ol, no le importa el equipo, su sue?o es estar en la que considera la mejor Liga del mundo.
Oumar Diakite jugaba habitualmente al f¨²tbol en las calles de Beoumi, su ciudad natal, en la calle, como cualquier ni?o africano, como cualquier ni?o del mundo, emulando a uno de sus jugadores favoritos, Sergio Ramos. Fue en la calle donde le reclutaron la primera vez para las selecciones inferiores de Costa de Marfil. Diakite ha jugado en todas las categor¨ªas bases internacionales de Costa de Marfil hasta llegar a la sub 17.
Lo que en un principio se convirti¨® en una gran noticia para la familia de Diakite, poco a poco fue derivando a algo m¨¢s complicado de entender para un ni?o, ¡°despu¨¦s de acudir a una competici¨®n en Angola, me di cuenta de que hab¨ªa un problema pol¨ªtico dentro de la Federaci¨®n de F¨²tbol de Costa de Marfil. Yo vengo del norte del pa¨ªs y dentro de la Federaci¨®n son del sur y partidarios del ex presidente del gobierno y en la Federaci¨®n est¨¢n en contra de los jugadores que proceden del norte¡±.
El sue?o se convirti¨® en pesadilla y fue el inicio del cambio de la vida de Oumar ¡°me ped¨ªan una suma considerable de dinero para seguir en la selecci¨®n nacional y si no, me echar¨ªan. En mi familia no ten¨ªamos esos medios y no pude pagar, por lo que me quitaron la ficha y mi plaza en el equipo. Lo peor es que tambi¨¦n me quitaron mi pasaporte y a partir de ah¨ª todo empez¨® a empeorar para m¨ª¡±. El joven lateral derecho, despu¨¦s de esta experiencia, intent¨® suerte en el f¨²tbol marroqu¨ª, donde estuvo jugando alg¨²n tiempo durante 2016 en el SCC Mohamm¨¦dia, pero la falta de documentos por culpa de la Federaci¨®n de Costa de Marfil le impidi¨® seguir adelante con dicho equipo, por lo que se vio obligado a retornar a su pa¨ªs de origen.
Dicen que las desgracias nunca vienen solas y en el caso de Oumar se cumpli¨® el refranero. A la dif¨ªcil situaci¨®n que atravesaba su corta carrera como futbolista se le un¨ªa la terrible noticia de la muerte de su padre ¡° yo soy hijo de la mujer m¨¢s joven de mi padre y la situaci¨®n familiar empeor¨® para mi madre y mi hermana con la muerte de mi progenitor. En general no pod¨ªa vivir en las condiciones en las que estaba, me hab¨ªan echado de la selecci¨®n por no pagar y hab¨ªa fallecido mi padre as¨ª que decid¨ª irme a la aventura¡±.
Ese fue el inicio. Esa fue la chispa que hizo decidir a Oumar cambiar su vida. Arriesgarla por perseguir un sue?o.
Y comenz¨® un largo viaje¡ ¡°me march¨¦ de Costa de Marfil y llegu¨¦ a Mali despu¨¦s de casi un mes andando. All¨ª trabaj¨¦ m¨¢s de tres semanas, hac¨ªa todo tipo de trabajos que se me presentaban. Poco despu¨¦s me fui al norte de Mali. De Mali entr¨¦ a Mauritania y llegu¨¦ para trabajar en la capital. Hac¨ªa trabajos de mano de obra en la construcci¨®n, como pe¨®n etc¡±.
En Mauritania se le acerc¨® un d¨ªa un desconocido y le insin¨²a que tiene la forma de cambiar su vida, que sabe como llevarle a Espa?a¡¡±me dijo que fuese a Marruecos y que all¨ª con una zodiac cruzar¨ªa a Espa?a. Como Espa?a es el pa¨ªs de mis sue?os, por el f¨²tbol, porque soy futbolista no pod¨ªa dejar pasar esa oportunidad. Cualquier futbolista so?ar¨ªa con jugar en este pa¨ªs, as¨ª que ya no hab¨ªa marcha atr¨¢s. Con todos los problemas que me preced¨ªan, pol¨ªticos y familiares, ya no tenia vuelta atr¨¢s¡¡±.
Oumar dej¨® atr¨¢s Mauritania y lleg¨® de nuevo a Marruecos a pie durante interminables caminatas y noches a la interperie, pero esta vez no para jugar al f¨²tbol, sino como paso previo para llegar a Espa?a.
El nuevo destino era Nador, precisamente all¨ª fue donde hizo efectivo el pago para viajar en zodiac hasta Espa?a. Las dificultades en esta ¡°aventura¡± , como ¨¦l mismo la denomina, aumentaban cada d¨ªa. Nador no es un lugar f¨¢cil si eres subsahariano ¡°cuando estas en esta localidad te tienes que esconder en el bosque porque el gobierno marroqu¨ª no quiere negros en sus calles, cuando la polic¨ªa los ve, los persigue sin piedad ya que saben que quieren cruzar a Espa?a¡±.
La vida en el bosque es de esos lugares que dif¨ªcilmente podr¨¢ olvidar Oumar a pesar de haber conseguido el objetivo de llegar a territorio espa?ol ¡°en el bosque es la miseria total, no se puede vivir. Es muy dif¨ªcil, no hay comida y tienes que andar m¨¢s de 6km para coger agua¡±. A las incomodidades f¨ªsicas hay que unirle los peligros que acechan en la zona y que le pudo costar la vida ¡°tambi¨¦n hay grupos de peque?os drogadictos que te atracan en el bosque, incluso mataron algunas personas delante m¨ªa. Los j¨®venes marroqu¨ªes nos atracaban para quitarnos el tel¨¦fono. La vida no vale nada en los bosques de Nador¡±.
Y lleg¨® el esperado momento¡¡±estas all¨ª y un d¨ªa viene alguien y te dice, es tu turno, y te toca salir¡±.
El punto de partida ser¨ªa finalmente Alhucemas, desde all¨ª echar¨ªan la zodiac al mar para iniciar la suicida traves¨ªa, ¡°cuando llegamos nos escondimos en unas cuevas. Esas cuevas estaban llenas de serpientes, una de ellas mordi¨® a mi amigo que no muri¨®, pero no pudo cruzar conmigo. Horas despu¨¦s, salimos de la cueva y comenzamos a inflar la zodiac, lo hicimos con la ayuda de algunos ¨¢rabes. En ese momento me di cuenta de que iba a cumplir mi sue?o y dejar atr¨¢s la persecuci¨®n que viv¨ªa en mi pa¨ªs. Con ese acto de cruzar el estrecho iba a realizar mi sue?o¡±.
Oumar no pod¨ªa evitar sentirse nervioso. No sabe si sobrevivir¨¢ a la locura que est¨¢ a punto de cometer, pero est¨¢ decidido, hace tiempo que es consciente de que no tiene marcha atr¨¢s y asume todas las consecuencias.
No iba solo, a la una y media de la madrugada empiezan a organizar todo y a montar una a una a las 37 personas que iban a intentar cruzar el estrecho junto a ¨¦l, incluido un beb¨¦.?Media hora despu¨¦s los abandonan a su suerte. El viaje hab¨ªa comenzado¡
El viejo motor de la zodiac apenas si puede tirar de los 37 pasajeros que abarrotan la maltrecha embarcaci¨®n de goma. El mar picado tampoco ayudaba, se desplazaban muy lento, tal vez demasiado lento teniendo en cuenta lo que ten¨ªan por delante ¡°apenas nos desplaz¨¢bamos en el agua y llegaba una nueva ola. La ola nos devolv¨ªa de nuevo atr¨¢s pero Dios nos ayudaba. Ten¨ªamos como peque?os bidones que cortamos para sacar el agua de dentro que cada vez entraba en m¨¢s cantidad por culpa del fuerte oleaje¡±.
La noche fue dura, muy dura. El fr¨ªo y el temporal hac¨ªan presagiar lo peor. Pero amaneci¨® y el sol les devolvi¨® algo de calor y de esperanza. Pero a las tres de la tarde del d¨ªa siguiente pas¨® lo peor que les pod¨ªa pasar, el motor se rompi¨® y quedaron a merced de un mar que segu¨ªa enfurecido ¡°la situaci¨®n era catastr¨®fica, una mierda. Estuvimos horas intentando arreglar el motor, mientras tanto el agua nos zarandeaba de un lado a otro y no paraba de entrar, un desastre total¡±.
Tras horas de intentos desesperados, el motor resucita y les devuelve la esperanza, aunque el fuerte temporal es superior a la fuerza que ejerce el motor y siguen a la deriva y desviados del trayecto que les indicaron al salir del Alhucemas, ¡°el agua ya nos pasaba por encima y era terrible como estaba el mar con much¨ªsimas olas. La situaci¨®n hab¨ªa empeorado y nos apartaba de la direcci¨®n a la que quer¨ªamos ir. Pens¨¦ que hab¨ªa llegado el final. Que todo se acababa. Que mis sue?os acabar¨ªan en el fondo del mar¡¡±.
Cuando lo daban todo por perdido, el mar se calm¨® y apareci¨® en el horizonte la silueta de un barco de color rojo conocido para muchos de ellos, era Salvamento Mar¨ªtimo que acud¨ªa a su rescate ¡°ellos nos salvaron de una muerte segura¡±, asegura Oumar Diakite.
Era 30 de diciembre de 2017 cuando Oumar pisa por primera vez territorio espa?ol. Salvamento Mar¨ªtimo los deja en M¨¢laga tras el arduo rescate en alta mar ¡°nos mandaron al puerto, all¨ª hab¨ªa gente y abogados. Les contamos nuestra historia pero ellos ya saben que cuando haces esto es por necesidad y porque te persiguen. Nos preguntan que tal el viaje y qu¨¦ nos ha empujado a hacerlo. Ese mismo d¨ªa nos mandaron a un calabozo y estuvimos all¨ª tres d¨ªas mientras nos buscaban otro sitio. Eramos como diez o doce persona all¨ª metidas. Poco despu¨¦s nos llevaron a varios inmigrantes a un peque?o hotel¡±.
Cuando Oumar sali¨® del calabozo, conoci¨® a alguien que ha sido clave en su vida y que le ha ayudado desde que cruzaron su camino ¡°Paco es una persona extraordinaria. Habla bastante bien franc¨¦s y nos ayuda much¨ªsimo a todos los inmigrantes. Le cont¨¦ mi historia y me prometi¨® que me iba a ayudar y lo hizo. Me ha aconsejado sobre lo que deb¨ªa y no deb¨ªa hacer, como un padre. Me alegro de haber cruzado mi camino con ¨¦l y s¨¦ que a¨²n me queda mucho por delante¡±.
El sue?o de llegar al sur de Europa ya lo hab¨ªa logrado, pero a¨²n ten¨ªa la necesidad de demostrar que es futbolista, que quiere practicar su deporte favorito en el que considera el mejor pa¨ªs para ello, Espa?a.
Su nuevo amigo, Paco, le pone en contacto con alguien que ¨¦l mismo acaba de conocer y que cree que podr¨ªa ayudar a Oumar. Dicha persona tira de contactos e intenta buscar a trav¨¦s de un tercero una prueba para el joven y so?ador lateral derecho de Costa de Marfil. Al final, parece que los sue?os tienen un gui¨®n escrito cuando se los persigue¡la cuesti¨®n es que a trav¨¦s de un conocido empresario malague?o y persona de f¨²tbol, Ettore Stecchini, Oumar Diakite logra una prueba en un equipo de enorme solera en la capital de la Costa del Sol, el Centro de Deportes El Palo de la Tercera Divisi¨®n.
El costamarfile?o ha causado un grat¨ªsima impresi¨®n en el seno del club de El Palo donde todo apunta que podr¨¢ militar lo que resta de temporada compaginando el conjunto filial con el Tercera Divisi¨®n si se consigue finalmente solucionar todo el tr¨¢mite burocr¨¢tico sobre su situaci¨®n legal.
Ahora pasa gran parte de su tiempo entren¨¢ndose para recuperar la forma f¨ªsica y espera conseguir un trabajo con el que lograr algunos ingresos y compaginar su reci¨¦n nacida carrera como futbolista ¡°claro que necesito ayuda, nadie deja su casa, su vida y pasa todo esto si no sufriera una dif¨ªcil situaci¨®n en su pa¨ªs de origen. El f¨²tbol es mi pasi¨®n y me he jugado la vida para llegar aqu¨ª e intentar jugar alg¨²n d¨ªa en Primera. Ese es mi reto y s¨¦ que lo voy a conseguir¡±.
Oumar Diakite le pone cara a esas miles de personas que cada d¨ªa arriesgan la vida, y en muchas ocasiones la pierden, para huir de una terrible realidad. Se lanzan al mar en busca de esperanza.
La esperanza de Diakite es Espa?a y el f¨²tbol. Su sue?o no ha hecho m¨¢s que comenzar.