366 HISTORIAS DEL F?TBOL MUNDIAL | 15 DE ABRIL
Hillsborough: el final de las vallas (1989)
Desde la final de Heysel (v¨¦ase el d¨ªa 29 de mayo) hab¨ªa empezado a cuestionarse la utilidad de las vallas en los campos, que ya se hab¨ªan instalado en Suram¨¦rica a finales de los a?os veinte a fin de evitar que los exaltados saltasen al terreno de juego. Pero Heysel hab¨ªa producido una matanza de treinta y nueve personas por la presi¨®n de la masa, movida por el p¨¢nico de las pac¨ªficas familias juventinas ante una carga de b¨¢rbaros hooligans del Liverpool. Se hab¨ªan empezado a experimentar modelos de vallas f¨¢cilmente desmontables por la polic¨ªa en casos de emergencia, o con escapatorias sencillas de abrir para aliviar la presi¨®n.
En eso sobrevino una segunda tragedia, esta vez en plena isla de los inventores. Fue en el estadio Hillsborough, en Sheffield, y televisada en directo. Se trataba de un partido de desempate de semifinal de la FA Cup, en campo neutral, entre el Liverpool y el Nottingham. Hab¨ªa acudido una gran masa de aficionados del Liverpool, muchos de ellos con la hora muy justa por problemas de tr¨¢fico. El lugar que les estaba destinado era el fondo oeste, conocido como Leppings Lane, donde ya hab¨ªa habido incidentes menores, por exceso de presi¨®n, en a?os anteriores. En uno de ellos, treinta y ocho hinchas del Tottenham hab¨ªan necesitado asistencia m¨¦dica. Pero esta vez fue demasiado. Una turba de hinchas del Liverpool que hab¨ªan llegado con la hora justa por un problema de tr¨¢fico se agolp¨® a la entrada y, en previsi¨®n de disturbios, el jefe de Polic¨ªa orden¨® que se diera paso libre, sin tornos, en la puerta del fondo, lo que se demostr¨® equivocado. El partido estaba empezando ya. La entrada daba paso a un t¨²nel hacia la grada del fondo; esta se encontraba dividida en cinco sectores, separados por vallas perpendiculares a la l¨ªnea de fondo. Mientras cuatro sectores a¨²n no estaban llenos, el del centro s¨ª lo estaba, y hacia ¨¦l se encamin¨® la masa apresurada de los que entraron en tropel, desestimando las bocas laterales del t¨²nel que encaminaban hacia los sectores laterales.
Una inmensa riada de hinchas presion¨® sobre los que ya se hallaban dentro. Los de las primeras filas se vieron comprimidos contra la valla, y, ante sus gritos, Grobelaar, portero del Liverpool, que ocupaba esa porter¨ªa, avis¨® a los polic¨ªas, que le dijeron que sin ¨®rdenes no pod¨ªan abrir las vallas. Entonces corri¨® hacia el ¨¢rbitro, que par¨® el partido en el minuto seis. Cuando se consigui¨® despejar la zona, el balance fue desolador: 96 muertos y 766 heridos, todos ellos esta vez del Liverpool, por la presi¨®n de sus propios correligionarios.
Cuatro d¨ªas despu¨¦s, Mil¨¢n y Madrid juegan un partido de la Copa de Europa en San Siro. Se guarda un minuto de silencio antes del encuentro. El p¨²blico milan¨¦s empieza a cantar, de forma espont¨¢nea, el You¡¯ll never walk alone.
El incidente dar¨¢ lugar a que se acelere la retirada de las vallas, trampa mortal en tantas ocasiones.