Juanjo D¨ªaz: ¡°Con la plata de Amberes apareci¨® en Espa?a el poder integrador del f¨²tbol¡±
La primera gran Selecci¨®n consigue la plata en Amberes. ¡®J¨®venes Promesas¡¯ es un relato novelado de c¨®mo se sucedieron los hechos.
¡ª?Qu¨¦ ambiente hab¨ªa en Espa?a en 1920?
¡ªLa gente de la calle no ten¨ªa recursos para casi nada. El final de la Primera Guerra supuso un par¨®n total en la econom¨ªa espa?ola, cuya industria abastec¨ªa a gran parte de la Europa que luchaba. Hab¨ªa una peque?¨ªsima clase media y otra, la aristocr¨¢tica, que hac¨ªa deporte, que ten¨ªa tiempo libre¡ Y es periodo de revueltas, de huelgas.
¡ª?C¨®mo se document¨®?
¡ªEmpec¨¦ a meter la nariz en la Federaci¨®n a principios de los 90. Hubo un momento clave, cuando conoc¨ª a un historiador del deporte muy famoso, F¨¦lix Martialay, que trabajaba en una gran enciclopedia de los Juegos de Amberes. Y me di cuenta de que hab¨ªa huecos, que hab¨ªa cosas que no estaban claras.
¡ª?Qu¨¦ hay de realidad y de ficci¨®n en la novela?
¡ªLo m¨¢s importante para m¨ª es que ten¨ªa que ser una novela hist¨®ricamente impecable. Todo lo que se cuenta de la Selecci¨®n es ver¨ªdico, como los elementos pol¨ªticos que se manejan.
¡ª?Por qu¨¦ elige a Elena para narrar la historia en primera persona, m¨¢s siendo aquel un mundo tan de hombres?
¡ªPara intentar dar una visi¨®n general de las cosas. Para que no fuera una versi¨®n de vestuario. Elena era ajena al f¨²tbol y al deporte, y por las circunstancias de salud de su padre se acerca¡ Lo cuenta seg¨²n lo descubre, y lo vamos descubriendo con ella.
¡ª?Existi¨® Rampole¨®n, el reportero que es padre de Elena?
¡ªNo. Pero s¨ª Rubrick, H¨¢ndicap, Juanito Balomp¨¦dico, Juan Deportista¡ Todos estos cronistas existieron. A veces creas un personaje, como Rampole¨®n, y le das vida con elementos reales de otros que existieron.
¡ªHay un romance entre Zamora y Elena que vertebra la obra. ?Ocurri¨® as¨ª?
¡ªEs una licencia, pero hay una base curiosa y real. Zamora, en sus primeras memorias, que son del 31 estando ya casado con Rosario de Grasa, cuenta sus aventurillas y c¨®mo en su primer viaje a Madrid conoci¨® a una extranjera en un hotel que estaba en la calle Carretas. Y me dije: ¡°?Esta es la m¨ªa!¡±.
¡ª?C¨®mo se form¨® aquella selecci¨®n?
¡ª?No sab¨ªan c¨®mo hacerlo! Se fijaron en c¨®mo lo hac¨ªan otros pa¨ªses. Hab¨ªa opiniones que dec¨ªan que hab¨ªa que mandar al Real Uni¨®n, porque sab¨ªa jugar en campo blando. O al Athletic.
¡ª?C¨®mo lo resolvieron?
¡ªTriunf¨® el sentido com¨²n y escogieron a los mejores para cada puesto. El poder entonces lo ten¨ªan las federaciones del Norte, las que englobaban Pa¨ªs Vasco y Santander, y quer¨ªan que todos los jugadores fueran vascos.
¡ª?No era una selecci¨®n unida?
¡ªLa gran lecci¨®n es que terminaron uni¨¦ndose. La historia tiene algo de Invictus, pero a la espa?ola. Todo termin¨® siendo un acontecimiento en Espa?a. Fue el empuj¨®n del deporte a nivel espect¨¢culo. Hasta ese momento s¨®lo iban a las olimpiadas los militares, los arist¨®cratas¡ Alg¨²n loco suelto. Y van estos, que hab¨ªan jugado en la calle, y consiguen hacerse respetar y que todo el mundo hable de ellos. Y aparece el f¨²tbol con ese poder integrador que no ten¨ªan otros deportes.
¡ª?Cu¨¢l fue la clave?
¡ªHay que reivindicar el personaje de Bru. Fue un gran mediador y un conocedor del f¨²tbol. Se preocup¨® en hacer un equipo desde el punto de vista realmente t¨¦cnico. Te quedas asombrado. Mezcl¨® perfectamente la veteran¨ªa de Belauste, de Arrate, el poder¨ªo f¨ªsico de Otero¡ Y encuentra tambi¨¦n la excusa para meter a los nuevos talentos, como Zamora, aunque tambi¨¦n lleva a Izaguirre, un meta brillante de la Real que era muy respetado en el Norte. Pero Zamora era el chico maravilla y lo llev¨®.
¡ªTuvo que hacer equilibrios¡
¡ªY cuando lleg¨® a la delantera dijo: me falta un ambidiestro que sea veterano. Y tram¨® un plan para conseguir que los compa?eros del Athletic engatusaran a Pichichi, porque se acababa de casar. Hab¨ªa sido la boda del a?o en Bilbao, y se hab¨ªa retirado. Pero consigui¨® que lo invitaran a los entrenamientos en Vigo cuando vuelve del viaje de novios y le va picando. Ya juega el segundo partido de preparaci¨®n en Vigo. Y se lo lleva.
¡ª?Qu¨¦ se encontraron los jugadores al llegar a Amberes?
¡ªQue les esperaban unas condiciones deplorables en su residencia, frente al lujo que disfrutaban otras selecciones, como la francesa, que ten¨ªa cocinero propio y sala de masajes. Les ten¨ªan preparadas unas escuelas, las de Santa Catalina. Amberes hab¨ªa sido una ciudad sitiada por los alemanes durante la guerra, y luego tomada. Por los alemanes del casco de pincho, era la I Guerra Mundial, no por los nazis. Todos los edificios p¨²blicos estaban reformados para los militares, y este era un colegio habilitado para la caballer¨ªa, con grandes abrevaderos para los caballos y, como no hab¨ªa duchas, all¨ª es donde se ten¨ªan que refrescar. Dorm¨ªan en camastros donde no cab¨ªan sus cuerpos, y alguno junt¨® dos en forma de ele para poder descansar. Estos chicos, adem¨¢s, estaban acostumbrados a comer mucho. Y ten¨ªan un desgaste f¨ªsico enorme de d¨ªa, y de noche, porque sal¨ªan mucho, cr¨¦ame. Y no les val¨ªa con el rancho que les daban all¨ª.
¡ª?C¨®mo reaccionaron?
¡ªHubo un amago de protesta, de huelga. Se plantaron. Ya le digo que los comit¨¦s ol¨ªmpicos estaban acostumbrados a los militares, que no protestaban, y a los arist¨®cratas, que si no estaban contentos se lo pagaban de su propio bolsillo.
¡ª?C¨®mo se segu¨ªa lo que suced¨ªa en las olimpiadas?
¡ªEra un desastre. No exist¨ªa la radio, el tel¨¦fono era un bien escaso y se acababan de crear las primeras agencias de noticias. Hab¨ªa una que se llamaba Havas. Hab¨ªa mucho desconcierto. Algunos peri¨®dicos en Espa?a dijeron que la Selecci¨®n hab¨ªa ganado a B¨¦lgica y fue al contrario. Se informaba en breves, que as¨ª se llamaban, para tratar lo m¨¢s urgente del d¨ªa.
¡ª?Entonces?
¡ªAquella haza?a se sigui¨® por el boca a boca. T¨² estabas en el caf¨¦ Lion D¡¯Or, por ejemplo, que era donde se reun¨ªa el mundo del f¨²tbol en Madrid, y ven¨ªa un t¨ªo y dec¨ªa: ¡°Oye, que fulanito ha recibido una llamada en la que le han dicho que los franceses han eliminado a Inglaterra¡±. Y a partir de ah¨ª se corr¨ªa la voz. Y en el peri¨®dico aparec¨ªa un breve: ¡°Se comenta¡±, ¡°Se dice¡±. Y luego: ¡°En las pr¨®ximas horas intentaremos confirmar la noticia¡±.
¡ª?Existi¨® el Cabaret de Carmencita que tanto frecuentaban los jugadores estando ya en Amberes?
¡ªExisti¨® el Cabaret y existi¨® la mujer. Me tom¨¦ la licencia de convertirla en una cabaretera de origen aragon¨¦s¡ Pero Zamora deja caer una frase cuando vuelve con la Selecci¨®n a jugar a Amberes en 1924. Dice que le encarga la simp¨¢tica due?a del Cabaret del puerto que le lleve el disco de ¡°Valencia¡±, el gran ¨¦xito mundial en ese momento¡ Y dice que ya la conoci¨® en las olimpiadas. E iban con frecuencia a ese cabaret. ?Por qu¨¦? Porque pagaban mucho menos. Era un sitio peligroso, el cabaret del puerto.
¡ªFrecuentado por curtidos hombres de mar¡
¡ªTen¨ªan mucho m¨¢s cerca los caros, como el Ambassador. Pero en el Carmencita ten¨ªan barra libre.
¡ª?Cu¨¢les fueron las claves del torneo para Espa?a?
¡ªPara empezar ganaron a Dinamarca, una de las potencias de la ¨¦poca. Luego, crey¨¦ndose los mejores, perdieron ante B¨¦lgica, y a partir de ah¨ª lucharon por la plata.
¡ªY empezaron jugando ante Suecia por ella¡
¡ªEl partido m¨¢s salvaje, probablemente, del f¨²tbol espa?ol.
¡ª?Qu¨¦ pas¨®?
¡ªSuecia dijo que se retiraba por un arbitraje penoso. Los espa?oles no ten¨ªan partido y se fueron de fiesta. Y estando ya muchos cocidos, pero cocidos de verdad, de no mantenerse en pie, ya muy tarde, lleg¨® la noticia de que s¨ª, de que Suecia jugaba. Y a las diez de la ma?ana. Se mont¨® un l¨ªo y hubo que retrasar el partido un d¨ªa.
¡ª?C¨®mo fue el partido?
¡ªNo estuvo claro que se fuera a jugar hasta el final. Los jugadores espa?oles se reunieron en la puerta del estadio ol¨ªmpico de Amberes, todav¨ªa fuera, en un c¨ªrculo espectacular. Y deciden que van a jugar. Entran, se cambian, y lo que antes era anarqu¨ªa en el campo, discusiones entre futbolistas de diferentes federaciones, se convierte en una pi?a contra Suecia. Los suecos eran entonces la naci¨®n m¨¢s poderosa f¨ªsicamente. Eran los inventores de la gimnasia sueca. Unos gigantones. Y empiezan a dar patadas con mucha rabia.
¡ª?Y?
¡ªLlega un momento en el que las patadas son a la altura de la cara. A Belauste, que era un gigante de dos metros al que los espa?oles llamaban Camioncito y los suecos apodaron Elephant, que jugaba en el medio y por all¨ª no pasaba nadie, le tiraron tres o cuatro veces al suelo con serio peligro, y llega un momento en el que dice: ¡°Chavales, al hombre¡±. Y se desat¨® la tormenta.
¡ª?Qu¨¦ hizo el ¨¢rbitro?
¡ªEra italiano, y el ganador de ese partido jugaba al d¨ªa siguiente ante Italia. Y dijo: ¡°Yo no veo nada¡±. Terminaron a pu?etazos, patadas ¡ Ocho espa?oles de pie contra siete suecos.
¡ª?C¨®mo afrontaron los espa?oles el resto de partidos?
¡ªLo de Suecia les une y Espa?a se convierte en una m¨¢quina engrasada, especial. Nos quedan dos partidos. El primero contra Italia, que ten¨ªa varios jugadores de origen argentino, que adem¨¢s ten¨ªan cierto conocimiento de los espa?oles por las juergas nocturnas por Amberes.
¡ªVaya¡
¡ªHab¨ªa un pique sano. Iban todos a ese cabaret del puerto¡ Pero en el campo fue lo contrario. Zamora sacudi¨® un guantazo a un italiano y le expulsaron. Y como Izaguirre se hab¨ªa marchado para Espa?a porque ve¨ªa que no jugaba, ya que era sastre y hab¨ªa problemas de huelgas en San Sebasti¨¢n, se tuvo que poner Silverio. Fueron lo peores 10 minutos que pas¨® Zamora en un campo. Se puso detr¨¢s de Silverio para decirle lo que ten¨ªa que hacer. Hasta que el otro le dijo: ¡°?Que te calles, me pones nervioso!¡±.
¡ª?Pudo jugar Zamora el ¨²ltimo partido ante Holanda?
¡ªS¨ª, no hab¨ªa sanciones. La curiosidad es que el ¨¢rbitro que le expuls¨® ten¨ªa un tic nervioso y gui?aba el ojo. Y Zamora se cre¨ªa que era de broma. Gritaba: ¡°?Expuls¨¦, expuls¨¦!¡±, y Zamora, viendo aquel gui?o, pensaba que no iba en serio¡ Y el ¨¢rbitro se enfadaba m¨¢s, y m¨¢s, y gui?aba m¨¢s el ojo¡ Surrealista.
¡ª?Y ante Holanda?
¡ªFuimos nosotros la Naranja Mec¨¢nica, claramente, seg¨²n cuentan las cr¨®nicas.
¡ª?Y ah¨ª naci¨® lo de la Furia espa?ola?
¡ªLa Furia espa?ola fue en realidad la Furia de los tercios de Flandes, que quemaron Amberes en la ¨¦poca de Felipe II y Felipe III en la que aquello era espa?ol. Hubo un tercio que atraves¨® desde Italia hasta Amberes para rescatar a la guarnici¨®n espa?ola, que se hab¨ªa quedado atrapada en el castillo de Amberes. Aquella fue la verdadera Furia espa?ola del Duque de Alba. Y uno de los cronistas utiliz¨® esa expresi¨®n despu¨¦s del partido bronco ante Suecia. No queda claro de d¨®nde viene el nombre, pero para m¨ª esta es la opci¨®n m¨¢s veros¨ªmil. Realmente, fue un equipo de fuerza y t¨¦cnica, pero sobre todo, de mucho pundonor.