El Valencia puso colof¨®n a un d¨ªa cargado de festejos con un partido muy digno despu¨¦s de una pretemporada irregular y, sobre todo, con una victoria cazada por un gol del canterano RafaMir que sirvi¨® para honrar al aut¨¦ntico protagonista de esta edici¨®n deltrofeo Naranja: Espa?eta. Pero no s¨®lo con el triunfo homenaje¨® la plantilla al mito. El Valencia, con las carencias propias de un grupo que est¨¢ a medio hacer y que cada vez pierde m¨¢s puntales, puso en el c¨¦sped muchos de los valores de los que Espa?eta ofreci¨® en cada d¨ªa de los 55 a?os que ha estado en el club: trabajo, compromiso, actitud y, sobre todo, sentimiento.
El aficionado se fue con buen sabor de boca. Vio un equipo que sabe lo que quiere, que ha absorbido lo que Ayestar¨¢n les ha intentado inculcar desde el pasado 4 de julio y que no tiene pinta de diluirse en los partidos en los ¨²ltimos 20 minutos, como pasaba el curso pasado, una y otra vez, en una especie de D¨ªa de la Marmota ch¨¦. Este equipo va a estar bien preparado en lo f¨ªsico, seguro.
Y eso que el Valencia comenz¨® fr¨ªo, congelado, tras una ceremonia de presentaci¨®n del equipo que como los reyes magos tuvo oro (Espa?eta), incienso (Mustafi) y mirra (Parejo). Bernardeschi agarr¨® un bal¨®n en el pico del ¨¢rea y como vio que pasaron los segundos y nadie le encimaba, lanz¨® un zurdazo que entr¨® por la misma escuadra de la meta de Ryan.
Mestalla se tem¨ªa lo peor con el 0-1 y una zaga, esta vez con Abdennour y Vezo de centrales, que segu¨ªa temblando cada vez que el bal¨®n pasaba por sus inmediaciones. Estaba cantado que uno de los centrales iba a marcarse la pifia de la noche. Pero por sorpresa quien la li¨® fue uno de los experimentados defensas italianos. Tatarusanu cedi¨® un bal¨®n a Astori para que la sacara jugada. Pero en su devoluci¨®n se qued¨® tan corto que Rodrigo le rob¨® la cartera, dribl¨® al meta y marc¨® a puerta vac¨ªa el empate.
Ah¨ª cambi¨® el semblante del Valencia quien empez¨® a adue?arse del centro del campo con un Enzo P¨¦rez imperial y un Parejo que, pase a pase, iba cambiando los silbidos por t¨ªmidos aplausos. Alc¨¢cer la tuvo al aprovechar una de las fruct¨ªferas subidas de Gay¨¤ por banda para mandar un cabezazo al larguero. Hubiera sido de justicia po¨¦tica un tanto de Paco para cerrar el cap¨ªtulo del portazo de Lim al Bar?a. Tambi¨¦n Mina estuvo cerca con un disparo que repeli¨® el portero y que Gay¨¤ remat¨® mal despu¨¦s, tras recoger el rechazo.