Gran Sevilla, raro Atleti
Remont¨® un tanto del hispano-brasile?o en diez minutos, con un gol en propia meta de Moy¨¢ y otro de Correa. Decidir¨¢ el Pizju¨¢n pero los de Montella, muy serios, cerca de semifinales.
Sali¨® el Sevilla sin miedo para dejar claro, en la primera jugada, qu¨¦ ser¨ªa el partido. Trepidante, de ida y vuelta y al final suyo. A un primer zarpazo de Costa respondi¨® con dos, uno de V¨¢zquez y otro de Sarabia, los dos fuera pero ambos declaraci¨®n de intenciones: la mentalidad de ¨²ltimamente, de burbuja de jab¨®n, tan fr¨¢gil, se hab¨ªa quedado en casa. Adi¨®s, adi¨®s quer¨ªa decirle Montella con esta Copa en el Metropolitano. Y lo gritar¨ªa fuerte, en los quince minutos finales, con una palabra: remontada. Son¨® a tortazo en el Metropolitano que se abrazaba otro partido m¨¢s al efecto Costa.
Balones a Diego y a esperar, era la orden desde el banquillo del Cholo mientras a Vitolo, aquellos que hasta hace nada eran hermanos, le mostraban su nueva manera de saludarse. Siempre con la patita. Roce de Mercado por aqu¨ª, entradita de Corchia por all¨¢... Funcion¨®: Vitolo lo intent¨® pero pareci¨® algo superado. Al que tambi¨¦n casi le sale su plan al primer c¨®rner fue a Simeone.
El bal¨®n sali¨® del pie de Koke buscando la cabeza de Costa, que lo envi¨® a la red. C¨®mo no. Le tiras un boli y lo remata. El goool le dur¨® dos segundos al Metropolitano. Los mismos que tard¨® Jaime Latre en sacar su silbato para sorpresa de todos. Griezmann hab¨ªa entorpecido a Rico en la salida, seg¨²n ¨¦l. Era legal pero fue anulado: todo segu¨ªa 0-0. Y los disparos no cesar¨ªan en las dos porter¨ªas.
Los del Atleti los llevaba todos Costa en el bolsillo y cada vez que se acercaba a Rico temblaba su defensa. En una, Corchia casi se lleva su camiseta de un agarr¨®n y, en otra, Rico casi se deja la cabeza en la madera para evitar, descomunal, que un cabezazo de la bestia, descomunal tambi¨¦n, entrara a su porter¨ªa pegado al palo. Ocurri¨® justo antes de que Koke casi se diera un tiro en el pie: un bal¨®n que perdi¨® dio lugar a una contra de Sarabia que gritaba golgolgol a cada pisada. Al llegar al final dej¨® solo a Correa ante Moy¨¢ que desbarat¨® la ocasi¨®n con el pie. La tarde iba de porteros.
Y todos los focos apuntar¨ªan, sobre todo, a Moy¨¢. Porque se fue espesando su equipo, fiado s¨®lo a los balones a Costa. Ni fu ni fa Vitolo, mal Sa¨²l, peor Koke. Sobre las p¨¦rdidas del ¨²ltimo se esponjar¨ªa el Sevilla. Con Banega como faro y contra a contra, comenz¨® el acoso a Moy¨¢. Pero el portero respondi¨® sacando una manopla imposible para espantar un bal¨®n de 30 metros de Escudero al coraz¨®n de su escuadra. En ese momento era el rojiblanco del partido. Y tambi¨¦n lo ser¨ªa al final. Por desgracia: pasar¨ªa de Doctor Jekyll a M¨ªster Hyde.
Tras el reposo, Simeone dej¨® a Vitolo en la ducha y apost¨® por su Correa. La primera vez que el argentino lleg¨® al ¨¢rea fue para ponerle un centro a Costa que no remat¨® el de Lagarto por un dedo. La segunda termin¨® en el poste. Lo envi¨® Lenglet, en un intento de despeje. Simeone agitaba el partido ante un Sevilla que hab¨ªa levando el pie. C¨®rner a c¨®rner, el Atleti buscaba su gol. Y de bal¨®n parado llegar¨ªa, pero de falta lateral. Colg¨® Koke, el primer rechace lo remat¨® Carrasco y el segundo Costa, que lo envi¨® a la red con un zurdazo cruzado al segundo palo. La bestia nunca falla. Era el minuto 73, el Metropolitano abrazaba las semifinales de Copa en la ida.
Por eso el tortazo del Sevilla reson¨® m¨¢s alto. Si el Cholo hab¨ªa prescindido de un Griezmann gris, Montella tiraba de Navas. En el primer bal¨®n que toc¨®, le cambi¨® la tarde a Moy¨¢: adelantado, en el paso atr¨¢s, se colar¨ªa un centro que desvi¨® Lucas pero se iba fuera. Diez minutos despu¨¦s, el portero sali¨® bien pero ya hab¨ªan fallado dos compa?eros antes. God¨ªn primero, al despejar mal, un bal¨®n f¨¢cil, hacia Banega. ?ste busc¨® por el aire a Ben Yedder, que pein¨® para la carrera de Correa. Aqu¨ª fall¨® Savic, que corri¨® menos y peor. Gol, remontada y silencio en el Metropolitano. Viajar¨¢ su equipo en desventaja el pr¨®ximo martes a jugarse las semifinales en un estadio que en sus paredes ya avisa que nunca se rinde. Tampoco el Atleti.