El Real Madrid pag車 caro el ''miedo'' a Leo Messi
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Si algo valioso tiene el Real Madrid es su alt赤simo grado de autoestima, alimentada por su impresionante palmar谷s y por un vigor competitivo que apenas tiene rival en el mundo. El Madrid es orgulloso por naturaleza. Puede aceptar su inferioridad y competir desde el sufrimiento, pero no desde el miedo, el peor de sus defectos en la derrota frente al Bar?a. Con una decisi車n de Zidane que dejar芍 huella en su carrera como t谷cnico, el Madrid proclam車 a todo el mundo su terror a Messi.
Hace 12 a?os que Messi debut車 en el Bernab谷u. Era el Bar?a de Ronaldinho, no el de un chaval argentino que ven赤a para figura. Tambi谷n en aquella ocasi車n gan車 el Bar?a por 0-3. Ni entonces, ni en las varias derrotas que ha sufrido el Madrid frente a su gran rival, se manifest車 el insuperable miedo a un jugador. Zidane, que necesitaba una victoria para no despedirse de la Liga, con todo lo que eso significa a estas alturas de la temporada, dise?車 una alineaci車n in谷dita esta temporada y coloc車 a Kovacic como secante de Messi. Es decir, hizo lo mismo que Pablo Mach赤n, entrenador del Girona, con el joven Maffeo, perseguidor del argentino por todo el campo.
El Real Madrid no es el Girona, por historia, jugadores y presupuesto. Es el equipo que ha ganado cinco t赤tulos este a?o. Est芍 construido para agrandarse en los grandes partidos, no para empeque?ecerse. Zidane, cuyos m谷ritos en los dos 迆ltimos a?os son incuestionables, jibariz車 al Madrid en un momento crucial de la temporada. Con p谷simos resultados, como no pod赤a ser de otra manera. El equipo nunca tuvo empaque, ni tan siquiera en los minutos m芍s ardorosos del primer tiempo. El Madrid se esforz車, pero le falt車 creatividad y alguien capaz de conectar con Benzema y Cristiano. Ese alguien era Isco. Vio el partido en el banquillo. Lejos de enviar una se?al ambiciosa al l赤der, Zidane equivoc車 el mensaje. Emiti車 una alarmante sensaci車n de miedo, particularmente a Messi.
Es cierto que Kovacic se ocup車 personalmente de Messi en la Supercopa, primero en el Camp Nou y luego en el Bernab谷u. Sin embargo, hay una diferencia sideral entre este Cl芍sico, con una diferencia de 11 puntos entre el Bar?a y el Madrid, y aquellos dos partidos veraniegos. Aquel Bar?a estaba conmocionado por la marcha de Neymar al Paris Saint Germain y el clima depresivo que se hab赤a apoderado del club. Nadie habr赤a apostado por su liderato a estas alturas de la Liga y mucho menos por la enorme distancia que ha obtenido sobre el Real Madrid. Recurrir a la nostalgia de la Supercopa para solucionar el Cl芍sico de la Liga es un error clamoroso de Zidane.
El Madrid, que necesitaba agitaci車n y aventura, se estrell車 en el segundo tiempo, definido bastante antes del primer gol del Bar?a. Por 車rdenes superiores, Kovacic hizo un Maffeo en toda regla, con la pretensi車n de jugar un 10 contra 10: el Bar?a sin su mejor jugador y el Madrid sin un futbolista que no suele frecuentar la titularidad. Ocurri車 todo lo contrario. El Madrid se desarm車 y Messi comenz車 a gestionar el partido con la autoridad estrat谷gica que le caracteriza. El Bar?a anunci車 el gol mucho antes de marcarlo. Lo peor para Zidane y para Kovacic fue que el primer gol sancion車 simb車licamente la decisi車n del t谷cnico del Madrid.
El gol estuvo precedido por una brillante acci車n de Sergi Roberto, Busquets, Rakitic, nuevamente Sergi Roberto y Luis Su芍rez. Sin embargo, la jugada quedar芍 marcada para siempre por la infantil inhibici車n de Kovacic, que en lugar de interponerse en el camino de Rakitic decidi車 abrirle la puerta hasta el 芍rea porque ten赤a que marcar a Messi. Interioriz車 tanto su condici車n de perseguidor que se olvid車 de su primera obligaci車n: interrumpir una jugada de gol. Pocas veces se ha visto en el Madrid una decisi車n m芍s desastrosa. Por elevaci車n, la jugada dej車 malparado a Zidane. No s車lo marc車 el Bar?a, que lo merec赤a, sino que se puede hablar de un absurdo: Messi no toc車 la pelota en toda la secuencia de la jugada, pero su influencia result車 decisiva en el gol.
El Madrid reflej車 su terror a Messi y lo pag車 caro. Comienza a tener un aspecto revenido. Ahora mismo le falta impulso, sangre nueva y gente capaz de sacar al equipo de la rumia. Isco, uno de los tres jugadores m芍s importantes del a?o en el Madrid, no jug車. Asensio, que merece la titularidad de forma casi autom芍tica, apareci車 cuando el equipo estaba condenado a la derrota. Por cierto, Asensio mejor車 el aspecto del Madrid, lo mismo que Bale, a pesar de que el equipo hab赤a sufrido la expulsi車n de Carvajal. Por sus caracter赤sticas, por la necesidad absoluta de victoria y por jugar en el Bernab谷u, al Real Madrid le hubiera convenido mucho m芍s una alineaci車n con aire aventurero (el 4-3-3 con la BBC al frente) que una formaci車n definida por el terror a Messi. El precio para Zidane y el equipo es incalculable.
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