Eficacia bajo la lluvia

El Bar?a complet¨® la faena que se esperaba y tras ganar a un lamentable Olympiacos por 3-1 suma su tercer triunfo en la fase de grupos de la Champions al tiempo que encara viento en popa su clasificaci¨®n para los octavos de final.

Fue un partido m¨¢s efectivo que est¨¦tico. Se limit¨® el Barcelona a hacer lo que se supon¨ªa sin ning¨²n lustre m¨¢s all¨¢ de jugar desde el minuto 41 de partido con un jugador menos por una expulsi¨®n de Piqu¨¦ tan justa como innecesaria. Vio el central catal¨¢n una amarilla por agarrar a un delantero griego que iniciaba una excursi¨®n a ninguna parte (como todas las de los griegos a lo largo del partido) y la segunda al empujar absurdamente con la mano el bal¨®n a gol a cuatro metros del juez de gol.

Pero ante un rival de la categor¨ªa del Olympiacos, hasta pod¨ªa haberse quedado el Barcelona con ocho jugadores y sacar el partido adelante. Los del Pireo salieron a jugar con la idea de que no le hicieran un roto doloroso a base de acumular jugadores en defensa mientras que el partido era un mon¨®logo del Barcelona.

Pero un mon¨®logo raro. De un tiempo a esta parte, los partidos en el estadio blaugrana son extra?os. Ante la UD Las Palmas se jug¨® a puerta cerrada y ante el Olympiacos, con una media entrada mediatizada sin duda por el chaparr¨®n que cay¨® en los prol¨¦g¨®menos del partido y durante buena parte de la primera mitad. Pero tambi¨¦n influy¨® el ambiente pol¨ªtico que se vive en Catalunya. Un espont¨¢neo trat¨® de saltar al campo, se desplegaron pancartas y, como pasa estos d¨ªas, mucha gente ten¨ªa la cabeza m¨¢s en otras cosas que en lo que suced¨ªa sobre el terreno de juego, que dicho sea de paso, no era nada del otro mundo.

De salida, el Barcelona carg¨® todo su juego por la banda derecha donde Deulofeu buscaba desesperadamente la jugada que le diera el pasaporte a la titularidad y acallara los rumores de la grada cada vez que encara a un rival.

Fue el extremo canterano el que origin¨® el primer gol del partido en el minuto 18 de juego, cuando un centro suyo fue rematado a porter¨ªa sin querer por Nikolau. El Bar?a, de esta manera volv¨ªa a verse beneficiado por la desgracia ajena. De hecho, ¡®autogol¡¯ es el segundo m¨¢ximo goleador del Barcelona con cinco goles en todas las competiciones. El autogol de Nikolau enterraba cualquier opci¨®n de los griegos de dar la sorpresa en el Camp Nou, aunque en el ¨²ltimo minuto del partido el prometedor central griego se desquit¨® de su fallo marcando el tanto del honor de cabeza a la salida de un saque de esquina.

Con el 1-0, la superioridad manifiesta del Bar?a, la lluvia, la frialdad del p¨²blico y la incapacidad del rival, el partido se fue mustiando sin remedio. Alguna aparici¨®n de Paulinho llegando desde segunda l¨ªnea (envi¨® un bal¨®n al larguero de cabeza) y alg¨²n intento de Deulofeu agitaban el cotarro hasta que Piqu¨¦ meti¨® la pata, o mejor dicho la mano, y dej¨® en inferioridad a los suyos antes del descanso.

Pero ni por esas se animaron los griegos en la reanudaci¨®n. Siguieron con un encefalograma plano a m¨¢s no poder que facilit¨® el gol cien de Messi en Europa al saque de una falta y que culmin¨® Digne con el tercer gol tras jugada del argentino. Tarea resuelta y todos a casa que llueve.