Luxemburgo se estrena con seis minutos gloriosos (2005)

El domingo 12 de diciembre la Real hab¨ªa visitado el Bernab¨¦u, pero el partido no pudo concluir. Faltaban seis minutos, estaba empate a uno en el marcador cuando una llamada avisa de que ETA hab¨ªa colocado un explosivo en el campo. Las autoridades dan cr¨¦dito a la llamada, el partido se para y el estadio se evacua, con una rapidez y un orden admirables, en pocos minutos. La gente no sabe lo que ha pasado hasta que las emisoras de radio lo van contando. Luego result¨® ser una falsa alarma, afortunadamente.

Quedaban colgados seis minutos. Competici¨®n decide que se jueguen el 5 de enero. Mientras, pasan cosas. Florentino destituye al entrenador, Garc¨ªa Rem¨®n, que a su vez hab¨ªa sucedido a Camacho al poco de empezar la temporada. Garc¨ªa Rem¨®n hab¨ªa prescindido de Beckham en Santander, donde gan¨® el Madrid, y luego de Ronaldo en el Bernab¨¦u, ante el Sevilla, con derrota. Eso fue demasiado. Y m¨¢s cuando en la comida de Navidad Ronaldo se acerc¨® a la mesa presidencial y en presencia de los dem¨¢s comensales de la mesa (entre ellos, Garc¨ªa Rem¨®n) le dijo al presidente: ?Presi, no voy a poder cumplir la promesa de marcar treinta goles este a?o?. ??Hombre! ?Por qu¨¦?? ?Porque el entrenador dice que no me piensa poner si no me entreno, y como no pienso entrenarme¡­? Conclusi¨®n: Garc¨ªa Rem¨®n fuera y se ficha a Luxemburgo, brasile?o con buenos ¨¦xitos en su pa¨ªs. Su estreno ser¨¢n los seis minutos aplazados.

Antes del partido hay expectaci¨®n. El Madrid necesita los puntos, porque se est¨¢ rezagando en la tabla con respecto al Bar?a. Luxemburgo habla, y no para, de que tiene un plan, Amorrortu, entrenador de la Real, hace declaraciones ir¨®nicas. Sale a relucir un caso parecido de un Valencia-Zaragoza, veintiocho a?os antes, con seis minutos aplazados, que se jugaron precisamente tambi¨¦n en el Bernab¨¦u, y que dejaron como saldo la victoria del Zaragoza por un penalti. (Penalti que se hab¨ªa se?alado en el encuentro anterior, y que fue lo que motiv¨® la suspensi¨®n.) La v¨ªspera, la Real entrena un partido de seis minutos; el Madrid realiza una sesi¨®n de 275 tiros a puerta, de los que entraron 44. Los peri¨®dicos informan al detalle de todo ello. El partido es a las 18.00, la entrada es libre. ?C¨®mo cobrar por seis minutos? El minipartido compite con la cabalgata de los Reyes Magos, pero registra una buena entrada: 22 000 espectadores cargados de fe. El juego se reanudar¨¢ con saque de puerta por parte de la Real.

A la hora de la verdad, los donostiarras salen encogidos y el Madrid gana casi todos los balones divididos. Llega tres veces al ¨¢rea sin encontrar el remate; a la cuarta, Morientes dispara y detiene Riesgo. Por fin, al quinto minuto de juego, Ronaldo recibe, encara a Labaka, le hace una bicicleta y este le derriba. Penalti sin discusi¨®n. Tira Zidane y lo transforma, ante el j¨²bilo del Bernab¨¦u. Luxemburgo cambia a Ronaldo por Pav¨®n. La Real intenta ahora atacar con rabia, pero solo le quedan dos minutos. Para enfriar, Luxemburgo cambia a Ra¨²l por Solari, el tercer cambio del Madrid (el primero fue el 12 de diciembre, cuando Figo hab¨ªa dejado paso a Owen). La Real bombea dos balones al ¨¢rea, el partido termina. Amorrortu comparece en la conferencia de prensa con expresi¨®n alucinada. Luxemburgo, como un palomo buch¨®n. El Madrid ha ganado dos puntos en seis minutos. Eso le pone tercero, con 31, empatado con el Sevilla, aunque a¨²n a 11 del Bar?a. Pero el Madrid remontar¨¢ poco a poco, no conseguir¨¢ la liga, pero llegar¨¢ a darle un susto al Bar?a con su persecuci¨®n. Aquellos seis minutos pusieron la base para ello. Ese d¨ªa naci¨® la ?Cofrad¨ªa del Clavo Ardiendo?, expresi¨®n que lanz¨® M¨ªchel en un art¨ªculo en AS.