366 HISTORIAS DEL F?TBOL MUNDIAL | 1 DE MAYO
El Bar?a despide a HH (1960)
Por aquellos a?os el Madrid y el Bar?a ten¨ªan sendos equipos fabulosos. El Madrid contaba con una gran alineaci¨®n, coronada por Di St¨¦fano, Pusk¨¢s y Gento. El Bar?a acumulaba genios en la delantera. Tejada, Kubala, Su¨¢rez, Evaristo, Eulogio Mart¨ªnez, Kocsis, Villaverde, Czibor¡ Pero sobre todo destacaba su entrenador, un hombre que reinvent¨® esa funci¨®n: Helenio Herrera. Hijo de sevillanos emigrados primero a Argentina (donde naci¨®, aunque apenas vivi¨®) y luego al? Marruecos franc¨¦s (donde se crio), hab¨ªa sido jugador malo, como ¨¦l mismo reconoc¨ªa. Como? entrenador alcanz¨® celebridad m¨¢xima. Estuvo en el Valladolid, el Atl¨¦tico, el M¨¢laga, el Deportivo, el Sevilla y Os Belenenses antes de llegar al Bar?a, donde lo revolucion¨® todo.
El Bar?a hab¨ªa ganado la liga de 1958-1959 y estaba en camino de conseguir la de 1959-1960, pero su reto era la Copa de Europa, en la que el Madrid hab¨ªa ganado las cuatro primeras? ediciones, todas las disputadas hasta la fecha. Esta vez les iba a tocar enfrentarse en las? semifinales. Herrera, siempre lenguaraz y provocador (?Que hablen de m¨ª, aunque sea bien?), anunci¨® que esa semifinal ser¨ªa la demolici¨®n del Madrid, cuyas figuras avanzaban ya en la treintena. No cedi¨® ni cuando perdi¨® 3-1 en la ida, en el Santiago Bernab¨¦u, y anunci¨® una? goleada para la vuelta. Pero otra vez gan¨® el Madrid, 1-3, con exhibici¨®n de Pusk¨¢s. El p¨²blico cul¨¦ se irrit¨®.
La ma?ana siguiente, Helenio Herrera hab¨ªa quedado con un periodista franc¨¦s para hacer un reportaje. Pasaron en coche por la Rambla de Catalu?a y, ante el desaf¨ªo del periodista,? aparcaron frente a la fuente de Canaletas, donde entonces siempre, cualquier d¨ªa del a?o, se reun¨ªan espont¨¢neamente aficionados a discutir de f¨²tbol. Herrera se acerc¨® a ellos, ante la sorpresa de todos, y empez¨® a discutir y a razonar el porqu¨¦ de la eliminaci¨®n. Algunos aceptaban sus argumentos mejor que otros. El periodista tomaba fotos. En una de esas, pidi¨® que le cogieran a hombros. Algunos lo hicieron, otros se enfadaron y empezaron a increparle.? En vista de eso, se suspendi¨® la escena y Herrera y el periodista entraron en el hotel m¨¢s pr¨®ximo, que result¨® ser el que hab¨ªa ocupado el Madrid esa misma noche. Eso aument¨® la bronca: ??Ve a cobrar el soborno!? ??Vendido!? ??Si ya est¨¢s contratado por ellos!? (Porque se sab¨ªa del inter¨¦s de Bernab¨¦u por ficharle desde tiempo atr¨¢s.) La polic¨ªa tuvo que disolver a los revoltosos.
En vista de eso, el presidente del Bar?a, Mir¨®-Sans, que tambi¨¦n sospechaba de un acuerdo con el Madrid porque llevaba tiempo present¨¢ndole al entrenador un contrato en blanco que ¨¦l? rehusaba firmar, decidi¨® prescindir de ¨¦l.
A Helenio Herrera no le import¨®, porque s¨ª, ya ten¨ªa un contrato previamente firmado. Pero no con el Madrid, sino con el Inter de Mil¨¢n, al que har¨ªa vivir sus d¨ªas m¨¢s grandes. Y all¨ª se las? volver¨ªa a tener tiesas con el Madrid, al que nunca lleg¨® a entrenar.