Maracanazo en Saint-Denis

El f¨²tbol es tan grande que permite que un partido tan soberanamente malo como fue la final que enfrent¨® a Francia con Portugal acabe siendo recordada como un encuentro ¨¦pico en el que la fe de un equipo que lo tuvo todo en contra lograra ganar el primer gran t¨ªtulo de su historia gracias a la irrupci¨®n de Eder, un delantero an¨®nimo hasta esta partido y que ya es el autor del gol m¨¢s importante de la historia del f¨²tbol portugu¨¦s, el tanto que sell¨® el 1-0 que da la Eurocopa a Portugal y deja a Francia con su Maracanazo particular.

Tuvo que ser el cuarto de la fila en la selecta lista de atacantes de Portugal, un jugador que hab¨ªa disputado hasta el momento ¨²nicamente seis minutos contra Islandia y siete ante Austria. Tuvo que ser un jugador que juega en Francia, en Lille, nacido en Guinea Bissau que vive a la sombra del rey Cristiano Ronaldo y eclipsado por Nani y Quaresma el elegido contra todo pron¨®stico para ser la cara del triunfo de Portugal.

Ese golpe de efecto cambi¨® totalmente el decorado mental del partido. La final que todo el mundo ten¨ªa prevista, la del duelo de Cristiano contra Griezmann, acab¨® cuando en el minuto ocho de partido, Payet entr¨® fuerte a Cristiano en la disputa por un bal¨®n impactando duramente su rodilla izquierda contra la del portugu¨¦s, que sufri¨® una torsi¨®n antinatural. Ten¨ªa el pie apoyado en el suelo y la entrada de Payet, al que no se le vio ninguna mala intenci¨®n, fue muy fuerte, pero el ¨¢rbitro no se?al¨® ni falta. Tras ser atendido por el m¨¦dico en el terreno de juego, sigui¨® jugando, pero se ve¨ªa a la legua que no estaba bien.

En el minuto 16, Cristiano se tir¨® al suelo y fue atendido durante unos minutos en la banda, donde le colocaron un fuerte vendaje. Regres¨® al campo a los 20 minutos y dos minutos despu¨¦s, Rui Patricio caz¨® un bal¨®n que volaba sobre su porter¨ªa lo lanz¨® con la mano en el carril central del juego donde encontr¨®, como siempre, a Cristiano dispuesto a iniciar la cabalgada en pos de la porter¨ªa rival tan reconocible, pero despu¨¦s de tres zancadas se par¨®, entreg¨® el bal¨®n a un compa?ero, hizo una se?al al banquillo pidiendo el cambio y se derrumb¨® en el c¨¦sped llorando mientras las polillas se posaban en su cara. Empezaba una nueva final, que por cierto fue horrorosa.

Portugal se rehizo con Rui Patricio de estrella

Tras perder a su referente, Portugal, que ya ten¨ªa previsto salir a jugar sin correr el m¨¢s m¨ªnimo riesgo, aument¨® sus precauciones defensivas mientras que Francia, aferrada a un f¨²tbol metal¨²rgico a m¨¢s no poder se estrellaba una y otra vez ante el muro portugu¨¦s que protegi¨® a la perfecci¨®n el portero Rui Patricio demostrando que para ganar un partido de f¨²tbol no basta con tener un equipo de decatletas, m¨¢s preparados para hacer una mudanza o llevar un paso de Semana Santa, hay que tener una idea de juego colectivo, calidad e inteligencia. Y de esto ¨²ltimo, Portugal tuvo mucho porque los de Fernando Santos supieron adaptarse al medio y llevar a cabo el plan que les ha servido para llegar a la final. Un plan, que dicho sea de paso, que mata de aburrimiento al m¨¢s pintado, pero que es tremendamente efectivo.

En Francia, ¨²nicamente las arrancadas de b¨²falo de Sissoko creaban peligro y por un momento, el partido se convirti¨® en un duelo entre el bigardo centrocampista franc¨¦s y el sensacional portero de Portugal.