Pepinazo en el Bernab¨¦u
El Madrid no se tom¨® en serio a un extraordinario Legan¨¦s y tambi¨¦n se queda sin Copa. Suspenso general y bronca al equipo. Los de Garitano hicieron historia


Resulta que el Legan¨¦s, que no es lo que parece, vino a pasar y no a pasear, gesto que alguien (un alguien colectivo) pas¨® por el alto en el Madrid. De hab¨¦rselo tomado en serio, de haber concluido que la Copa puede ser el ¨²nico consuelo de un mal curso, Ramos no hubiese sido titular, Cristiano o Bale no hubiesen pasado un mal rato en el palco o el equipo no hubiese exagerado su dejaci¨®n de funciones. Pero el Madrid se crey¨® clasificado en Butarque y acab¨® despidi¨¦ndole de la Copa un rival con may¨²sculas en una noche de sonrojo. ?
Es incapaz el Madrid de acabar con su volatilidad, ni recupera para la? causa (ya s¨®lo le queda una, la Champions) a la mitad de la plantilla menos noble ni el Legan¨¦s ofrece la docilidad del Deportivo. No hubo asomo del banquete del domingo, sino la aburrida reuni¨®n de un grupo desanimado e inapetente que pretendi¨® quitarse de en medio un partido con el m¨ªnimo gasto y que fracas¨® atronadoramente.
Al otro lado del campo y del mundo se ofreci¨® un Legan¨¦s de una pieza, nada cobard¨®n, alejado de las barricadas, presion¨¢ndole al Madrid hasta el ¨¢tico. Desde el entrenador, con su alineaci¨®n atrevida, hasta Beauvue y Amrabat, pareja diab¨®lica en el Bernab¨¦u. No existi¨® otro equipo en la primera mitad. El Madrid desoy¨® la primera advertencia, un dispar¨® de Beauvue al palo en lanzamiento de falta, y se meti¨® luego en un enredo inexplicable que salpic¨® a todas las l¨ªneas. Asensio, su primer emprendedor, desapareci¨® al primer soplido. Lleva demasiado tiempo sin cantar bingo. Poco m¨¢s dur¨® Isco, que un d¨ªa abander¨® este equipo y hoy se confunde con el abatimiento general.
Un plan B inexistente
Algo mejor le fue a Benzema, una adicci¨®n de Zidane. Habr¨¢ que ver si su gol, con el Madrid achicando agua, marca el principio del deshielo con la grada. De ¨¦l parece molestar ya todo. Incluso cuando est¨¢ libre de culpa: le abroncar¨®n por no llegar a un cabezazo casi imposible.
Lo dem¨¢s, lo que ilusion¨® en verano, es ahora cart¨®n piedra: Achraf quema kil¨®metros sin provecho delante ni detr¨¢s. Meti¨® en un l¨ªo a Nacho y entre los dos le regalaron el 0-1 a Eraso. Le hizo pasar un mal rato Amrabat. Llorente es peso mosca en el equipo. Casi nada pasa por ¨¦l y tampoco deslumbra en el quite. El vigor de Theo parece haber prescrito. Kovacic es la mitad que en agosto. Casilla inquieta. S¨®lo Lucas V¨¢zquez est¨¢ fuera de toda sospecha. El equipo hab¨ªa llegado hasta aqu¨ª por la v¨ªa de servicio de sus suplentes sudando la gota gorda, pero el Legan¨¦s es de otra pasta. Un equipo bien hecho, presionante, sin complejos, muy armado frente a las dificultades. Las mejores oportunidades antes del descanso fueron suyas, antes y despu¨¦s del gol.
Cuando el Bernab¨¦u cargaba la escopeta, a vuelta del descanso, empat¨® Benzema, tras pase de Lucas, pero antes de que pudiera pesta?ear, Gabriel, en cabezazo a la salida de un c¨®rner, elev¨® el tono del drama. A esta tambi¨¦n lleg¨® tarde Theo.
En aquel estruendo Zidane fue disparando todo lo que le quedaba: Carvajal, Modric, luego Mayoral, lo m¨¢s parecido al gol que guardaba en la despensa. Y sac¨® de pista a Isco, al que el p¨²blico, quiz¨¢ de modo infundado, ve¨ªa como soluci¨®n y quer¨ªa dentro. Hubo silbidos. Ese ¨²ltimo empuj¨®n voluntarioso s¨®lo sirvi¨® para darle el papel de superh¨¦roe a Champagne y para ponerse a¨²n m¨¢s en evidencia. Ahora s¨ª que s¨®lo tiene una bala.