Egipto ahorcar¨¢ a diez de los cabecillas de Port Said
En 2012 murieron 74 personas en la masacre del estadio. Se vincul¨® con la tragedia a los paramilitares del dictador Mubarak.
Egipto ha condenado a morir en la horca a diez de los 73 acusados por la tragedia de 2012, cuando 74 personas perdieron la vida en el estadio de Port Said. La sentencia, que es firme y contra la que no cabe recurso, no ha fijado la fecha para la ejecuci¨®n.
Siempre hubo indicios de que la polic¨ªa presente en el partido de m¨¢ximo riesgo entre el Al Masri y el Al Ahli se inhibi¨® una vez que estall¨® el conflicto. Justo al final, decenas de exaltados del Al Masri lanzaron piedras y persiguieron con cuchillos a los jugadores del Al Ahli. La revuelta se sald¨® con 74 fallecidos y casi mil heridos, adem¨¢s de los muertos en los d¨ªas posteriores en las calles de El Cairo por los incidentes sucedidos dentro del estadio.
A¨²n hoy hay sospechas firmes de que el origen de los altercados tuvo un componente pol¨ªtico. Al Ahly y su hinchada representaban a los seguidores de la Primavera ?rabe, mientras que los de Al Masry hab¨ªan mostrado su apoyo incondicional al r¨¦gimen de Mubarak.
Los ¡®baltagueya¡¯, los paramilitares del dictador, fueron vinculados directamente con la masacre. Se habr¨ªan vengado as¨ª de uno de los arietes de la Primavera ?rabe, que hab¨ªa forzado la salida de Mubarak tras treinta a?os en el poder, y que en el estadio de Port Said representaban los seguidores de el Al Ahly. Al conflicto pol¨ªtico se uni¨® la violencia de los ultras. Y el resultado fue fatal.
Pero pese a las penas de muerte, algunos de los responsables policiales han evitado el mal mayor. El director de Seguridad de la provincia de Port Said, el general Isam Edin Samak, y el jefe de la Polic¨ªa de Medio Ambiente de Port Said, Mohamed Saad, s¨®lo cumplir¨¢n cinco a?os de c¨¢rcel cada uno pese a que los disturbios se produjeron sin que las fuerzas de seguridad intervinieran.
Desde 2013, varios veredictos sobre el caso hab¨ªan provocado enfrentamientos sangrientos en Port Said, con manifestaciones contra las penas capitales, y en El Cairo, contra las absoluciones. Adem¨¢s de los diez condenados a muerte, el tribunal castig¨® con la cadena perpetua a otros diez procesados.