El Madrid fue capaz de solemnizar un partido sin chicha d¨¢ndose el gustazo de borrar del mapa al APOEL, para quien la fase de grupos siempre fue estaci¨®n terminal. El duelo result¨® un analg¨¦sico general. Marcaron Cristiano y Benzema, recuper¨® el tacto Modric, sali¨® robustecido Carvajal, tuvieron minutos Asensio, Lucas, Theo, Mayoral y Ceballos y qued¨® aparcado por tres d¨ªas el recurrente debate de la falta de gol. L¨¢stima que la colecci¨®n de buenas noticias no le diera al Madrid para llegar al ¨²ltimo d¨ªa con opciones de acabar primero, aunque la clasificaci¨®n de octavos le permite una jornada final tranquila. ?
Tambi¨¦n la Champions tiene edici¨®n de bolsillo, con partidos como el de Nicosia, en el que el Madrid sac¨® del armario el recurso de la pegada para abusar del APOEL, un esforzado grupo de jugadores de aqu¨ª y de all¨¢, muchos de vuelta, sin ninguna posibilidad de supervivencia. Lo uno y lo otro compusieron un pleito sin emoci¨®n pero con cierta gracia que gan¨® el Madrid primero por inercia y luego con sa?a.
Tan poco peligro esperaba Zidane que dej¨® fuera del equipo a Casemiro, su red asistencial, y se acun¨® en la coproducci¨®n Modric-Kroos con una apuesta mayor por las bandas con Lucas V¨¢zquez y Asensio, comprobada la p¨¦rdida de potencia de los laterales. Sin embargo, fueron Carvajal y Marcelo quienes m¨¢s empujaron a la causa. Especialmente el canterano, reci¨¦n salido de una dolencia preocupante, que funcion¨® a pleno pulm¨®n por la derecha. Su vuelta es un inmenso refuerzo para el equipo.
Tambi¨¦n hubo consuelo para Benzema. Quiz¨¢ m¨¢s del que mereci¨®, porque fue capaz de marcar en sus dos ¨²nicas apariciones de la primera mitad. Los env¨ªos de Kroos y Cristiano fueron dos golosinas, pero esta vez s¨ª fue gato con botas. Zidane entiende que no hay mejor forma de curarle que ponerle, a veces a costa de que quien enferme sea la hinchada.
Cristiano, que es incapaz de aguantarse a s¨ª mismo sin marcar, estuvo en todas, desde cerca y desde lejos, aunque le cost¨® llegar al gol. Pero a ¨¦l las musas, cuando llegan, le pillan trabajando. Un cabezazo a centro de Marcelo y un remate complicado aunque sin portero le sirvieron de ansiol¨ªtico. Cr¨¦anlo, s¨®lo una vez hab¨ªa metido ocho goles en una fase de grupos. Fue en el a?o del r¨¦cord (17 goles). Su eficiencia admite lapsus pero no dudas
El Madrid le meti¨® el bistur¨ª al partido en un vole¨®n de Modric, tras rechace fr¨ªvolo de Vinicius, que vio tarde Nauzet. Ah¨ª tir¨® la toalla el APOEL, que con una defensa invisible fue trag¨¢ndose goles de todos los formatos, incluyendo el bal¨®n parado con dos toques de los centrales del Madrid, Varane y Nacho, en las entra?as de su ¨¢rea.
El equipo de Zidane le fue cogiendo el gusto al partido seg¨²n soplaban a su favor los goles aunque con los cambios fue perdiendo el empuje. En Europa el Madrid encuentra siempre la salida del laberinto.
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