Pecados blancos: Bale, Isco, visceralidad, tratos de favor...
De la inconveniencia de alinear al gal¨¦s al exceso de faltas innecesarias sobre Messi: las razones que condujeron al Madrid a la derrota.</br><a title="Real Madrid-Fuenlabrada en directo y en vivo online: Copa del Rey" href="/futbol/2017/11/27/copa_del_rey/1511806003_495994.html">Real Madrid-Fuenlabrada en directo</a>


Perdi¨® el Madrid como pudo ganar. Sucede cuando las cosas se resuelven a tiros, como fue el caso, pero ese albur del minuto 92 no puede ocultar los pecados del Madrid, que se perdi¨® entre el exceso de diplomacia y de visceralidad.
El error Bale
Ponerle fue una equivocaci¨®n que pagar¨¢ Zidane, que pagar¨¢ Bale y que pagar¨¢ el Madrid. Por redondear el once con los mejores cromos cuando varios futbolistas sal¨ªan de lesiones el Madrid de Ben¨ªtez fue atropellado por el Bar?a en el Bernab¨¦u (0-4) hace a?o y medio. Ni antes ni despu¨¦s de ese partido volvi¨® a repetirse esa diferencia de juego entre uno y otro, hasta el punto de que el equipo blanco llev¨® su pelea hasta el ¨²ltimo partido y entreg¨® la Liga por un punto. Bale no estaba curado. Quien mejor deb¨ªa conocerlo era el jugador. Y el primero en desconfiar debi¨® ser Zidane. El Madrid tir¨® media hora con un jugador mermad¨ªsimo y perdi¨® un cambio que hubiera agradecido al final. El gal¨¦s qued¨® se?alado por un estadio poco olvidadizo y, en algunos casos, insistentemente rencoroso.
La visceralidad
Al Madrid le falt¨® cabeza para contrarrestar el factor Messi. Cierto es que el argentino estuvo en una versi¨®n insuperable, pero la mayor¨ªa de las faltas que el Madrid cometi¨® sobre ¨¦l fueron a cincuenta metros del marco. Especialmente innecesaria result¨® la primera de Casemiro, producto de una rabieta tras tragarse un regate del astro en zona de m¨ªnimo riesgo. A Ramos le hubiera bastado con un empuj¨®n para pararle en la acci¨®n que le cost¨® la expulsi¨®n. Fue rigurosa pero tent¨® a la suerte.
Jugar de espaldas al marcador
Regresando al asunto de las faltas, el Madrid se ahorr¨® la ¨²nica que realmente necesitaba. No par¨® a Sergi Roberto en el embri¨®n del 2-3. Sucedi¨® en pleno frenes¨ª ofensivo de un equipo que buscaba ajustar cuentas y no echar cuentas. El coraz¨®n estuvo, inexplicablemente, por encima de la clasificaci¨®n. Un empate le habr¨ªa permitido una derrota y una igualada en los seis partidos que le restan. Falt¨® alguien que lo explicara bien en el campo.
Ciclot¨ªmico Benzema
El franc¨¦s no es jugador de todos los momentos y todos los partidos. Necesita un entrenador que sepa detectar el instante de no retorno, porque es futbolista de inspiraci¨®n y no de resurrecci¨®n. El domingo lleg¨® a ese punto irreversible, en la segunda parte, y Zidane no lo vio o no quiso verlo. Es dif¨ªcil determinar la frontera entre la confianza ciega y el trato de favor.
Isco, el olvidado
Isco no jug¨® un minuto, hecho sospechosamente repetido. Cierto es que no caben todos. Y cierto es, tambi¨¦n, que el f¨²tbol es un juego de instantes. E Isco est¨¢ en el punto de iluminaci¨®n con el que sue?a todo futbolista. Detectarlo es tarea del entrenador, pero el Madrid de Florentino y Zidane funciona de otra manera. Un banquillo fastuoso est¨¢ para quitarle esfuerzos a los intocables o para reparar sus lesiones. Existe una escala cerrada que desfavorece la competencia y da?a la moral de la tropa. La injusticia es la mejor materia prima para fabricar descontentos.
El calendario
Es el pecado a¨²n por cometer. El Madrid debe parar la pelota y sentarse a valorar la situaci¨®n: seis partidos pendientes; dos en casa ante Valencia y Sevilla, que no son lo que fueron ni en su historia ni en esta Liga, respectivamente; y cuatro salidas de media monta?a. Depor y M¨¢laga est¨¢n en el ¨²ltimo cuarto de la tabla, pero pr¨¢cticamente salvados; el Granada tiene imposible la salvaci¨®n; y la cabeza del Celta anda en otra cosa. Retrocedan a junio, pinten este escenario y encontrar¨¢n a una gran parte del madridismo que hubiera firmado.