El Betis puso f¨²tbol y el Atl¨¦tico, la efectividad
Dio la victoria en el 30' a un Atl¨¦tico m¨¢s eficaz que brillante que sobrevivi¨® sin Griezmann. El Betis mand¨®, pero choc¨® con Oblak. Lesi¨®n de Guardado. Betis - Valencia en directo: Copa del Rey, semifinales en vivo
Nervios. Los nervios llenaban el aire del Villamar¨ªn. Nervios mezclados con pitos para el equipo de casa, el Betis. Al calentar, al volver al campo, durante el himno. Resultaron gasolina. No hab¨ªa otra. El ganar, ganar o ganar que Seti¨¦n tambi¨¦n aprendi¨® de Luis, en sus a?os de Atleti. Su equipo sali¨® como s¨®lo puede hacerlo quien se juega la vida, corriendo cada bal¨®n como si el mundo fuera a acabarse. En un minuto, Boudebouz ya ten¨ªa una amarilla y una ocasi¨®n. Inicio del mon¨®logo verdiblanco. S¨®lo faltar¨ªa el gol.
Y eso que durante media hora lo buscar¨ªan Seti¨¦n y sus once hombres. Con presi¨®n alta, con dominio posicional y mucho bal¨®n. El Atleti era simple espectador. Un Atleti con cuatro centrocampistas (Sa¨²l, Thomas, Gabi y Koke) y ning¨²n artista: sin Griezmann tampoco jugaba Carrasco. La pelota le era un extra?o, como si antes del partido se hubiesen peleado y no se hablaran. ?sta prefer¨ªa el tacto de las botas de medias verdes, el alboroto de Joaqu¨ªn. Filipe-Koke eran una autopista hacia Oblak y Thomas, que cuatro partidos despu¨¦s dejaba el lateral para volver al centro, era mecido como hoja suelta en medio de la ciglog¨¦nesis explosiva que llevaba Boudebouz en las botas, ca?o incluido.
En veinte minutos se hab¨ªan esfumado los nervios, los pitos, y en el aire s¨®lo hab¨ªa m¨²sica, la que anunciaba el Betis con su f¨²tbol sobre la hierba. Soportaba el Atleti, sin embargo, los embistes, con un 26% de posesi¨®n. Aunque el ¨¢rea de Ad¨¢n pareciese estar m¨¢s all¨¢ de Orion, aqu¨ª en la tierra, en el ¨¢rea de Oblak, Savic sujetaba y repel¨ªa todos los golpes, acero montenegrino. El Betis segu¨ªa sin gol. En la m¨¢s clara, Sergio Le¨®n no lleg¨® a rematar un c¨®rner que se pase¨® por la l¨ªnea de gol. Un minuto despu¨¦s el partido se dar¨ªa la vuelta como un calcet¨ªn.
Porque a Vrsaljko le lleg¨® un bal¨®n en largo, corri¨® la banda derecha y lo envi¨®, raso, potente, a la l¨ªnea de gol, para deshacer todas las sombras que en las ¨²ltimas semanas se acumulan sobre su cabeza. Gameiro no lleg¨®, le derrib¨® Mandi, le falt¨® un dedo, pero en el segundo palo ya se deslizaba Sa¨²l por el suelo para golpearlo con ganas de besarse su tatuaje en la mu?eca. Es su celebraci¨®n de gol. Ante una defensa blandiblu, efectividad cholista. Y suele matar de un disparo.
En la jugada siguiente, otro disparo de Correa que detendr¨ªa Ad¨¢n ser¨ªa el ¨²ltimo a puerta del Atleti en el partido, minuto 31. Cuando el Betis se fue al descanso, del aire se hab¨ªan espantado los nervios. De su gente, s¨®lo aplausos, por su primera parte, a pesar del 0-1. Los pitos, s¨®lo al ¨¢rbitro.
En la segunda parte, el Betis sali¨® como en la primera, queriendo mon¨®logo, pero buscando tambi¨¦n morder. Boudebouz lanzaba jugadas hacia arriba y Tello desnudaba a Vrsaljko en la banda. Pero hab¨ªa centros que nadie remataba, Savic dilu¨ªa un uy de Sergio Le¨®n y Tello lanzar¨ªa un ob¨²s s¨®lo para que Oblak sacara su mano milagrosa de cada partido. Le bast¨® acariciarlo con la punta del guante para desviarlo fuera. Iba adentro, y con sello de golazo.
Simeone tuvo que tirar de banquillo para espesar al Betis: sac¨® del campo a Correa, acelerado y con amarilla, para apuntalar su defensa con cemento uruguayo, Gim¨¦nez, un remedio frente a Tello. En la jugada siguiente, Guardado se romp¨ªa, aunque su equipo no.
Segu¨ªa jugando y madurando el bal¨®n hasta el infinito y m¨¢s all¨¢. Por la derecha, por la izquierda, por el centro. Con Joaqu¨ªn, Durmisi o Boudebouz. Cada vez m¨¢s atropellado y siempre con id¨¦ntico final: el muro de piernas tejido por el Cholo. Seti¨¦n no pudo derribarlo ni con jugadas de treinta toques ni con asedio ni con una bomba nuclear. Pero si el Betis apretaba, Simeone pon¨ªa sobre la hierba m¨¢s defensas. Porque entr¨® Lucas por Thomas y ya eran seis, todos los que tiene. Nadie sabe sufrir como ¨¦l, como el Cholo. Y eso tambi¨¦n gana partidos, Ligas. Un a?o que lleva sin perder fuera de casa.?