Rico regala sue?os en Butarque
Un fallo del portero permiti¨® al Lega empatar. El Sevilla pidi¨® falta de Siovas en su gol. Muriel adelant¨® al Sevilla en una buena primera parte andaluza. Decidir¨¢ el Pizju¨¢n.
Eraso coloc¨® la bola con delicadeza. El Legan¨¦s estaba desahuciado. Pero ¨¦l es de Pamplona. Navarro. Un empecinado criado en Lezama y amamantado en Butarque, donde los sue?os se cumplen. Uno de ellos se escondi¨® tras su c¨®rner. Baj¨® la bola con nieve y Bustinza la cabece¨® con hielo. Feo. Horrible. Iba al palo izquierdo de Sergio Rico. Siovas paseaba por all¨ª despistado. No necesit¨® ni saltar. La pein¨® t¨ªmido. Como el brinco (o no brinco) del portero, taladrado al suelo. Incapaz de elevarse. La bola entr¨®. Butarque estall¨® en un grito de gol infinito. Era eso y mucho m¨¢s. Este fallo del arquero dio vida en la Copa a un Legan¨¦s que ya parec¨ªa condenado tras el dominio visitante de la primera mitad. Muriel adelant¨® a los de Montella, que se marcharon a casa con este tanto como tesoro al que aferrarse para una vuelta que se intuye igualada.
El himno del Lega no es como del Arrebato. Se hizo en los 90, tras el primer ascenso a Segunda. Escuchado a palo seco no es bonito. Su estrofa m¨¢s famosa es humilde en cada letra. Esta vez rugi¨® como c¨¢ntico universal. Despu¨¦s de los AC/DC (tienen calle en esta ciudad), relampague¨® entre 10.000 corazones pepineros. Taquicardias de ilusi¨®n. Ambientazo para la ¨¦pica. Butarque fue otra vez lo m¨¢s parecido al Teatro de los Sue?os.
Muriel deshizo inicialmente el embrujo. Su gol desperdig¨® alquimia de la impotencia en el c¨¦sped. En las gradas. En los futbolistas de Garitano. Del ¡®S¨ª se puede¡¯ al ¡®quiero, pero no me dejan¡¯. Porque en el pr¨®logo del primer tiempo la maquinaria blanquiazul engran¨® sus piezas como en el Pepinazo.
Dos brocas relampagueaban en busca de los huecos en el muro de Montella. Pero Beauvue y Amrabat, espoleados por Gabriel, no levantaron m¨¢s que esquirlas en ese acero negro forjado del Pizju¨¢n. Hasta Navas parec¨ªa imbuido de una aleaci¨®n especial. Fibra de carbono en el lateral derecho. Su costado fue por el que m¨¢s percuti¨® el Sevilla. Y todo a mucha velocidad. Para Montella los proleg¨®menos son minucias. Aqu¨ª te pillo. Aqu¨ª te marco.
Combinaciones r¨¢pidas que descorcharon la primera heroicidad de Champagne en el 3¡¯. Fue un centro envenenado que despej¨® felino. En la siguiente no pudo sacar la capa. Muriel la meti¨®. Transici¨®n fugaz. Sarabia le habilit¨® en la contra. Para el Lega se esfum¨® la se?al. Lleg¨® la carta de ajuste. O incluso el fundido a negro. Como la camiseta del Sevilla. Como el resultado que se intuy¨® antes de los dos nuevos paradones de Champagne a Lenglet y Mercado.
Se rozaba el descanso. Butarque intu¨ªa la tragedia con Brasanac caminando en el alambre de la expulsi¨®n. Garitano lo sent¨®. Eraso lo sustituy¨® y de sus botas naci¨® la esperanza. ?l sac¨® el c¨®rner del empate. Ayud¨® Sergio Rico, ancladas sus botas al c¨¦sped. Como dos bloques de hormig¨®n. No salt¨® en un bal¨®n f¨¢cil que pein¨® dentro del ¨¢rea chica el gigante Siovas. ?l grit¨® falta. Butarque rugi¨® esperanza. Volvi¨® AC/DC. Todo era rock duro para el Lega. Las anticipaciones de Bustinza o los sombreros de Gabriel. Las arrancadas de El Zhar y el batallar de Amrabat. Todo cargado de ¨¦pica hasta el final para defender un resultado que permite a Legan¨¦s seguir ilusionado. Butarque sigue siendo el Teatro de los Sue?os.
Clasificaci¨®n | PTS | PG | PE | PP |
---|
Pr¨®ximos partidos |
---|
Clasificaci¨®n | PTS | PG | PE | PP |
---|
Pr¨®ximos partidos |
---|