Henrikh Mkhitaryan, un armenio en el Teatro de los Sue?os
Comienza a vivir sus mejores momentos tras un arranque poco favorecedor. Mou le 'se?al¨®' como uno de los culpables de la derrota en el derbi de Manchester

Las cosas empiezan a sonre¨ªrle al bueno de Henrikh Mkhitaryan en el Manchester United. El armenio, que lleg¨® a las filas del conjunto ingl¨¦s este verano procedente del Borussia Dortmund, comienza a cogerle el truco a la Premier League, a su entrenador, Jos¨¦ Mourinho, y a sus compa?eros. Ha sido elegido MVP en tres de los ¨²ltimos cuatro partidos que han disputado los red devils, con goles incluidos, y empieza a despojarse de la losa de haber sido uno de los se?alados por el t¨¦cnico portugu¨¦s tras la derrota en el derbi de Manchester. El 10 de septiembre, el United fue superado por su rival capitalino, el City de Guardiola, por 1-2. Desde entonces, se perdi¨® 13 encuentros (entre todas las competiciones: Premier, Europa League y la Copa de la Liga inglesa).
Sin embargo, este ¨²ltimo mes ha resultado fabuloso para el atacante armenio. Y se ha quitado ese peso a base de fe, constancia y trabajo. Mucho trabajo. Y de una cualidad que reside en su ADN: no rendirse. Nunca. Esa palabra no existe en su diccionario. Una cualidad, la de no rendirse, que aprendi¨® de su padre, Hamlet. ?ste fue uno de los primeros jugadores sovi¨¦ticos a los que les fue permitido abandonar la URSS. As¨ª, en 1989, Henrikh, con apenas unos meses de vida, se instalaba en Valence, un pueblo-suburbio en las inmediaciones de Lyon. All¨ª recal¨® la familia Mkhitaryan. Hamlet, prol¨ªfico goleador del Ararat Erevan, obtuvo el permiso necesario para jugar en la Tercera Divisi¨®n. All¨ª se gan¨® la fama y el cari?o de la ciudad, al lograr que el equipo (el Valence) jugase la promoci¨®n para ascender a la Segunda Divisi¨®n en 1992. Pero el destino les depar¨® un hecho que marcar¨ªa a toda la familia. En 1995, a Hamlet le fue diagnosticado un tumor cerebral. Pero tras tres dur¨ªsimas intervenciones, tratamientos largos y caros, Hamlet fallecer¨ªa en su amada tierra, Erevan. Apenas contaba con 33 a?os. Heno o Micky, as¨ª le llamaban familiarmente, se ech¨® la familia a la espalda. S¨ª ya con apenas tres a?os de edad intentaba imitar a su padre en los entrenamientos, y le persegu¨ªa por toda la casa para poder acompa?arle a las sesiones, decidi¨® que el bal¨®n ser¨ªa su v¨ªa de escape. Y a fe que lo hizo. Ingres¨® en las categor¨ªas inferiores del Pyunik, un club reconocido por contar entre sus filas con j¨®venes jugadores con un brillante porvenir. Tambi¨¦n los m¨¢s brillantes. Henrikh, humilde, pausado, prefer¨ªa leer y estudiar a salir a la calle a divertirse. Su idea era la de formarse. Tanto cultural como deportivamente. Poco a poco fue creciendo en su desarrollo futbol¨ªstico. Pero tambi¨¦n tuvo rachas malas. Ah¨ª apareci¨® la figura materna con su duro car¨¢cter: ¡°No, Henrykh. No abandonar¨¢s. Ma?ana volver¨¢s. Seguir¨¢s trabajando. Ma?ana te ir¨¢ mejor. No te puedes desanimar¡±. Su madre, Marina, comenz¨® a trabajar en la Federaci¨®n de F¨²tbol de Armenia. Hoy d¨ªa sigue trabajando all¨ª.
A los 14 a?os gan¨® una estancia de cuatro meses en Brasil. Estuvo en el Sao Paulo, donde coincidi¨® con jugadores como Hernanes (le ense?¨® a manejarse en el alfabeto armenio, Oscar y Lucas Moura. All¨ª aprendi¨® la lengua portuguesa, a la vez que conoc¨ªa los trucos y t¨¦cnica de la escuela brasile?a. El famoso Ginga.
Su ascendencia era tal, que debut¨® con apenas 17 a?os, en un encuentro ante el Shirak. Marc¨® su primer gol a los 15 minutos de debutar. Ten¨ªa las virtudes que caracterizaron a su padre: un innegociable olfato goleador, recursos para sortear contrarios, velocidad para dejar atr¨¢s a sus rivales y un impresionante gen ganador, que le imped¨ªa rendirse en cualquier situaci¨®n.
En 2009, los rumores de su salida estallaron en Armenia. Ya era un jugador muy reconocido y uno de sus valores futuribles. Ese mismo a?o gan¨® el primer premio al Mejor Jugador Armenio del A?o. Hasta ahora ha ganado todas las ediciones salvo la de 2010¡ Tuvo ofertas del Dinamo de Kiev, del Lokomotiv de Mosc¨². Pero la m¨¢s llamativa fue una de Boca Juniors. Pero esta se diluy¨® como un azucarillo en un caf¨¦. Prob¨® en el f¨²tbol franc¨¦s (Lyon, Olympique de Marsella y el Lille le tuvieron a prueba), pero acab¨® en el Metalurh Donetsk, un conjunto ucraniano, pero cuyo due?o era armenio¡ y un fiel admirador de su padre Hamlet. Era 2009, y all¨ª explot¨® Heno: fue elegido mejor jugador del equipo en esa temporada y nombrado capit¨¢n. Un a?o m¨¢s tarde, y debido a sus excelentes actuaciones, Mkhitaryan cambiaba de equipo: firmaba por el Shakhtar, donde alcanzar¨ªa su mejor rendimiento. En las filas del conjunto minero alcanzar¨ªa unos registros inigualables.
Pero a la par que transcurr¨ªa su carrera por diferentes clubes, tambi¨¦n lo hac¨ªa de manera paralela su carrera internacional: debut¨® en 2007, y poco a poco fue convirti¨¦ndose en uno de los l¨ªderes de la selecci¨®n armenia. Influenciado por el estilo de juego de Zinedine Zidane y de Kak¨¢, pronto se convirti¨® en el l¨ªder de un Shakhtar conformado por un amplio espectro de futbolistas brasile?os. Su manejo en la lengua portuguesa pronto le hizo ganarse un hueco importante entre ese n¨²cleo sudamericano y el entrenador Mircea Lucescu. Con el Shakhtar lograr¨ªa status nacional (gan¨® tres Ligas ucranianas) e internacional (particip¨® en la Champions, en donde destacar¨ªa por ser el jugador que m¨¢s kil¨®metros corri¨® en la temporada 12-13).
En 2013, sin embargo, su nombre saldr¨ªa en todas las portadas de los grandes medios deportivos: el Borussia Dortmund quer¨ªa incorporarlo a sus filas, pero hab¨ªa un problema. La oferta alemana ascend¨ªa a 27,5 millones de euros, mientras que el Zenit de San Petersburgo ofrec¨ªa m¨¢s dinero. Sus derechos pertenec¨ªan al Shakhtar, pero tambi¨¦n un porcentaje estaba en manos del Pyunik y del Metalurh. Los tres ansiaban el dinero procedente de Rusia, pero finalmente acab¨® en tierras alemanas.
Fue una ¨¦poca complicada para ¨¦l. Su primera temporada fue fant¨¢stica, pero la segunda fue un completo desastre. El propio Micky aprendi¨® otra cultura futbol¨ªstica, pero cat¨® los sinsabores de las derrotas en un equipo grande, y m¨¢s en un club como es el Dortmund, donde la uni¨®n grada-equipo es, sin duda alguna, la mayor en todo el continente europeo. Una afici¨®n para y por un equipo. Un equipo por y para una ciudad. Lo que genera una impresionante atm¨®sfera en los d¨ªas de los grandes equipos. En esas estaba cuando lleg¨® el relevo en el banquillo minero: Thomas Tuchel, todo un fan¨¢tico de la metodolog¨ªa se hac¨ªa cargo del equipo borusser. ¡°Quiero sacar todo de ti. Te voy a convertir en una estrella¡±, le dijo. Y a fe que lo logr¨®. Le convirti¨® en uno de los grandes jugadores europeos: Fue nombrado jugador de la Bundesliga por la revista alemana Kicker. Le quedaba dar un pen¨²ltimo salto: a un equipo de la jet-set continental. Este verano pasado, su agente, Mino Raiola, le llam¨®. ¡°Esc¨²chame, el United quiere ficharte. Va Mourinho y quiere que seas una de sus piezas clave¡±. ¡°Pero el rumor es serio o es simplemente un toma de contacto, ?especulaci¨®n?¡±. La respuesta fue rotunda: ¡°Lo ver¨¢s t¨² mismo¡±. D¨ªas despu¨¦s, era el propio Ed Woodward, el director ejecutivo de los red devils, le llamaba personalmente para informarle del inter¨¦s del equipo ingl¨¦s por ficharle. Y lo logr¨®.
Ahora juega en el Manchester United, en Old Trafford: el Teatro de los Sue?os. El suyo ya lo ha completado, pero no de manera total. ¡°Cuando sales al c¨¦sped de Old Trafford, no es un campo de juego. Es un escenario. Un gran escenario. Si mi padre pudiese verme en ese escenario, creo que estar¨ªa orgulloso de m¨ª¡±. Orgullosa tambi¨¦n est¨¢n su madre y su hermana por su capacidad de implicaci¨®n en actos solidarios. Su car¨¢cter humilde lo delata. Siempre estar¨¢ disponible para aquellos que le puedan necesitar. Palabra de Micky. Palabra de Mkhitaryan.