El ¡®calvo de la Champions¡¯ es el nuevo presidente de FIFA
Infantino, noveno Papa del f¨²tbol tras ganar a Salman por 115 a 88 votos. Elegido hasta 2019, s¨®lo podr¨ªa ser reelegido otros dos mandatos. Los ¨¢rabes terminaron enfadados.
El suizo Gianni Infantino, ¡®el calvo de los sorteos de la Champions¡¯ para los amigos, se convirti¨® ayer en el noveno presidente de la FIFA tras batir al otro aspirante, el jeque Salman Bin Ebrahim Al-Khalifa, de Bahrein. Infantino llega en sustituci¨®n de su paisano Sepp Blatter, que ocup¨® el sill¨®n durante los ¨²ltimos 17 a?os.
Infantino conquist¨® la cima del f¨²tbol en la segunda vuelta, tras una primera en la que acab¨® pr¨¢cticamente en empate t¨¦cnico con su gran rival, el jeque Salman (88-85). En esa segunda vuelta, el delf¨ªn de Platini recogi¨® los votos que se dejaron por el camino los otros dos aspirantes, Jerome Champagne y Ali Bin Hussein. Logr¨® la mayor¨ªa simple con 115 sufragios por los 88 en que se qued¨® finalmente Salman. Al¨ª termin¨® s¨®lo con cuatro y Champagne, con cero.
El modus operandi de Blatter e Infantino para alcanzar la cima del f¨²tbol mundial ha sido muy parecido. Por algo ambos nacieron en pueblos vecinos, Visp y Brig, a la sombra de los Alpes suizos. Blatter fue durante a?os secretario general de la FIFA y ciment¨® su imagen en los sorteos del Mundial. Infantino lo ha hecho con los de la Champions, mucho m¨¢s frecuentes y medi¨¢ticos. Pasar de los plat¨®s a candidato a presidente parece que funciona. En la pol¨ªtica y en el f¨²tbol.
Gianni Infantino ha tenido una carrera mete¨®rica. Cuando Blatter ya llevaba varios a?os de presidente, ¨¦l acababa de llegar a la UEFA como meritorio tras foguearse como becario en LaLiga.
Divisi¨®n. La sorpresa, y lo que quebr¨® los planes de Salman Bin Ebrahim Al-Khalifa fue que el tercer candidato m¨¢s votado en la primera ronda, el jordano Ali Bin Hussein (27 sufragios) sigui¨® en la carrera dividiendo el voto asi¨¢tico y africano. Salman esperaba que, al no alcanzar un tercio de los votos de los dos favoritos, Ali hubiera renunciado en segunda instancia pidiendo el voto para Salman. Pero no fue as¨ª. Fue al contrario. El grueso de los votos de Salman, y puede que tambi¨¦n todos los del ¡®outsider¡¯ Champagne, fueron al zurr¨®n de Infantino, due?o del aparato del partido.
Entre la fuerza de su imagen (tambi¨¦n queda comprobado que salir en televisi¨®n con poco pelo o con mucho ayuda a cosechar votos) y su promesa de repartir cuatro millones de euros a cada una de las 209 federaciones de la FIFA, el italo-suizo ha conseguido el prop¨®sito para el que estaba destinado su antiguo jefe, Michel Platini.
Infantino no s¨®lo ha tenido a su favor su telegenia, tambi¨¦n su dominio de los pasillos. Sus ocho a?os como secretario general de la UEFA han sido un m¨¢ster para concurrir a las elecciones de la FIFA. Es m¨¢s dudoso el hecho de que hablar cinco idiomas con soltura (espa?ol, ingl¨¦s, alem¨¢n, franc¨¦s e italiano) le haya servido para conseguir su objetivo. En todo caso, de ser as¨ª, no se explica c¨®mo Villar es vicepresidente de la misma organizaci¨®n hablando s¨®lo uno, el suyo.
En fin, que el ¨¦xito de Infantino, elegido para el resto del periodo de mandato (hasta 2019) con opci¨®n de ser reelegido por dos mandatos m¨¢s de cuatro a?os, se ha cimentado en tres patas: la televisi¨®n, el dominio de la maquinaria de la FIFA y la divisi¨®n del voto asi¨¢tico entre Ali y Salman, que adem¨¢s terminaron como el rosario de la Aurora. ¡°A partir de ahora, todos unidos para devolverle a la FIFA su grandeza¡±, dijo Infantino al final con Salman mirando para el norte y Ali, para el sur.