Griezmann hizo de Luis
El franc谷s hizo el hist車rico gol de la victoria del Atl谷tico en el estreno del Wanda Metropolitano. El M芍laga dio un susto al final pero sigue sin sumar.Atl谷tico - Arsenal: Europa League 2018

Eran las 20:30 cuando, sobre la c迆pula, la Patrulla ?guila pintaba con sus aviones el cielo de Atl谷tico de Madrid. Debajo, casi todas las sillas estaban ya ocupadas. La gente miraba, no pod赤a dejar de mirar. Aqu赤, all芍, marcadores, c谷sped. Mientras, se apretaba fuerte la bufanda al cuello. Porque ayer era un d赤a de ponerse la camiseta como se pone una corbata. Con ceremonia. D赤a todo lleno de primeras veces. Porque nac赤a una vida, la de un estadio. Los padres que eran hijos hace 51 a?os ahora eran abuelos llevando a un nieto de la mano, pisando el Wanda Metropolitano.
La historia contar芍 que el primer d赤a de este estadio era de cielo claro aunque primeras chaquetas, nada que ver con la ma?ana plomiza, a ratos lluvia, a ratos no, en la que comenz車 el Calder車n. Tampoco en la gente. Sobre todo en eso no: si entonces, all赤, en el Manzanares estaban s車lo 20.000, esta mudanza la hicieron todos. Los 55.000 del Calder車n y otros 13.000, 68.000, aforo completo. Era muy pronto, por la ma?ana, cuando el rojiblanco empez車 a rodear sus muros, con esa grada una vez llamada Peineta ahora Gradona. Hab赤a gente por todas partes. El Metro, la calle Niza, alrededores. Gente poni谷ndole sus nombres a esa rotonda, a ese banco, a este bar, a esta puerta. Gente y selfies, muchos selfies. La necesidad de hacer fotos para recordar que esto se vivi車, que se estaba en este comienzo, el del Wanda Metropolitano.
Dentro suena Thunderstruck, de AC/DC, la m迆sica de antes de los partidos del Calder車n. Fuera la gente hace cola y mira por las rendijas. Miran y exclaman. Qu谷 campo, qu谷 campo. A las 20:00 lo pisan por primera vez. C車mo suena, su eco. El Atleeeti Atleeeti tan alto. Sobre el c谷sped ya est芍 tambi谷n el escudo. Ese pintado, el que no se pisa.
El Fondo Sur fue el primero en llenarse. Eso tambi谷n lo contar芍 la historia. Que a las 20:08 ya tomaba su voz los rincones del estadio con su Ale, ale, alee infinito. Bufandas, banderas al aire. Los jugadores que salen, por vez primera, el primer once, historia ya. Oblak; Juanfran, God赤n, Lucas, Filipe; Koke, Gabi, Thomas, Sa迆l; Griezmann y Correa. Suena el himno, m車viles en alto, la piel de gallina, el bal車n rueda. Porque son las 20:46 y lo que le faltaba al estadio ya est芍 tambi谷n. El f迆tbol. Porque en esta historia hay un rival, el M芍laga, y otro principio: ese con el que comienzan los grandes relatos de f迆tbol. Un silbato. Piii, piii.
Mientras la afici車n iba present芍ndose a sus vecinos de asiento, el partido comenz車 como si los jugadores tambi谷n quisieran ir gan芍ndose metro a metro su hierba. Los primeros t赤midos, los segundos sin encontrar caminos a Roberto. Quiz芍 a迆n raros de ponerle a las cosas su nombre por vez primera. El primer c車rner, Koke. El primer disparo, Correa. Las primeras gotas de sudor de su historia ya ca赤an sobre la hierba de este estadio, aunque los dos equipos jugaran en horizontal, como si Oblak y Roberto no hubiesen sido invitados a la fiesta.
El f迆tbol romo del Atleti a veces en el Calder車n tambi谷n se hab赤a mudado. S車lo Correa alborotaba ante un M芍laga s車lido atr芍s y a punto de mortal en una contra. La corri車 Bast車n y casi logra eso que la grada so?aba. El primer gol de un canterano. Pero no as赤. No suyo, con una camiseta rival. Lo evit車 Oblak. Oblak y su guante. Ese primer gol tendr赤a acento franc谷s y pelo rubio.
Cuando lleg車 ya era la segunda parte y Carrasco hab赤a entrado para volcar el juego hacia Roberto. Le par車 a Koke, le par車 a Sa迆l, pero lleg車 Grizi, que parec赤a no estar, y un disparo, uno solo, le bast車 para hacer ese gol, el primero de este estadio, como hiciera Luis en el Calder車n. Todo empez車 en Correa, que corre, que centra. Grizi espera en el coraz車n del 芍rea con la derecha preparada. Espera y remata. Su capa nunca descansa. Red estrenada. Rol芍n no pudo con la de Oblak en el 89'. Otra de sus santas manos dejaron en victoria este principio.
Piii. Cuando ese silbato volvi車 a sonar, ahora a final, hubo escalofr赤o general. De repente una sensaci車n, ser consciente de que no se volver芍 a sentir el fr赤o del r赤o, que 谷ste, seco, es otro. Que eso que fue tantas veces, el Calder車n, no volver芍 a suceder. Pero estate tranquilo, viejo: el Wanda Metropolitano guardar芍 bien tu legado. En su grandeza tambi谷n est芍 la tuya. Siempre.