CONFECUP | PORTUGAL 2 - M?XICO 1
Pepe se viste de Sergio Ramos y Portugal acaba tercera
El central forz車 la pr車rroga con un gran gol en el minuto 91. Adrien Silva decidi車 con un tanto de penalti en el tiempo extra. Neto en propia hab赤a adelantado a M谷xico.B谷lgica-M谷xico en directo online
Caos, demencia, surrealismo. El partido por el tercer lugar de la Copa Confederaciones no fue indiferente. Para ser el encuentro que nadie quiere jugar, fue una guerra sin cuartel en la que el derrotado, el Tri de Osorio, pondr芍 una queja ante la Corte de Derechos Humanos por el agravio en su contra. Entre la furia y el desquiciamiento, remont車 Portugal gracias a la inspiraci車n 'sergioramesca' de Pepe y claudic車 M谷xico, cada d赤a menos seguro de las certezas que dec赤a tener.
El partido ten赤a m芍s pinta de exhibici車n en el Bolshoi en sus inmediaciones; el sopor del domingo, el aire calmo del jolgorio familiar, la gris tarde, muy moscotiva; la m迆sica sin resonar y la cerveza sin alcohol. Ocurri車 que el Estadio Spartak fue, a ratos, por segundos intermitentes, un Estadio Azteca a escala, en cir赤lico y en cauc芍sico. El apoyo corri車 por cuenta de los aficionados rusos, que se regodearon en el terso juego de posesi車n patrocinado por M芍rquez, Guardado y Herrera en los primeros compases. Sin Cristiano, y sin filo, Portugal intent車 cercenar con una esp芍tula; la br迆jula de Nani hab赤a perdido el norte. Entonces, Moutinho lanz車 a Andr谷 Silva y M芍rquez, con el impulso, se dej車 llegar a las piernas del ariete. A Al Mirdasi le traicion車, una vez m芍s, la ceguera, pero por fortuna est芍 ya el VAR para corregir las aberraciones oculares. La secuencia termin車 con un deje de justicia po谷tica, no por la legalidad del penalti, sino por la atajada de Ochoa: vuelo elegante, fiero, como un felino a la caza, para negar el tiro de Andr谷 Silva. La coronaci車n de Ochoa, el guardi芍n de las ilusiones de Osorio. "?Mexika, Mexika!", rugi車 el Spartak.
Con Vela como Tchaikovsky al piano, M谷xico encontr車 armon赤a, melod赤a y ritmo. Una sinfon赤a suya fue coronada por un acorde de Javier Hern芍ndez, pero Rui Patricio cort車 las cuerdas. La composici車n de Osorio depend赤a del metr車nomo de M芍rquez, no siempre a tiempo. Un, dos, tres, cuatro, timbre, un, dos, tres. No siempre con la misma frecuencia. Danilo explot車 los silencios y Martins, un Paganini portugu谷s, resolv赤a la partitura con endiabladas progresiones por las orillas de la hoja. Pero Santos tampoco pudo culminar su obra, ni siquiera con la inestimable ayuda de Oribe Peralta, quien casi echa al fuego los apuntes de Ochoa.
Para Javier Hern芍ndez, el bronce tambi谷n es un premio. Incombustible, el delantero recorr赤a todos los recovecos del frente de ataque, siempre custodiado por Neto y Pepe. Entonces, Chicharito hizo un sprint por el carril de la extrema izquierda, Vela pate車 al aire pero Fonte, que tendr芍 un pasaporte mexicano, enmend車 la obra. Pero Portugal forj車 la espada. No hay Cristiano, pero s赤 campe車n de Europa. En Saint-Denis se coronaron con 'El Comandante' bajo trincheras. Y se sucedieron las ocasiones. Pizzi golpe車 hacia la publicidad con el borde derecho, Nani remat車 con las pesta?as y Martins oblig車 a que Ochoa se esculpiera otra estatua; su figura, arqueada, poes赤a en el viento, envi車 hacia las alturas un cabezazo del lusitano. En tanto, Vela prosegu赤a con la 'tocata y fuga', aunque su bolea de izquierda, anunciada como el gol de los tiempos, fue un tiro de salva.
Osorio cambi車 la clave de la partitura: con Lozano y Jim谷nez en lugar de Oribe y Hern芍ndez, el tempo se aceler車 hasta parecer una canci車n de jazz progresivo. Todo marchaba conforme al plan de Osorio hasta que Pepe, con el esp赤ritu de Sergio Ramos, dio desplante de bailar赤n y empuj車 la pelota a las redes con la suela. El castillo de naipes volvi車 a derrumbarse para Juan Carlos Osorio.
La pr車rroga fue una colecci車n de desprop車sitos; escrita por Stravinski. Todo empez車 cuando Lay迆n evit車 con el brazo izquierdo un sombrero de Martins en el 芍rea. Al Mirdasi sentenci車 y Adrien Silva someti車 a Ochoa. Despu谷s, todo fue caos. No melod赤a, no ritmo; solo batacazos demenciales y guitarras con arco de viol赤n. El Tri, hecho un reguero de sangre, tir車 a matar como Travis Bickle. En la vor芍gine, Semedo y Jim谷nez fueron enjuiciados por intento de asesinato y debieron irse reclusos.
Despu谷s, Rui Patricio se zambull車 para detener una bolea imperial de Herrera y Pepe carg車 sobre Moreno para evitar que el de la Roma contactara el gol del empate. La repetici車n, mostrada en las pantallas del estadio, desat車 el aquelarre. Osorio le susurr車 al juez asistente Al Shalwai, no una petici車n de matrimonio, precisamente. Y sigui車 el destino de Semedo y Jim谷nez. El VAR, al parecer, no tiene jurisdicci車n en los minutos finales de la pr車rroga. El partido termin車 con las puertas del T芍rtaro abiertas de par en par, con los campeones de Europa con el bronce colgando de su cuello y con el Tri supurando alusiones sat芍nicas. Que los tiempos venideros no le pintan muy celestiales.