El propio Manchester suspende a Cantona (1995)

?ric Cantona, ?ric el Rojo, Loco Cantona, Rey ?ric¡ Estos eran los apodos con que los hinchas del Manchester United conoc¨ªan a su genial delantero franc¨¦s, un tipo grand¨®n y fuerte, casi con f¨ªsico de jugador de rugby, pero al tiempo de una calidad exquisita, que no cab¨ªa asociar con su f¨ªsico. Un grande del f¨²tbol. Pero era tambi¨¦n jugador de conductas explosivas que procuraban buen material a la prensa amarilla. Lleg¨® al Manchester procedente del Leeds tras haber dejado en Francia una larga estela de expulsiones, desaf¨ªos al seleccionador o a los ¨¢rbitros y peleas en el campo. En el Auxerre se hab¨ªa liado a pu?etazos con un compa?ero de equipo, Martini. En el Olympique de Marsella hab¨ªa sido sancionado un mes por tirar la camiseta al suelo y el bal¨®n al p¨²blico, y todo porque el entrenador le sustituy¨® en un partido amistoso. Al seleccionador, Henri M¨ªchel, le insult¨® en televisi¨®n. Pero ninguna de sus fechor¨ªas anteriores alcanz¨® el eco de la de aquel d¨ªa en Selhurst Park, el campo del Crystal Palace.
Tras sufrir varias entradas bruscas, Cantona se revuelve y agrede a Richard Shaw. El ¨¢rbitro, con justicia, le expulsa. Cantona comprende que no hay nada que hacer y se marcha, abucheado por el p¨²blico. Cuando recorre la banda camino de la salida de los vestuarios, un espectador de la fila diez de la tribuna, llamado Matthew Simon, baja hasta la valla que separa al p¨²blico del campo y le increpa. La reacci¨®n de Cantona es tremenda: pega un salto acrob¨¢tico y le descarga una patada de kung-fu en el rostro. Los polic¨ªas le detienen y se lo llevan, mientras los servicios de asistencia atienden al espectador imprudente y lenguaraz. Ante la prensa, Cantona se limita a decir cr¨ªpticamente que ?cuando las gaviotas persiguen al barco pesquero es porque saben que de este van a caer sardinas?, y se marcha. Se interpreta tal declaraci¨®n como que siempre se ve rodeado de periodistas porque siempre provoca noticias. Al d¨ªa siguiente la prensa inglesa no tiene desperdicio: ?Un genio con mentalidad de hombre de las cavernas?, ?Cantona Brutus Bastardum?, ?Cuidado, perro peligroso?, ??Que le descalifiquen a perpetuidad!?, ?Debe ser declarado fuera de la ley para siempre?, ?Que lo metan en un avi¨®n y lo devuelvan a Francia?, ?Cantona, la verg¨¹enza. ?Es el fin del jugador loco??.
El Manchester United da ejemplo. Contra la pr¨¢ctica com¨²n de defender al jugador propio contra toda raz¨®n, le suspende hasta nueva orden, dando un ejemplo universal, antes incluso de que se re¨²na el comit¨¦ de castigos de la Football Association. Cantona no volver¨¢ a jugar hasta octubre. El Manchester United fich¨® a Andy Cole para cubrir su puesto, que en la ¨²ltima jornada del campeonato fall¨® dos goles claros ante el West Ham. Eso permitir¨ªa que el t¨ªtulo fuera para el Blackburn, con un solo punto de ventaja sobre el Manchester.
La mala cabeza le cre¨® bastantes problemas a Cantona, y es lo que explica que solo haya jugado con su selecci¨®n una gran fase final, que fue la de Suecia. Pero contribuy¨® a darle una popularidad que, una vez abandonado el f¨²tbol, le ha permitido hacerse una carrera en el cine, frecuentemente en papeles de duro o de malo.