Florentino deja repentinamente el Real Madrid (2006)

Florentino P¨¦rez lleg¨® a la presidencia del Madrid en el verano de 2000 y revolucion¨® el club. Compr¨® los mejores jugadores del momento, consigui¨® la recalificaci¨®n de la vieja Ciudad Deportiva, con lo que obtuvo fondos para esos fichajes y para saldar la deuda, emprendi¨® la construcci¨®n de otra, mucho m¨¢s amplia y mejor, y recuper¨® un discurso de valores y de seriedad que le dieron al club un nuevo respeto. Sus primeros a?os fueron la perfecci¨®n, con t¨ªtulos importantes y un aire ejemplar en todo lo que hac¨ªa el Madrid, convertido en el referente mundial.
Pero a partir de la cuarta temporada todo empez¨® a torcerse. Para algunos fue por el fichaje de Beckham, que habr¨ªa venido m¨¢s por conveniencias comerciales que futbol¨ªsticas; para otros, por la salida del club de Del Bosque, entrenador las tres primeras temporadas de Florentino, que hab¨ªa sabido, con su estilo cachazudo, manejar los caprichos de las vedettes; para otros, por la salida de Valdano, un a?o m¨¢s tarde, si bien esta se produjo despu¨¦s del extra?o y espectacular derrumbre sobrevenido tras la final de Copa de ese a?o; y dentro del club hubo (y sigue habiendo) hasta quien relacion¨® la ca¨ªda del Madrid con el terrible atentado en los cuatro trenes de cercan¨ªas el 11-M, que coincide cronol¨®gicamente con el final de aquella euforia. El caso es que desde que empez¨® la quinta temporada el Madrid ya no era el mismo. No hab¨ªa ganado nada en la anterior, hab¨ªa perdido cinco partidos de liga consecutivos y parec¨ªa estar desorientado. Lleg¨® Camacho como entrenador, pero dimiti¨® pronto; le sucedi¨® Garc¨ªa Rem¨®n, despedido en Navidad para dejar paso a Luxemburgo. Al mismo tiempo entr¨® Sacchi como secretario deportivo. Los fichajes empezaron a ser de menor tono. Pas¨® otro a?o en blanco. Luxemburgo empez¨® la sexta temporada pero pronto cay¨® y le sucedi¨® L¨®pez Caro, del Castilla, un hombre de perfil bajo. Se fue Sacchi y le sucedi¨® Benito Floro. Todo era desconcertante cuando el Madrid viaj¨® a Mallorca para disputar un partido de liga del que volvi¨® derrotado. Y Sergio Ramos se quej¨® de que cuando hab¨ªa marcado su gol nadie hab¨ªa acudido a felicitarle.
El Madrid estaba tercero en la tabla. En la Champions hab¨ªa perdido el partido de ida ante el Arsenal en el Bernab¨¦u, en octavos. Ten¨ªa pendiente el de vuelta. Repentinamente, al regreso de Mallorca, Florentino dimiti¨®: ?He maleducado a los jugadores?, fue la esencia de su discurso de despedida. El Madrid ?gal¨¢ctico? hab¨ªa ca¨ªdo en pecados de fatuidad y molicie, sus jugadores se cre¨ªan tan grandes que ning¨²n entrenador consegu¨ªa imponer unas pautas de trabajo, y el vedettismo hac¨ªa adem¨¢s que algunos se miraran mal entre ellos. Florentino entiende que su salida puede servir de revulsivo, que llevar¨¢ a la reflexi¨®n a esos jugadores, y se va. Fija como sucesor a Fernando Mart¨ªn, uno de sus vicepresidentes, pero este, tras unas semanas en las que da un aire algo precipitado, es obligado a dimitir por su propia junta, que coloca como presidente provisional al m¨¢s veterano de ellos, G¨®mez-Montejano, para que convoque elecciones. Las ganar¨¢ Ram¨®n Calder¨®n, uno de los directivos de Florentino, pero por corto margen. Su mandato ser¨¢ pol¨¦mico, pese a las dos ligas ganadas y a que el equipo recupera una ¨¦tica del esfuerzo perdida. En enero de 2009 dimite, una vez constatado que se colaron en la asamblea personas que no eran socios para votar a su favor. Tras un interregno pac¨ªfico de uno de sus vicepresidentes, Vicente Boluda, vuelve Florentino, sin opositor en las elecciones. Ya no est¨¢n sus ?gal¨¢cticos?. Ficha a otros nuevos (Cristiano, Kak¨¢ y Benzema) y reemprende las cosas donde las dej¨®.