REAL MADRID 1 - ATL?TICO 1 (5-3)
Las 5 claves de la derrota del Atl¨¦tico en la final de Mil¨¢n
El Atl¨¦tico volvi¨® a quedarse a las puertas de ganar su Primera Copa de Europa. Esta vez fueron los penaltis los que le dejaron sin t¨ªtulo. A continuaci¨®n, los motivos.
El Atl¨¦tico de Madrid perdi¨® la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid con su irregular inicio de partido y el 1-0, con dos penaltis al poste, con el desgaste de una hora para empatar, con la falta de profundidad con el bal¨®n y con el paso atr¨¢s en la pr¨®rroga como algunas claves.
Un inicio gris.
Al Atl¨¦tico de Madrid le super¨® principalmente el Real Madrid en el comienzo de partido. A su presi¨®n alta le falt¨® m¨¢s ¨ªmpetu y le sobr¨® la distancia entre sus l¨ªneas, desconocida en un conjunto con tanto trabajo y ¨¦xito como bloque. Cuando el club blanco super¨® su l¨ªnea de presi¨®n, sufri¨® atr¨¢s. "Nosotros empezamos mal el partido", admiti¨® nada m¨¢s terminar el choque Diego Simeone.
En esos 15 minutos, adem¨¢s, cometi¨® dos faltas laterales; una concesi¨®n inesperada de un equipo que cuida tanto los detalles de cada partido. Y le remataron en las dos en su ¨¢rea. La primera la par¨® Jan Oblak a Casemiro; la segunda, en posici¨®n de posible fuera de juego de Sergio Ramos, termin¨® con el gol que abri¨® el marcador.
El condicionante del 1-0.
El 1-0 tan pronto condicion¨® el juego y el plan del Atl¨¦tico, por encima en posesi¨®n del Real Madrid, con un 54 por ciento, y con m¨¢s pases intentados y completados, pero s¨®lo para cuatro disparos entre los tres palos. Su rival, con un 46 por ciento, al contragolpe, tir¨® m¨¢s, ocho ocasiones, a la meta defendida por Jan Oblak.
Replegado el Madrid, con el bal¨®n el Atl¨¦tico, al equipo rojiblanco le falt¨® m¨¢s velocidad en el movimiento de la pelota y profundidad para desbordar a su adversario, aunque lo consigui¨® por momentos, cuando Filipe Luis y Juanfran comenzaron a sumarse al ataque o cuando Yannick Carrasco condujo y regate¨® por el costado.
Dos penaltis al palo.
En una final de momentos, hubo dos en el Atl¨¦tico transcendentales, los dos de penalti. El primero, en el minuto 46, nada mas comenzar la segunda parte, con el lanzamiento contra el larguero del franc¨¦s Antoine Griezmann, el m¨¢ximo goleador del equipo rojiblanco, repelido por el palo con Keylor Navas batido. "No estoy arrepentido, era donde quer¨ªa tirar y se fue por cent¨ªmetros", coment¨® el internacional galo tras el encuentro.
El otro, en el octavo lanzamiento de la tanda final, tras el 1-1 de los 90 minutos y de la pr¨®rroga. Juanfran, el h¨¦roe de los octavos final con el PSV en la misma destreza, aquel d¨ªa en el decimosexto lanzamiento, lo estrell¨® contra el poste. Despu¨¦s, Cristiano Ronaldo marc¨® el quinto y definitivo penalti madridista.
El desgaste para empatar.
Despu¨¦s del 1-0, toda la obligaci¨®n recay¨® en el Atl¨¦tico, necesitado de nuevo de un despliegue f¨ªsico con y sin bal¨®n, mientras el Real Madrid le esperaba atr¨¢s. El equipo rojiblanco recorri¨® doce kil¨®metros y medio m¨¢s, 144,914, que su adversario, con 132,357, y luego lo pag¨® cuando parec¨ªa m¨¢s entero.
Con esa sensaci¨®n apareci¨® en la pr¨®rroga, en la que cayeron el brasile?o Filipe Luis y Koke Resurrecci¨®n con calambres musculares. A Simeone le trastoc¨® entonces su idea de las sustituciones. Dispon¨ªa de dos y los agot¨® por lesiones, con las entradas de Lucas Hern¨¢ndez y Thomas Partey en la segunda parte del tiempo extra.
El paso atr¨¢s de la pr¨®rroga.
El Atl¨¦tico entr¨® en la pr¨®rroga con la inercia del gol del empate, pero dio despu¨¦s un pasito hacia atr¨¢s, quiz¨¢ por el temor de una derrota en el tiempo extra, para conservar al menos el empate, aunque el panorama apuntaba a lo contrario, al momento del equipo rojiblanco de ganar la final.
Si en Lisboa, el Real Madrid fue a por un Atl¨¦tico exhausto; en Mil¨¢n, la pr¨®rroga rest¨® ¨ªmpetu y ambici¨®n al equipo rojiblanco para buscar el segundo gol y la victoria en la final de la Liga de Campeones contra el conjunto blanco, sobre todo en el primer tiempo. En el segundo, el cansancio ya se notaba en sus piernas.