En la boca del lobo

El triunfo en el Cl¨¢sico present¨® una contraindicaci¨®n inesperada para el Madrid. La hipotensi¨®n a las puertas de la Volkswagen le aleja de las semifinales. Diez minutos malos en Champions no tienen remedio, le gusta repetir a Butrague?o. El mensaje no cal¨® en el equipo, desencuadernado en un corto tramo de la primera mitad y discapacitado en el resto del partido. Su defensa result¨® chatarra, Modric perdi¨® el ¨¢ngel y la BBC el compromiso, Isco y James no enemendaron nada y Bale fue un recurso natural despilfarrado.

A¨²n quedan cocodrilos en Alemania, equipos a los que se les da un gol y se toman el partido. As¨ª se le aparecieron al Madrid los fantasmas del pasado, aquellos desvanecimientos de los ochenta que est¨¢n archivados en lo peor de su historia. Y en ese aprieto se vio el equipo de Zidane, con dos goles en los lomos en 24 minutos y con el miedo de disparar al aire su ¨²ltima bala.

El Wolfsburgo pas¨® de cordero a lobo en un penalti de Casemiro a Sch¨¹rrle evitable, casi involuntario pero justo (tambi¨¦n lo pareci¨® uno a Bale). Hasta entonces el Madrid se hab¨ªa columpiado con comodidad en la tenencia de la pelota, el buen aire de Modric y una gran ocasi¨®n de Benzema, cuyo disparo sin oposici¨®n y previo quiebro a Dante top¨® en el pie izquierdo de Benaglio.

Pero la cadena de montaje qued¨® interrumpida con la lesi¨®n del franc¨¦s, que aguant¨® m¨¢s en el campo de lo que aconsejaba su salud, y por la falta de diligencia en varias ventanillas: la de Zidane, por darse el gusto injustificado de poner a Danilo, un juguete para Draxler, por Carvajal; la de la BBC, que se dej¨® pico y pala en el Camp Nou; la de los centrales, descolocados e impuntuales. Y una ca¨ªda de tensi¨®n general por exceso de confianza. Se embobaron con la tabla de la Bundesliga y obviaron que no hay partido sin peligro. En el segundo tanto todos asistieron como oyentes: desde el ?marcador? de Draxler hasta Ramos pasando por Marcelo. Para situaciones as¨ª Casemiro, que tuvo noches mejores, no es socorrista. Benzema se despidi¨® del funeral errando un cabezazo franco a centro de Bale desde la izquierda, donde lo crea o no el gal¨¦s resulta imparable.

El descanso y la llegada de Jes¨¦ al partido no masajearon el ¨¢nimo ni la ideas del Madrid. El mejor Bale se aburri¨® en la izquierda, con Cristiano ya como nueve y sin limpieza en el dominio. No se registr¨® apenas actividad en el ¨¢rea de Benaglio, el Wolfsburgo oscureci¨® a Marcelo y se acuartel¨® con sentido, Isco no result¨® la maniobra de agitaci¨®n esperada, aunque le dio medio gol a Cristiano. El Madrid manose¨® la pelota sin desborde ni sorpresa. Y se asom¨® al abismo cuando Sch¨¹rrle se vio ante Keylor para empacharse de bal¨®n y cuando el costarricense le sac¨® un gran remate a Kruse. La eliminatoria se traslada al Bernab¨¦u con una dificultad inesperada, vestida de final¨ªsima.

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