El Madrid se abandona
Entreg¨® el liderato tras un partido p¨¦simo ante el Eibar. S¨®lo Bale tir¨® del carro. Benzema, desaparecido. Pedro Le¨®n fue el motor del EibarEibar-M¨¢laga: LaLiga en directo
Del cat¨¢logo de empates que maneja el Madrid con desoladora frecuencia escogi¨® ante el Eibar uno de los menos admisibles por su afici¨®n. Con un f¨²tbol farragoso, desganado, sin siquiera ese arrebato final que tantas veces le sac¨® de un l¨ªo, el resultado se le hizo imperdonable al p¨²blico. Isco regres¨® confuso del banquillo, Benzema no compareci¨®, Cristiano ha perdido su embrujo goleador, Modric deja un drama tras su paso por el quir¨®fano. As¨ª entreg¨® el liderato y su cr¨¦dito el Madrid.
Cuatro empates en cadena son, a la vez, contratiempo e indicio. Siestas de pijama como las de este domingo le han sacado al Madrid sistem¨¢ticamente de las ¨²ltimas Ligas. Y no tiene tanto que ver con las bajas, ciertas, como con un tratamiento funcionarial de los encuentros. Una frialdad que tiene efectos perversos, que provoca que cualquier partido sea susceptible de endemoniarse, que desconsuela a la afici¨®n, para la que cada encuentro de su equipo tiene una envoltura extraordinaria.
En ese vals lento y sin armon¨ªa anduvo mecido el Madrid ante el Eibar. Modric es la cola de lagartija de su centro del campo y tardar¨¢ mes y pico en volver. Nadie es capaz de hacer su trabajo por dentro, la llave que abre los partidos. Esta vez les toc¨® a Isco y a Kovacic, que relev¨® a James, lesionado en el calentamiento. Dos jugadores aventureros que tampoco fueron la terapia del estr¨¦pito que se esperaba, aunque el croata estuvo emprendedor e irreprochable.
El Madrid amaneci¨® en el partido con un gol en contra, el cabezazo de un mediocentro entre sus centrales al que Keylor Navas, tambi¨¦n pendiente de mejora, no pudo echar el guante. Otro comienzo autodestructivo con Sergio Ramos esta vez lejos de la escena del crimen. Fue el premio al arrojo del Eibar y a un centro magn¨ªfico de Capa, en jugada iniciada por Pedro Le¨®n, que en el Eibar es un gran comandante en jefe.
El Madrid s¨®lo tuvo respuesta por fuera, estirando a sus laterales y entreg¨¢ndose a la pericia de Cristiano y a la velocidad de Bale. Del tercer integrante del pelot¨®n de fusilamiento habitual, Benzema, siguen sin tenerse noticias. Da la impresi¨®n de que juega m¨¢s de lo que se ha ganado. El Madrid, en cualquier caso, empat¨® pronto, enganchando un ala con otra: doble bicicleta y centro de Cristiano y cabezazo picado de Bale en el segundo palo. Cualquier d¨ªa la RAF le presenta una oferta vista su precisi¨®n en el juego a¨¦reo. Un buen gol que no convirti¨® el partido en una romer¨ªa. El Madrid se conform¨® con un dominio insignificante y el Eibar celebr¨® no advertir peligro en aquella encalmada. Pasada la hora de juego el Bernab¨¦u denunciaba la situaci¨®n entre el murmullo nervioso y el silbido incipiente.
Ya antes, en el descanso, Zidane hab¨ªa quitado a Benzema para poner a Morata. Un cambio de dirigencia por militancia. El ardor del canterano tuvo un rato al Eibar muy cerca de su portero, mientras Cristiano vaciaba varios cargadores disparando al aire: un cabezazo detenido por Riesgo, otro alto a centro de Isco, un lanzamiento de falta fallido. Casi todo tuvo como punto de partida la izquierda de Bale, al que la falta de punter¨ªa de sus compa?eros rest¨® visibilidad. A d¨ªa de hoy concentra casi toda la potencia de fuego del equipo. Falt¨®, incluso, esa carga final que consuela al Bernab¨¦u, cuando cuela y cuando no. Otra vez es oto?o en el Real Madrid.