"No s¨®lo ganamos una Copa: entramos en la historia"
Tamudo, Luis Garc¨ªa, Kameni, Zabaleta, Coro, Mois¨¦s, Lopo, Ito... Los protagonistas de la Copa del Rey de 2006 la rememoran en AS en el d¨¦cimo aniversario de su consecuci¨®n.
?sta no es la historia de una d¨¦cada prodigiosa ¡ªojal¨¢ as¨ª fuera¡ª, sino del prodigio que un grupo humano logr¨® hoy hace justo una d¨¦cada. La fecha en la que, cuando una afici¨®n cre¨ªa que ya hab¨ªa agotado todos sus billetes hacia la felicidad con el ¡®Mestallazo¡¯ de 2000, el Espanyol le demostr¨® que la vida a¨²n puede deparar sorpresas. Giros inesperados de guion. As¨ª fue c¨®mo la Copa del Rey del 12 de abril de 2006 se convirti¨® en el ¨²ltimo t¨ªtulo conquistado por los pericos hasta la fecha. Seguro que d¨ªas mejores, nuevos viajes a la esperanza, est¨¢n por llegar.
¡°Fue uno de los d¨ªas m¨¢s felices que pude vivir como deportista¡±, se arranca Ra¨²l Tamudo, autor del gol que abri¨® el camino a la gloria y capit¨¢n de aquel Espanyol. ¡°Poder levantar el trofeo fue incre¨ªble¡±. El suyo es el primero de los muchos protagonistas de aquella memorable jornada que desfila hoy por AS. ¡°Estar en la final ya era un premio para nosotros, el Zaragoza se hab¨ªa cargado a los grandes (Real Madrid, Barcelona y Atl¨¦tico), por lo que era el claro favorito¡±, plantea Alberto Lopo, para poner en situaci¨®n a quienes no recuerdan que, aquel mi¨¦rcoles de Semana Santa, la mayor parte del panorama futbol¨ªstico daba al Espanyol como perdedor.
Pablo Zabaleta recuerda que, durante la concentraci¨®n de la plantilla en el hotel (primero en Las Rozas, el d¨ªa de la final en La Castellana), eran un manojo de nervios: ¡°Compart¨ªa habitaci¨®n con Pandiani. La noche antes hablamos largo y tendido de f¨²tbol. Era mi primer a?o en el Espanyol y me llegaba la oportunidad de una final, el Rifle hab¨ªa llegado en enero y me cont¨® sus experiencias. Eso ya lo hizo todo emotivo y lo que vino, espectacular¡±. En ese dormitorio probablemente se fragu¨® el asalto al autocar del d¨ªa siguiente, en el que ya profundizaremos. En otra habitaci¨®n, Lopo trataba de burlar a la tensi¨®n junto a David Garc¨ªa. ¡°Siempre dorm¨ªamos la siesta, pero la tarde de aquel partido result¨® imposible. Cerr¨¢bamos los ojos, lo intentamos una y otra vez, pero nada¡±, narra el central. Acabaron enzarzados en una pelea de almohadas.
Cada maestrillo ten¨ªa su librillo. Es el caso de Carlos Kameni, quien ten¨ªa clara su estrategia. ¡°Yo me lo plante¨¦ como si fuera un partido normal, uno m¨¢s, para no meterme presi¨®n, y eso me ayud¨®¡±, explica, y detalla que su esposa ¡°y la de Tommy (N¡¯Kono) vinieron al hotel y nos trajeron una bandera de Camer¨²n¡±, a la que dieron buen uso en las posteriores celebraciones.
Tambi¨¦n en el hotel le daban los jugadores vueltas al planteamiento que Miguel ?ngel Lotina hab¨ªa dispuesto para la final. Como Mois¨¦s Hurtado: ¡°Recuerdo perfectamente el ¨²ltimo entrenamiento, donde el m¨ªster desgran¨® la t¨¢ctica. Parec¨ªa que el Zaragoza nos iba a ganar sin bajar del autob¨²s, por nuestras dudas en la Liga. Pero el m¨ªster sab¨ªa muy bien c¨®mo aprovechar los errores del rival y c¨®mo sacar nuestras virtudes¡±. ¡°Lotina lo plante¨® muy bien, poniendo a Fredson en la banda izquierda¡±, tercia Luis Garc¨ªa. Y prosigue Mois¨¦s: ¡°Intentamos buscarle, el lateral derecho del Zaragoza era m¨¢s bajito (Leo Ponzio), as¨ª que inici¨¢bamos el juego cayendo a nuestra izquierda¡±. ¡°Todo sali¨® redondo¡±, rubrica Ferran Corominas.
El autocar. Y lleg¨® el que, con unanimidad, todos consideran el momento clave de la final. Aunque sucedi¨® antes de jugarla. ¡°Fue el trayecto del hotel al Bernab¨¦u, tardamos una hora en hacer tres kil¨®metros¡±, destaca Antonio ?lvarez ¡®Ito¡¯. Y no porque hubiera congesti¨®n: ¡°La Castellana estaba llena de pericos y eso nos dio la fuerza necesaria para afrontar el partido y ganarlo. ?Menos mal que Lotina dio la charla previa en el hotel! ?Si no, no habr¨ªa dado tiempo de hacerla en el estadio!¡±, desgrana el extreme?o.
Los art¨ªfices de la bendita locura fueron, como vislumbr¨¢bamos antes, Pandiani y Zabaleta. As¨ª que el m¨¢s cualificado para detallar qu¨¦ sucedi¨® dentro de aquel autocar es el argentino: ¡°Todo fue espont¨¢neo. Empezamos a subir por la Castellana y todo lo que ve¨ªamos eran pericos, miles de ellos, ondeando banderas y bufandas. As¨ª que nos arrancamos a cantar el ¡®A por ellos¡¯ todos a una, tanto jugadores como t¨¦cnicos. Comenzamos a jugar el partido all¨ª y no en el minuto 1. Ese esp¨ªritu lo trasladamos al campo, por eso ganamos a un Zaragoza que ven¨ªa de eliminar a Barcelona y Madrid¡±.
¡°Lo de la gente dando golpes al autocar es algo que nunca hab¨ªa visto, algo incre¨ªble¡±, resalta Kameni, asombrado a¨²n diez a?os despu¨¦s. Mois¨¦s conviene en que ¡°lo que pas¨® all¨ª dentro nos destens¨®, nos hizo pasar de ser la cenicienta a convertirlo en buenas vibraciones, en una gran sinton¨ªa¡±. Y lo remacha Luis Garc¨ªa: ¡°Ir cantando en el bus nos liber¨® much¨ªsimo de la tensi¨®n del partido, llegamos sudando al Bernab¨¦u¡±.
Pero quedaba m¨¢s. Otros momentos m¨¢gicos antes del pitido inicial. Kameni evoca uno de ellos: ¡°Siempre soy el primero en salir al c¨¦sped y, al hacerlo en el calentamiento, todo el mundo se puso en pie, comenz¨® una ovaci¨®n brutal. Eso me dio alas, creo que a mis compa?eros tambi¨¦n¡±. El otro lo desvela Luis: ¡°Antes de salir al campo, cuando hicimos el corro, Mauricio (Pochettino) nos transmiti¨® unas palabras emocionantes: ¡®No peleamos solo por ganar una Copa, sino por entrar en la historia del club¡¯. No estaba jugando mucho, pero las pronunci¨® llorando. Y recuerdo c¨®mo el Pelado (Iv¨¢n de la Pe?a) le contest¨®: ¡®Mauricio, la vamos a ganar por ti¡¯. Con el tiempo compruebas que, efectivamente, no solo conquistamos una Copa sino que hicimos historia¡±.
El partido. Y empez¨® el encuentro. Como en Mestalla, Tamudo tard¨® dos minutos en marcar. A los 28¡¯, Ewerthon de Souza igual¨® en un barullo. ¡°Fue clave c¨®mo reaccionamos tras el 1-1. En ese momento, te entran las dudas, puedes perder los papeles. Pero supimos conservar el control y volver a marcar enseguida¡±, rese?a Kameni.
El 2-1 lleg¨® en el 33¡¯, obra de Luis Garc¨ªa. Y en la segunda mitad, Ferran Corominas hizo el tercero a la carrera. ¡°Ese tanto nos daba tranquilidad¡±, explica el canterano. ¡°Y casi provoca un accidente¡±, a?ade: ¡°En la celebraci¨®n pas¨¦ por donde estaba mi familia, y mi madre se cay¨® cuatro o cinco filas por delante. Por suerte no le pas¨® nada¡±. ¡°Nunca he sido un gran goleador, pero s¨ª he tenido la suerte de marcar goles importantes¡±, subraya. Tras la expulsi¨®n de C¨¦sar S¨¢nchez, Luis hizo el 4-1, a cuatro minutos del final. Y el asturiano lo tuvo claro: ¡°Con la roja a C¨¦sar ya nos vimos campeones, as¨ª que ese cuarto tanto fue el ¨¦xtasis. So?aba con ganar, pero meter dos goles era impensable. Lo mejor fue ver c¨®mo disfrutaba nuestra gente¡±.
¡°Ten¨ªamos buen equipo, pero ese t¨ªtulo super¨® las expectativas¡±, reflexiona Zabaleta. Y por eso los festejos del d¨ªa siguiente en Barcelona fueron monumentales. ¡°Fue espectacular¡±, sentencia Lopo, mientras que Kameni admite que le ¡°impact¨® ver c¨®mo lo celebraba la ciudad. Est¨¢bamos muertos de cansancio pero no se not¨®. Y m¨¢s que hubi¨¦ramos aguantado, l¨¢stima que tres d¨ªas m¨¢s tarde nos jug¨¢bamos la vida¡±. ?Ay, la Liga! ?sa fue otra historia. La de la Copa la corona Tamudo: ¡°Ojal¨¢ alg¨²n d¨ªa podamos vivir ese momento otra vez¡±.?