Rodrigo da ventaja al Valencia; Sobrino, esperanza al Alav¨¦s
Soberbio golazo del delantero manchego, al que respondi¨® el equipo de Marcelino con los tantos de Guedes y de Moreno, todos en la segunda mitad.
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El Valencia toma ventaja en la eliminatoria tras remontar un soberbio gol de Rub¨¦n Sobrino. Guedes, con la ayuda de Sivera, y Rodrigo, cuya salida al campo en la segunda mitad alter¨® el partido, dieron la victoria a los de Marcelino, que sufrieron de lo lindo para salir airosos y que comprobaron en primera persona que este Alav¨¦s de Abelardo nada tiene que ver con el que era. El Alav¨¦s afrontar¨¢ la vuelta con la esperanza que le da ese gol de Sobrino, si bien tambi¨¦n acord¨¢ndose de las varias ocasiones que malograron.
Los vitorianos hicieron acto de presencia por Mestalla desmontando teor¨ªas sobre cometidos y prioridades de cada uno. La Liga ser¨¢ la madre para los de Abelardo y la Copa, por aquello del temor al descenso, solo una prima lejana. Pero un futbolista, sea titular o suplente habitual (hasta ocho cambios hizo el Pitu en su alineaci¨®n con respecto a la del Sevilla), nunca sale a perder sino todo lo contrario. Por ello, como quiera adem¨¢s que Abelardo ha tocado la tecla buena a los suyos y los de Marcelino suelen entrar a los partidos cinco minutos despu¨¦s que el rival, Rub¨¦n Sobrino y Hern¨¢n P¨¦rez tuvieron dos ocasiones seguidas en tan solo cuatro minutos, unas oportunidades de las que se acordar¨¢n durante los pr¨®ximos d¨ªas y veremos si tambi¨¦n tras los 90¡¯ que restan por jugar en Mendizorroza.
Sobrino record¨® a los presentes en Mestalla por qu¨¦ pas¨® un verano con el primer equipo del Real Madrid y otro le fich¨® el Manchester City. Por m¨¢s que su primer disparo desde el v¨¦rtice del ¨¢rea peque?a no encontrara porter¨ªa cuando el manchego hab¨ªa regateado inclusive a Jaume, con su velocidad y diagonales amarg¨® la velada de Garay y Gabriel. Suyo fue tambi¨¦n el segundo disparo, ¨¦ste repelido por Gabriel, y tambi¨¦n firm¨® la asistencia que acab¨® con remate de Hern¨¢n P¨¦rez, que no fue gol porque el palo no quiso. Todo ello pas¨® en solo cuatro minutos, y lo mejor de Sobrino estaba por venir.
El Valencia, al que Marcelino visti¨® de domingo con su alineaci¨®n, se hab¨ªa salvado de primeras sin saber c¨®mo. Los blanquinegros asustaban m¨¢s por nombre que por juego colectivo. Esa partida se la gan¨® el Alav¨¦s, al que Abelardo le ha dado solidez defensiva, veneno en los contragolpes y autoestima a sus jugadores. Y as¨ª, mientras que los de Marcelino solo inquietaron durante toda la primera mitad a Sivera con dos disparos lejanos de Kondogbia y Guedes, Jaume tuvo que salvar de nuevo a los suyos con una mano fuerte abajo tras disparo de Hern¨¢n P¨¦rez, que en paralelo a Guidetti se hab¨ªa plantado en el ¨¢rea valencianista a velocidad de crucero tras recuperar Sobrino en su propio campo. A Parejo le faltaba un Rodrigo con el que asociarse para romper l¨ªneas, mientras que Guedes se encontr¨® con un inspirado Martin, que tiene pinta de ser uno de esos canteranos que saben hacer carrera en tiempos de vacas flacas.
Los goles, en la segunda parte
El paso por el vestuario no alter¨® el transcurrir del encuentro. Cierto es que el Alav¨¦s empez¨® a tener cada vez menos el bal¨®n y tambi¨¦n a ver desde muy lejos a Jaume, si bien, el Valencia tampoco inquietaba a Sivera. En verdad, durante los primeros minutos de la reanudaci¨®n no pas¨® nada. Eso era bueno para los vascos. Por ello Marcelino movi¨® el ¨¢rbol. Rodrigo, a jugar por Andreas, y Guedes, a banda derecha. Fue con el hispano-brasile?o en el campo cuando empezaron a pasar cosas. Realmente pas¨® todo.
El Valencia, ahora s¨ª, ense?¨® los dientes. Primero con una ocasi¨®n de Vietto y despu¨¦s con un disparo de Guedes. Sin embargo, en esa fase de conato de asedio, lleg¨® el gol de Sobrino. Soberbio, tremendo. El delantero coloc¨® un testarazado desde m¨¢s de 30 metros en la escuadra de Jaume; un gol, golazo mejor dicho, con el que el Alav¨¦s se desquitaba de cuantas ocasiones hab¨ªa malogrado durante los 65¡¯ anteriores.
Pero si algo le ha dado Marcelino a su Valencia es fe, un equipo que adem¨¢s recibi¨® de la grada ese empuj¨®n necesario para levantarse tras semejante golpe bajo que le hab¨ªa endosado Sobrino. A esa sinergia espiritual se sum¨® una pizca de fortuna, o simplemente un error de Sivera, seg¨²n se quiera entender. El guardameta se ¡®trag¨®¡¯ un disparo de Guedes, que m¨¢s bien era un centro, y con ello el Valencia firm¨® el empate. Restaban 17¡¯, tiempo que se le pod¨ªan hacer muy largo al Alav¨¦s, m¨¢s cuando en el 77¡¯ Di¨¦guez vio cartulina roja por zancadillear a Guedes. Fue a falta de 8¡¯ para la conclusi¨®n cuando Rodrigo, el ¨²nico titular que no aline¨® de inicio Marcelino y a la postre el jugador m¨¢s decisivo, anot¨® un segundo gol que da ventaja sin merecerlo al Valencia en la eliminatoria.
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