La situaci¨®n es id¨¦ntica a la del gol de Coro, el ejemplo a evitar
En la temporada 2005-06, el Espanyol tambi¨¦n llegaba a cinco puntos del descenso a falta de tres jornadas. Se acab¨® salvando con aquel tanto en el minuto 92 del ¨²ltimo partido.
El partido del pr¨®ximo domingo ante el Sevilla es el gran est¨ªmulo para un Espanyol que no debe meterse en problemas. El margen de cinco puntos con respecto al descenso parece suficiente, teniendo en cuenta que s¨®lo restan nueve en juego, pero la plantilla deber¨ªa tomar en consideraci¨®n el mejor de los ejemplos: la temporada 2005-06, la del celeb¨¦rrimo gol de Ferran Corominas en el a?adido de la ¨²ltima jornada.
Aunque no lo parezca, la situaci¨®n actual es calcada a aquella de hace exactamente diez a?os ¡ªcon la salvedad de que entonces hab¨ªan conquistado la Copa del Rey¡ª. En lo que se refiere a la Liga, el equipo hab¨ªa ido trampeando durante toda la temporada (lleg¨® a ser 18? durante tres jornadas en la primera vuelta) e incluso se cre¨ªa pr¨¢cticamente salvado a estas alturas. Tras un empate en La Romareda (1-1), llegaba a los tres ¨²ltimos partidos decimocuarto, con 38 puntos y a cinco de un Alav¨¦s que marcaba el descenso. Todo se habr¨ªa resuelto si, en la jornada 36, hubiera sido capaz de derrotar al Deportivo en Montju?c. Pero Iv¨¢n Carril y Diego Trist¨¢n voltearon el tanto inicial de Luis Garc¨ªa (1-2) y, mientras los dem¨¢s rivales sumaban ¡ªMallorca y Athletic de Bilbao arrancaron esa jornada por debajo, pero ya superaron a los pericos¡ª, a los de Miguel ?ngel Lotina les quedaba lo peor.
En la pen¨²ltima jornada, tocaba visitar el Camp Nou, como sucede este curso, y la situaci¨®n se complic¨®. Gan¨® el Barcelona por 2-0 y. ahora con dos puntos de margen con el descenso, quedaba el ¨²ltimo partido. Una victoria le bastaba al Espanyol ante la Real Sociedad pero ¨¦sta no llegaba nunca. Y s¨ª lo hac¨ªa el gol de Rodolfo Bodipo para el Alav¨¦s, que condenaba a los pericos a Segunda. El resto de la historia ya la conocen: marc¨® Coro en el 92¡¯, se desat¨® la euforia y explotaron los corazones. Esta vez conviene no volver a jugar con fuego.