El plan B es un planazo
El otro Madrid fue un ballet en Riazor. Isco, Kovacic y Asensio pusieron el arte en el partido m¨¢s completo del curso. El Depor fue un pelele.
El otro Madrid, plan B de Zidane, planazo para el resto del mundo, fue un ballet en Riazor, de Casilla a Morata, de pit¨®n a rabo. Perfeccion¨® la puesta en escena de Eibar, Legan¨¦s o Gij¨®n con un alt¨ªsimo sentido del deber en su primer partido sin quitamiedos. Un pinchazo le restaba el tesoro de la autodependencia al Madrid. En ning¨²n momento lo puso en peligro el Depor, una escombrera desde el segundo 50, ante un grupo lujos¨ªsimo, inexplicablemente orillado en las grandes citas.
Es un caso de estudio este Madrid, capaz de mejorar cambiando nueve jugadores de s¨¢bado a mi¨¦rcoles, alineando s¨®lo dos titulares, y alardeando, en cierto modo, de antisistema: tres mediapuntas reciclados en centrocampistas (Isco, Kovacic y James) gobernaron el partido, ofrecieron trabajo y revelaron la solidez del acero. Partidos como este robustecen su figura pero, a la vez, cuestionan el criterio del entrenador por su primera elecci¨®n y el valor de los ocasionalmente relevados (Modric, Kroos, Benzema, Bale...).
El Madrid sustituy¨® pronto el partido por un festival. A los 50 segundos Danilo rob¨® la pelota, se la entreg¨® a Isco (cero minutos en el Cl¨¢sico) y este a Morata (cero minutos en todos los partidos trascendentes de abril), que super¨® a Lux, con la defensa del Depor de oyente. El tanto result¨® una manifestaci¨®n a las puertas del despacho de Zidane. Una multitud echa la puerta abajo.
Lo que lleg¨® despu¨¦s fue una riada que se llev¨® por delante al Depor, que s¨®lo durante diez minutos y despu¨¦s de un gol afortunado de Andone, crey¨® posible ganar la orilla. A ese tanto lleg¨® despu¨¦s de encajar un segundo del Madrid, de James, tejido con paciencia por Kovacic, que salt¨® siempre varias l¨ªneas con su eslalom gigante, y por Lucas V¨¢zquez, y de sobrevivir a media docena de ocasiones m¨¢s de aquella marea blanca. Morata se encasquill¨® demasiado, aunque tambi¨¦n le anularon un gol (golazo) legal. El Madrid llev¨® la pelota de costa a costa, cambi¨® posiciones, pis¨® el ¨¢rea, le dio el papel de h¨¦roe a Lux y exhibi¨® el magnetismo de Isco, cuya magia fue indetectable para el Depor. Con todo, ese Madrid cargado de explosivos pas¨® apuros en los diez minutos en que decidi¨® avituallarse, tras el 0-2. Reemprendi¨® la exhibici¨®n con el tanto de Lucas V¨¢zquez, urdido por Isco con un c¨®ctel de furia y seda: en un segundo pas¨® de la recuperaci¨®n fiera a la ruleta m¨¢gica.
Tras el descanso, Mel meti¨® un tercer central para taponar la herida y el partido result¨® m¨¢s cerrado, pero sin cambiar de propiedad. Asensio tom¨® el relevo de Isco al viol¨ªn en un equipo ins¨®litamente bien ensamblado teniendo en cuenta su interinidad. James, Isco y Casemiro completaron la exhibici¨®n en el partido m¨¢s est¨¦tico del Madrid en el curso y se consol¨® Joselu con un buen cabezazo. El Madrid de Riazor estaba hecho para el futuro pero le est¨¢n robando escandalosamente el presente.