Inglaterra ampl¨ªa el gafe

Espa?a se qued¨® por cuarta vez a las puertas de la gloria. El f¨²tbol suele pagar sus deudas y la suya con La Rojita en categor¨ªa Sub-17 contiene cada vez m¨¢s ceros. Parec¨ªa que esta vez s¨ª, que esos detalles que decantan finales iban a caer del lado espa?ol. Eso pareci¨® cuando ?lvaro Fern¨¢ndez sac¨® una mano prodigiosa en el primer minuto que pudo cambiar el rumbo del encuentro. Una declaraci¨®n de intenciones de Inglaterra desde el pitido inicial: el bal¨®n iba a ser suyo (59% de posesi¨®n a su favor en la primera mitad, 53% al final del duelo). Fueron superiores de principio a fin y ganaron con justicia.

Son una magn¨ªfica selecci¨®n, aunque con un punto d¨¦bil demasiado pronunciado: los centrales y el portero. Un despiste colectivo en defensa desemboc¨® en el primer tanto espa?ol. Gelabert remat¨® entre tres rivales y Sergio G¨®mez la desvi¨® en el ¨¢rea peque?a.

El tanto seren¨® a los de Santi Denia y despist¨® a Inglaterra, que sin haber hecho casi nada mal se ve¨ªa por detr¨¢s en el marcador. Fueron los mejores minutos de La Rojita en el primer acto y obtuvieron recompensa. En el 31¡¯, una buena jugada de Gelabert en el ¨¢rea termin¨® en los pies de Sergio G¨®mez, que hizo su segundo tanto del encuentro con un zurdazo cruzado. Poco antes la hab¨ªa tenido Moha en sus botas tras otro error defensivo ingl¨¦s, pero lanz¨® largo su control. Conviene no desaprovechar obsequios en la final de un Mundial.

El encuentro se intu¨ªa decantado del lado espa?ol, que sin lucir su mejor f¨²tbol ve¨ªa c¨®mo el viento soplaba a su favor. No obstante, faltaba por aparecer el factor Foden. Ser¨ªa injusto pasar de puntillas por su partido. Merecer¨ªa una cr¨®nica aparte, el primer cap¨ªtulo de una carrera que se intuye repleta de gloria. El fino zurdo ingl¨¦s lo hizo todo bien. Encar¨®, dispar¨®, se asoci¨® y marc¨®¡­ Guardiola no acostumbra a repartir elogios gratuitos y a este joven no deja de regalarle los o¨ªdos. No es casualidad. El futuro de la selecci¨®n inglesa est¨¢ en sus botas.

Sobre su talento se reh¨ªzo Inglaterra y a la causa se sum¨® Hudon-Odoi, rapid¨ªsimo extremo que volvi¨® loco a Morey y avis¨® en el 42¡¯ con un derechazo que se estrell¨® en el palo. Fue la advertencia del hurac¨¢n que le esperaba a Espa?a y que se desat¨® justo antes del descanso, cuando Brewster recort¨® distancias.

La segunda mitad s¨®lo fue la confirmaci¨®n de la inercia. La superioridad inglesa era tan evidente que s¨®lo un accidente pod¨ªa evitar su triunfo. En el 58¡¯, Gibbs White traslad¨® justicia al marcador y empat¨® el encuentro despu¨¦s de una jugada colectiva.

El tanto sac¨® el orgullo de La Rojita, que tuvo varias buenas jugadas. Un espejismo. El empate dur¨® lo que tard¨® Hudson-Odoi en llegar a l¨ªnea de fondo por en¨¦sima vez. Su centro lo empuj¨® a la red Foden, que para entonces marcaba a su antojo el ritmo al que se jugaba el encuentro. En el tramo final Espa?a lo intent¨® con m¨¢s alma que peligro real, pero fue Inglaterra quien volvi¨® a golpear: Guehi y de nuevo Foden redondearon una manita que, aunque abultada, reflej¨® lo que se vio sobre el campo.

Algunos nacen con estrella y desde j¨®venes la chica guapa les devuelve la sonrisa a la primera. As¨ª le ha ocurrido a la generaci¨®n del 2000 inglesa, que logr¨® alcanzar en su primer intento la gloria que tanto se le resiste a Espa?a (cuatro finales perdidas). La tan ansiada Copa del Mundo Sub-17 habla ingl¨¦s. Ya la pueden besar¡­