El Bernab¨¦u desangra al Madrid, que no resolvi¨® su ataque de ansiedad frente a un Betis ordenado y con paciencia. De lo uno y de lo otro tambi¨¦n parecieron sobrados Valencia y Levante. Demasiados adversarios crecidos como para no investigar esas ca¨ªdas de tensi¨®n del Madrid, que volvi¨® a nublarse ante la porter¨ªa de un Ad¨¢n insuperable. El Bar?a le ha alejado en siete puntos en un suspiro. No ha acabado septiembre y ya est¨¢ condenado a una caza mayor gigantesca.
Tiende a cronificarse la impuntualidad del Madrid en los partidos en el Bernab¨¦u. Un asunto recurrente que Zidane no acierta a explicarse. Ese arranque en fr¨ªo se repiti¨® frente a un Betis de alineaci¨®n resumida, sin Guardado, Joaqu¨ªn y Sergio Le¨®n, pero que a los tres minutos se dej¨® ir un gol: el doble remate encontr¨® a Carvajal y Sanabria como rescatadores. Sucedi¨® antes de que el Madrid subiera levemente el volumen, encontrara a Carvajal en la derecha, prosperara ese centrocampismo desbordante de Modric y, de modo intermitente, se desatara un temporal sobre el ¨¢rea de Ad¨¢n. Eso fue el Madrid, una sucesi¨®n discontinua de llegadas al ¨¢rea sin tener el partido en la mano. Parte de la culpa se la atribuy¨® el Betis, que no fue un equipo encapsulado en su campo, sino un grupo siempre a la expectativa, con una defensa muy adelantada y en alerta para la contra. No le espant¨® el Bernab¨¦u, como cab¨ªa esperar.
El peso del Madrid cay¨® sobre el juego vaporoso de Modric, que encontr¨® pocos aliados. Isco entr¨® y se esfum¨®, Kroos y Casemiro carecieron de atrevimiento y lo de Bale, tras el gol de Anoeta, pareci¨® m¨¢s autoenga?o que vuelta a la vida. Y tampoco encontr¨® soluciones ni por la v¨ªa r¨¢pida, Cristiano, ni por la de servicio, Marcelo. El portugu¨¦s se qued¨® en el empe?o y en un buen pu?ado de tentativas: un taconazo frustrado y varios disparos errados o adivinados por Ad¨¢n. Los porteros contribuyeron a secar el marcador. Keylor meti¨® una mano tremenda a trallazo de Fabi¨¢n y Ad¨¢n fue una muralla.
El ataque de ansiedad
La segunda mitad pareci¨® demacrar al Betis, porque el Madrid encontr¨® a sus insistentes laterales, Cristiano se faj¨® en el avispero y Bale se arrim¨® a la izquierda, donde su influencia se multiplica. La cosa qued¨® en asedio sin paliativos con el par¨¦ntesis de un gran ocasi¨®n de Francis, que se achic¨® ante Keylor.
La lesi¨®n de Marcelo acab¨® por desatar al Madrid y al p¨²blico. Al partido llegaron Asensio, Lucas V¨¢zquez y Mayoral a costa de restar centrocampistas. Una especie de 3-4-3 con hasta siete jugadores convertidos en fuerza de asalto. Carvajal se estrell¨® en el palo; tambi¨¦n Bale, en taconazo lujos¨ªsismo desviado por Ad¨¢n. A Cristiano se le fueron tres ocasiones clar¨ªsimas. Tambi¨¦n dej¨® pasar un tren Mayoral. Fue un arrebato desordenado, con m¨¢s empuje que m¨¦todo que pag¨® caro. Cuando se cans¨® de volver, en el descuento, Sanabria puso la Liga patas arriba.