Fowler, a favor de los trabajadores del puerto (1997)

En 1995 hubo un largo pleito de los descargadores de muelles de Liverpool con su empresa, la Mersey Docks and Harbour Company. El conflicto ocup¨® a la opini¨®n p¨²blica, con una larga? huelga, fruto de la cual fueron despedidos unos quinientos trabajadores acusados de huelga salvaje. Por la presi¨®n social, muchos fueron readmitidos, pero en peores condiciones laborales que las de antes. Liverpool, ciudad que viv¨ªa circunstancias dif¨ªciles y cuya principal industria es el puerto (casi su raz¨®n de ser como ciudad durante muchos a?os), fue muy sensible al conflicto. Dos de los jugadores del equipo red, McManaman y Fowler, decidieron hacer algo a favor de los trabajadores. En v¨ªsperas del partido de Copa de Europa contra el SK Brann, ambos resolvieron llevar debajo de su camiseta otra con una leyenda en apoyo a los trabajadores de los muelles.? McManaman sugiri¨® a su compa?ero que no deber¨ªan mostrar la camiseta hasta el final del partido, cuando el gesto tendr¨ªa el mismo alcance, pero no ser¨ªa tan f¨¢cilmente perseguible por las autoridades futbol¨ªsticas como si se produc¨ªa durante el juego. Y en eso quedaron.
Pero cuando Fowler marc¨® su segundo gol de la tarde, que colocaba al Liverpool con un c¨®modo 3-0 y daba por pr¨¢cticamente cerrado el partido, olvid¨® lo acordado con su compa?ero McManaman y levant¨® su camiseta, debajo de la cual apareci¨® la otra, en la que pon¨ªa ?Support the 500 sacked doCKers?. La CK de doCKers correspond¨ªa al anagrama de Calvin Klein, que les hab¨ªa proporcionado la camiseta a ambos, con lo que la reivindicaci¨®n se convert¨ªa tambi¨¦n en equ¨ªvoco acto publicitario.
Fowler se plant¨®, bien visible, ante los fot¨®grafos, concedi¨¦ndoles un tiempo para que tomaran a su gusto la imagen, que provoc¨® gran esc¨¢ndalo. La prensa debati¨® sobre el asunto. A algunos les pareci¨® bien que un jugador se pronunciara as¨ª en respaldo de los desfavorecidos. Para? otros, se hab¨ªa tratado de un acto inoportuno y publicitario.
La pol¨¦mica segu¨ªa abierta cuando a los cuatro d¨ªas el Liverpool visit¨® al Arsenal en Highbury. En el curso del encuentro, Fowler, que era un delantero menudo, r¨¢pido, oportunista y? habilidoso, se col¨® en el ¨¢rea y Seaman se tir¨® a sus pies. Fowler fingi¨® penalti, pero? inmediatamente se arrepinti¨® y le dijo al ¨¢rbitro que no hab¨ªa sido. Pero el ¨¢rbitro ya lo hab¨ªa pitado y no quiso volverse atr¨¢s, as¨ª que el propio Fowler fue el encargado de lanzarlo, y fallarlo. Dos d¨ªas despu¨¦s, 26 de marzo, recibi¨® un telegrama de Sepp Blatter, presidente de la FIFA: ?Quiero felicitarle por la actitud deportiva que usted ha demostrado?. Pero justo un d¨ªa m¨¢s? tarde, el 27, recib¨ªa una comunicaci¨®n muy distinta por parte de la UEFA, que en esos d¨ªas hab¨ªa estudiado el caso de la segunda camiseta en apoyo a los huelguistas de los muelles: ?Result¨® extra?o y algo antideportivo¡?, empezaba la carta. Y terminaba imponiendo a Fowler una multa de novecientas libras. En dos d¨ªas consecutivos hab¨ªa sido h¨¦roe para la FIFA y? villano para la UEFA.