Carrasco no se cansa de brillar
Doblete del belga ante un M¨¢laga inferior que estuvo cerca de dar un susto cuando Savic vio la roja. Gameiro tambi¨¦n hizo doblete. Sandro y Camacho, goleadores blanquiazules.
A las 18:26 Simeone emergi¨® de las profundidades del Calder¨®n. Vest¨ªa, de nuevo, camisa negra y corbata fina, el traje que se pusiera por vez primera aquella noche de 17 de mayo en la que el Atleti le gan¨® una Copa al Madrid y que, desde entonces, no hab¨ªa vuelto a quitarse. Nunca hasta hace una semana, cuando en el Pizju¨¢n se puso ch¨¢ndal para guarecerse de la lluvia. Ayer, ante el M¨¢laga, el hombre de negro volv¨ªa al banquillo del Atleti y, junto a ¨¦l, la victoria de su equipo.
No fue f¨¢cil: entre el primer gol del partido, de Carrasco, y el ¨²ltimo, tambi¨¦n, habr¨ªa cuatro m¨¢s, dos expulsados y dos partes muy diferenciadas. Si en una, la primera, domin¨® el Atleti. En la otra, la segunda, lo hizo la taquicardia, el barullo, los golpes y un bolsillo, el del ¨¢rbitro, del que no dejaban de brotar amarillas.
Un mundo antes de eso, en el minuto 7, Carrasco ya hab¨ªa hecho el primero. Entre que le agitas y te hace uno y que se mueve como si se teletransportara, pronto destap¨® lo que ser¨ªa el sumidero del M¨¢laga: su defensa en general y Kon¨¦ en particular. Si aqu¨ª, en este bal¨®n al hueco que Carrasco recibir¨ªa de Griezmann para meterse en el ¨¢rea y fusilar a Kameni con la izquierda, no se movi¨®, como si en vez de futbolista fuera jarr¨®n, peor ser¨ªa al recuperar la movilidad: se crey¨® malabarista y le regal¨® el segundo al Atleti.
Fue en el 23'. Juanfran centra al ¨¢rea y Kon¨¦, que llegaba sin problema, en vez de despejar, decide juguetear y pasarle el bal¨®n a Camacho de cabeza, como si eso fuera un rondo y no un partido, como si no estuviese a un metro de su portero, rodeado de rivales salivando. Pas¨® lo que se preve¨ªa: Camacho no lo esperaba y el bal¨®n acab¨® en la hierba. Antes de que a Kon¨¦ le diera tiempo a mirar d¨®nde, Gameiro lo enviar¨ªa a la red. El hombre de negro alzar¨ªa el pu?o en el banco. "Vamos, vamos", dir¨ªa entre dientes. Su Atleti volv¨ªa a ser su Atleti: eficaz en la presi¨®n, fuerte en el centro y letal arriba.
Entre este gol y el segundo que Gameiro le har¨ªa al M¨¢laga, Gait¨¢n se lesionar¨ªa y Sandro lograr¨ªa marcar con un libre directo que enviar¨ªa a la escuadra y sorprender¨ªa al mismito Oblak. La par¨¢bola del bal¨®n fue preciosa. El gol, de esos que uno le cuenta a un nieto. Pero la tranquilidad que Gameiro devolver¨ªa al Calder¨®n justo al final de la primera parte, saltar¨ªa por los aires al inicio de la segunda.
Y eso que el M¨¢laga sali¨® como si el horroroso d¨ªa de sus centrales se hubiera expandido por el campo como una gripe y hubiese contagiado a todo el equipo, incapaz de hilar dos pases. Entonces el reloj llegar¨ªa al 59¡¯ y el partido cambiar¨ªa para siempre: Estrada Fern¨¢ndez vio falta en un resbal¨®n de Savic ante Chory Castro (ni le roz¨®) y le sac¨® amarilla. Ten¨ªa otra. A la caseta. Simeone tratar¨ªa de igualar la inferioridad de hombres en el campo renunciando a delanteros y sacando a Lucas y Tiago, pero justo antes de que el ¨²ltimo entrara, un cabezazo de Camacho descubrir¨ªa, de nuevo, que Oblak tambi¨¦n es humano.
El partido entr¨® en el caos. Los jugadores pasaban m¨¢s tiempo por el suelo que el propio bal¨®n. Cada jugada acababa con un silbido del ¨¢rbitro. Fueron 15 minutos largu¨ªsimos hasta que Carrasco le arrebat¨® a la tarde el aire de taquicardia en la que se hab¨ªa instalado, primero con una falta al larguero y, despu¨¦s, con una carrera que acab¨® en gol, su segundo, el cuarto del Atleti.
El final lleg¨® con el Calder¨®n cantando su nombre. Catorce tardes de Liga, s¨®lo 14 le quedan. Ser¨¢n m¨¢s por la Champions, por la Copa, pero ya nada detiene esta cuenta regresiva. Se va poco a poco, con partidos como ¨¦ste, intensos, de final similar: el hombre de negro alzando su pu?o a la grada. Otra victoria m¨¢s: lleg¨® hace cinco a?os y ya son 100 las que suma en el viejo estadio.