GRUPO C | CHELSEA 1-ATL?TICO 1
Sin milagro en Londres
Ajax ¨C PAOK en vivo: Champions League, tercera ronda
Los milagros nunca se presentaron en la noche. Ni en Londres, ni en Roma. Los octavos del Atleti no llegaron a ser reales, s¨®lo sue?o, humo inasible. El f¨²tbol se los hab¨ªa apartado en Roma, y despu¨¦s en Bak¨², y no se los devolver¨ªa anoche. Ni unos minutos. Y eso que sali¨® en tromba, para que pronto lloviera rojiblanco en Stamford Bridge.
Presi¨®n alta, robo r¨¢pido y hacia Courtois. El Chelsea se dejaba, guarecido atr¨¢s: para Conte se llama paciencia. S¨®lo esperaba a que ese intento de tormenta se convirtiera en sirimiri. La grada, mientras, cantaba espa?ol. La radio contaba que en Roma todo iba igual, 0-0.
El primer disparo de verdad, sin embargo, fue de Morata. Se gir¨® en una baldosa, al borde al ¨¢rea, y se sac¨® un remate a la escuadra que se fue fuera silb¨¢ndole a la madera. Comenzaba el baile. El Atleti era dominio sin peligro. El Chelsea cada vez que agarraba el bal¨®n deten¨ªa la respiraci¨®n. Morata, en dos minutos, volver¨ªa a exigir dos veces m¨¢s la presencia de Oblak y de sus manos milagro. El Atleti se difuminaba, mientras el Chelsea afilaba sus botas. S¨®lo le sobraba Oblak. Su parada a Zappacosta, disparo raso, base del palo, fue tan tremenda que hasta Conte lo celebr¨® gol hasta que apareci¨® su punta del guante. Es ese h¨¦roe que siempre aparece.
Al descanso s¨®lo una de las dos cosas que el Atleti necesitaba se cumpl¨ªa. Y era lo que no depend¨ªa de ¨¦l: el Qarabag recortando, 0-0 en Roma, y sus piernas, en Londres, a¨²n sin un remate a puerta. Ser¨ªa Grizi, el primero, nada m¨¢s regresar la segunda parte, de falta. Hazard har¨ªa la r¨¦plica. Cada vez que tocaba un bal¨®n, la hierba temblaba bajo sus pies y Oblak deb¨ªa tirar de reflejos para quitarse encima tanto bal¨®n. Ca¨ªan sobre su porter¨ªa como bolas de granizo.
El primer grito rojiblanco ser¨ªa un golpe en la madera, un bal¨®n de Filipe. Anticipo de ese momento, dos minutos, en que la noche pas¨® del fr¨ªo al calor. En Roma marcar¨ªa el Roma. En Londres, el Atleti. Fue Sa¨²l, otro de esos h¨¦roes que no suelen perderse d¨ªas como ¨¦ste. Fue de cabeza, tras un c¨®rner, despu¨¦s de que Torres peinara. El Chelsea no lo acus¨®.
Seguir¨ªa lanzando balones sobre Oblak como si fuesen pu?etazos. Adonde no llegaba el portero, se lanzaba Gim¨¦nez para defender el bal¨®n como si fuese un hijo, y sacarlo de cabeza, aunque fuera. Pero la entrada de Pedro le hab¨ªa dado al Chelsea velocidad y, sin Torres, el Atleti se hab¨ªa vuelto invisible. Y no retrasar¨ªa m¨¢s lo inevitable, el gol del Chelsea. Lo provocar¨ªa Hazard, se lo har¨ªa Savic. Un disparo en propio pie. Los que m¨¢s duelen.
No volver¨ªa a levantarse el Atleti de esa hierba, la de Stamford Bridge. Ese lugar donde una vez fue feliz y al que regres¨® s¨®lo para descubrirse cuatro a?os m¨¢s viejo y fuera de Champions. Acab¨® primero el 1-0 en Roma. En Londres, el the end ser¨ªa medio minuto despu¨¦s, tras un bal¨®n que Batshuayi casi encaja en la escuadra y que dec¨ªa adi¨®s, adi¨®s. El Chelsea sigue mirando a Kiev, al Atleti siempre le quedar¨¢ Lyon.