No siempre vale la carga final
El Madrid tir¨® un tiempo. Sergio Ramos cometi¨® un penalti y firm¨® el empate. Asenjo fren¨® la acometida final de los blancos. El Villarreal no perdi¨® la entereza.Real Madrid-Deportivo: LaLiga
No siempre cuela el arre¨®n final. Es lecci¨®n y explicaci¨®n a por qu¨¦ el Madrid se qued¨® sin triunfo y Zidane sin r¨¦cord. Tambi¨¦n advertencia de que la BBC no debe disfrutar de renta vitalicia, de que Lucas V¨¢zquez y Morata est¨¢n para ser plato principal y de que equipos como el Villarreal son un enorme activo de esta Liga, demasiado embobada en los dos gigantes.
En cualquier caso, comienza a ser frecuente que, durante largos periodos, no se mueva una hoja en los partidos del Madrid. Volvi¨® a suceder en la primera mitad del partido frente al Villarreal, en la que el equipo justific¨® el sueldo con un dominio sosote, desapasionado e improductivo que le impidi¨® coger carrete y entablar lazos afectivos con el p¨²blico. Esa es la tendencia, contraria a los primeros tiempos de la era Zidane, en los que el Madrid vaciaba el cargador a la primera y se administraba despu¨¦s.
La modorra tiene que ver, probablemente, con la ausencia de Modric, capaz de esclarecer casi todos los partidos, y el aturdimiento de Cristiano, que anda de espaldas al alboroto que fue siempre. M¨¢s en partidos de espacios reducidos como el que prepar¨® al Villarreal, que hizo prioridad de que cualquier ventolera del Madrid no le despeinase en defensa. Para ello se refugi¨® en un trivote que mare¨® mucho la pelota con el fin de anestesiar al Madrid, de restarle empuje y, finalmente, de hacerle sentirse indispuesto. El Madrid, que de salida s¨®lo se ilumin¨® acudiendo a la cocina tradicional, las acometidas de Marcelo desde la izquierda, entr¨® en shock cuando perdi¨® al brasile?o por lesi¨®n. No tiene un gemelo en la plantilla. Quiz¨¢ no tenga un gemelo en el mundo. Y ah¨ª, perdido en el papeleo del cambio, que no estaba preparado y que dej¨® al equipo con diez, Cheryshev dio un primer aviso y a Sergio Ramos, tras error grueso de Varane, le cazaron la mano cuya actuaci¨®n teatral escondi¨® en Cornell¨¤. Fue estruendosa, sobre la l¨ªnea del ¨¢rea y Bruno despach¨® el penalti a lo Panenka, ejecuci¨®n sofisticada muy en la l¨ªnea del Villarreal, que no es milagro sino modelo.
Tras el descanso el Madrid encaden¨® acci¨®n y reacci¨®n. Ramos se autoconcedi¨® el perd¨®n con el cabezazo del empate. Hace tiempo que exp¨ªa los pecados de ¨¢rea propia en la ajena. Y entonces el Madrid inici¨® un largo asedio, echando mano de todo: de sus laterales (especialmente Carvajal), de Kovacic en los fogones, de un Cristiano con mejor tono, de Benzema en el remate. Aquel golpe de viento dej¨® un buen n¨²mero de ocasiones, dos muy claras de Benzema, que tambi¨¦n pidi¨® un penalti (quiz¨¢ con raz¨®n), una de Cristiano, otra de Bale, una m¨¢s de Kroos...
Acudi¨® entonces Zidane a la ampliaci¨®n de capital con Morata y Lucas V¨¢zquez, dos canteranos que s¨ª trabajan de sol a sol. Al Villarreal s¨®lo le qued¨® la fiabilidad de su zaga y el buen trabajo de Trigueros, una br¨²jula magn¨ªfica durante todo el partido. Con su templanza final le bast¨®. De tanto apurar, la caballer¨ªa no lleg¨® a tiempo esta vez.