Quagliarella: "Dej¨¦ N¨¢poles por el acoso que sufr¨ªa"
El ex futbolista napolitano vivi¨® una situaci¨®n similar a Higua¨ªn. "Lo sufr¨ªa durante m¨¢s de cinco a?os y es algo que duele mucho".Cantolao-Ayacucho: liga peruana
A veces, detr¨¢s de los movimientos del mercado de fichajes, hay historias que nadie imaginar¨ªa. Incluso tr¨¢gicas. En 2010, Fabio Quagliarella, napolitano e ¨ªdolo de su afici¨®n, dej¨® el N¨¢poles para irse a la Juventus. Los tifosi sufrieron este adi¨®s como una traici¨®n, parecida a la que se vivi¨® este verano con Gonzalo Higua¨ªn, y nunca se lo perdonaron. ¡°Me llamaban infame, ten¨ªa que esconderme cada vez que volv¨ªa a ver a mi familia para evitar discusiones y peleas ¨C cuenta el punta en el programa italiano Le Iene, el mismo de la pol¨¦mica con M¨¢rquez ¨C mi gente es maravillosa, pero no sab¨ªa lo que pas¨® de verdad. Dec¨ªa a m¨ª mismo 'un d¨ªa todo saldr¨¢ a la luz'. Y el d¨ªa lleg¨®¡±. S¨ª, porque detr¨¢s del adi¨®s al N¨¢poles de Quagliarella despu¨¦s de apenas un a?o de su llegada, ?hubo una pesadilla llamada acoso.?
¡°Lo sufr¨ª durante m¨¢s de cinco a?os, y duele¡±, cuenta Fabio, que fue victima de Raffaele Piccolo, un agente de la Polizia Postale italiana (la secci¨®n de la polici¨ªa que se ocupa de vigilar internet) del que confiaba mucho. Lo conoci¨® por un problema con las contrase?as de sus redes sociales, y de ah¨ª naci¨® una amistad. Le abri¨® las puertas de su casa, donde, poco despu¨¦s, empezaron a llegar cartas an¨®nimas. ¡°Fotos de chicas desnudas, amenazas, me relacionaban con droga, con la mafia, con pederastia, con ama?os de partidos. Cientas de cartas¡±. Amenazas absurdas que llegaron hasta al padre del jugador, que cuenta conmovido: ¡°Dec¨ªan que iban a matar a mi hijo, que nuestro edificio entero iba a explotar. Una vez hasta nos hicieron encontrar un ata¨²d con su foto¡±.?
La familia Quagliarella, aterrorizada, se aferr¨® a Raffaele Piccolo, del que confiaba totalmente. ¡°Nos dec¨ªa de no tocar las cartas, que iba a buscar las huellas dactilares, que ¨¦l se encargaba de la investigaci¨®n¡±. El agente, mientras, ped¨ªa camisetas, entradas del estadio, aut¨®grafos... Siempre recibi¨® todo, gracias al cari?o de los Quagliarella. ¡°Siempre afirmaba que est¨¢bamos cerca de encontrar al culpable ¨C relata Fabio ¨C y nos ped¨ªa de no contar lo que estaba pasando a nadie. Yo, obedec¨ª. S¨®lo mis padres sab¨ªan. Ni mis hermanos¡±.
Las cartas de Piccolo no llegaban solo a la casa del jugador. Algunas las destinaba a la Direzione Distrettuale Antimafia, en las que acusaba a Giulio, un amigo de Quagliarella. Lo hizo pasar por mafioso, y el hombre fue investigado por la polic¨ªa. Otras, adem¨¢s, llegaban a la sede de la SSC Napoli. Cartas horribles. Un hecho que, para el club, hizo inevitable su venta.?
¡°?bamos a jugar a Suecia, y ten¨ªa que ser titular (ante el Elfsborg, en agosto del 2010). De repente - cuenta Qugaliarella - en el vestuario me dijeron que no habr¨ªa disputado ni un minuto, porque me hab¨ªan vendido. A la Juve¡±. Verlo de bianconero le rompi¨® el coraz¨®n a la ciudad: ¡°Dec¨ªan que lo hice por dinero, pero en la Juve ganaba lo mismo que en N¨¢poles. Los tifosi me insultaban, molestaban a mi familia, quemaban mis camisetas... eso, sin embargo, demostr¨® todo lo que me amaban. Si hubiera sido uno cualquiera, mi venta le habr¨ªa dado igual¡±.?
La pesadilla destroz¨® su sue?o:¡°Sin todo esto, estar¨ªa todav¨ªa en el N¨¢poles ¨C dice Fabio ¨C so?aba con ser capit¨¢n, con crecer al lado del equipo. S¨®lo marqu¨¦ 11 goles, pero para m¨ª son como 100. Me dol¨ªa demasiado, no sab¨ªa c¨®mo contar lo que me pasaba. Pensaba que no me iban a creer. Mi carrera hubiera podido ser mucho m¨¢s grande¡±.
Tras cinco a?os de infierno, el acosador, por fin, cometi¨® un error. ¡°Un d¨ªa me dijo que le estaban llegando amenazas a ¨¦l tambi¨¦n ¨C cuenta el padre del jugador, Vittorio ¨C poco despu¨¦s nos vimos en un bar y le ped¨ª ense?arme los mensajes. Me dijo que los borr¨®. Ah¨ª empec¨¦ a sospechar¡±.?
Vittorio corri¨® a la comisar¨ªa y vio que de todas las demandas que hicieron con Raffaele Piccolo, no lleg¨® ni una. La polic¨ªa empez¨® a investigar (esta vez de verdad), y no fue dif¨ªcil desenmascararle. Fue condenado a cuatro a?os y ocho meses de prisi¨®n por acoso, aunque entre apelaciones y prescripci¨®n hay el riesgo que no pase ni un d¨ªa en la c¨¢rcel. Fabio, por su parte, volvi¨® a ser libre. Y ahora, con 34 a?os, solo le queda un sue?o: volver a vestir la ¨²nica camiseta que haya besado. La Azzurra: ¡°Me emocionar¨ªa s¨®lo la noticia de un supuesto inter¨¦s. Pienso en mi carrera, miro atr¨¢s, y veo que dej¨¦ a medias lo que m¨¢s quer¨ªa¡±.
Sigue el partido de vuelta de octavos de final de Champions League entre N¨¢poles-Real Madrid.