Cristiano es M¨ªster Champions
Un Bayern heroico condujo al Madrid a la pr¨®rroga. Hat-trick decisivo del portugu¨¦s y golazo de Asensio. Pol¨¦mico arbitraje: injusta expulsi¨®n de Vidal, fuera de juego en el 2-2 y dudas sobre el penalti a Robben y el segundo gol alem¨¢nFinal de la Champions League 2018: cu¨¢ndo y d¨®nde es
Con un rep¨®ker de Cristiano (100 goles en Champions ya), un cuadro agudo de hipertensi¨®n, un salto al futuro de Asensio y un arbitraje que dar¨¢ que hablar (salieron peor parados los alemanes en el reparto de errores) sali¨® el Madrid de esta. El Bayern fue lo que su pasado indica y s¨®lo se entreg¨® en inferioridad. Fue un partido para la historia de la Champions, una pel¨ªcula de suspense para la filmoteca y una prueba de esfuerzo para el equipo de Zidane.
Al Bayern, como al Madrid, nunca le cupo el orgullo en el escudo. Tampoco con el viento en contra que le llev¨® hasta el Bernab¨¦u. As¨ª que decidi¨®, desde el inicio, estar a la altura de su historia, presionando con ocho futbolistas en el campo del Madrid, con la actitud intimidadora que siempre le acompa?¨® y con Lewandowski, que vale por un regimiento de artiller¨ªa. As¨ª que cogi¨® el partido por las solapas aprovechando ciertos desprendimientos en el formato del Madrid.
El Bayern se acost¨® sobre su izquierda sin que nadie reparara en Alaba, que relev¨® permanentemente a Rib¨¦ry. Carvajal se vio desbordado por falta de ayudas. Isco nunca fue jugador de banda y menos para vigilar la frontera. As¨ª que all¨ª hubo de acudir Modric, que tampoco est¨¢ para esos asuntos. Por aquel agujero sufri¨® el Madrid todo el partido y por ah¨ª se trag¨® la primera ocasi¨®n, con doble remate de Thiago y Robben. El primero lo salv¨® Casemiro. El segundo acab¨® en el lateral de la red.
Aquel Bayern a tumba abierta fue perdiendo continuidad, aquejado del mismo mal que el Madrid. Rib¨¦ry y Robben no ten¨ªan regreso y Carvajal y Marcelo, como tantas veces, hicieron recular al cuadro alem¨¢n. Tambi¨¦n el Bernab¨¦u, que cumpli¨® con su papel emocional. Con la pelota el Madrid fue otra cosa.
Con un centrocampista m¨¢s e Isco muy en la onda, el tormento cambi¨® de lado. Estrepitosamente. En quince minutos el Madrid se procur¨® siete buenas ocasiones. Benzema, Cristiano y Kroos, dos veces, no dieron con la puerta; Neuer invalid¨® un tirazo de Carvajal y otro del propio Kroos y Boateng, bajo palos, lleg¨®, en un tiro de Ramos, donde no alcanzaron los tent¨¢culos del fant¨¢stico meta alem¨¢n.
Al Madrid le dieron espacio y solt¨® a sus liebres, a la espera de enhebrar el pase definitivo, que esta vez lleg¨®. Fue en punter¨ªa donde se qued¨® corto. Y tambi¨¦n se vio expuesto a las contras germanas, que buscaron siempre a su jinete polaco. No le llevaron demasiado lejos en la primera mitad, especialmente por c¨®mo patrull¨® Casemiro en el centro del campo. Atendi¨® todas las urgencias. La puesta en escena del Bayern tuvo mucho de pirotecnia: se atrac¨® de bal¨®n, pero se march¨® al descanso sin que Keylor tuviese que parar nada. En cierto modo, lo suyo fue boxeo de sombra.
El despertar del Bayern
El Madrid tard¨® poco en lamentar esa falta de pericia ante Neuer. En un minuto, Marcelo le sac¨® sobre la l¨ªnea un remate a Robben y Casemiro le hizo un penalti discutible, convertido por Lewandowski. Y con el Madrid en estado de shock, Vidal perdi¨® un gol cantado y Rib¨¦ry asust¨® con una volea mordida de izquierda. Aquello era, al fin, el Bayern que siempre conocimos, de Maier a Lewandowski, del 76 a ahora.
Abriendo el campo, estirando a sus laterales, d¨¢ndole aire a Rib¨¦ry y Robben, fue encogiendo al Madrid, alej¨¢ndole de la pelota, del p¨²blico y de la confianza. Neuer desapareci¨® de escena y Zidane lanz¨® el mismo cable que en M¨²nich: Asensio por un Benzema oculto. Y despu¨¦s, Lucas V¨¢zquez por Isco. Un equipo con extremidades y con trabajo en un estadio inquieto, nervioso, casi paralizado.
Cristiano qued¨® como ¨²nico punta y ah¨ª, en su nueva vivienda, le encontr¨® Casemiro. El tanto de cabeza del portugu¨¦s qued¨® ahogado por el giligol de Sergio Ramos. Un error de entendimiento entre ¨¦l, Carvajal y Keylor acab¨® en el 1-2. Ramos, a la inversa, con posible fuera de juego previo. Le alivi¨® la expulsi¨®n de Vidal, que la mereci¨® antes (como Casemiro) pero no por la entrada a Asensio, que no fue ni falta.
En la pr¨®rroga, como en M¨²nich, emergieron Robben, inmenso, y Neuer, la pared contra la que ya top¨® el Madrid en el Allianz, hasta que apareci¨® Cristiano, en fuera de juego, para quitarle al Madrid la soga al cuello. A los postres se sirvi¨® un jugad¨®n de Marcelo, culminado por Cristiano, y un golazo de Asensio. El final perfecto de un partido deliciosamente imperfecto.