Potele: ¡°Ganar en el Bernab¨¦u es como si te toca El Gordo¡±
Los m¨ªticos Felines y Potele desempolvan triunfos pasados del Matagigantes y bromean con la f¨®rmula para tumbar al Madrid: ¡°Que tengan un d¨ªa horroroso¡±.
Un incesante goteo de gente aguarda en la fila para comprar su d¨¦cimo en Loter¨ªas Potele. La Administraci¨®n es el punto de encuentro entre dos mitos del rayismo: Jos¨¦ Gonz¨¢lez de la Vieja, Potele (Madrid, 01-01-1947) y F¨¦lix Bardera Sierra, Felines (Pedro Bernardo, ?vila, 06-10-1943). ¡°?Ganar en el Bernab¨¦u? Es como si te cae El Gordo¡±, bromea el primero, mientras el segundo, actual presidente de honor del club franjirrojo, esgrime: ¡°No hay nada imposible, pero no voy a decir que no hay nada que perder porque ahora estamos en el hoyo¡±.
Ambos fueron parte de aquel Matagigantes que tumb¨® al Real Madrid (3-2, el 30 de octubre de 1977) en su estreno en Primera. ¡°Lo pas¨¢bamos muy bien viendo a ese equipo. Me hab¨ªan operado de una pubalgia y no pude empezar la temporada. Era muy dif¨ªcil tener minutos porque me ten¨ªa que recuperar y despu¨¦s encontrar un hueco en un once que jugaba de cine con Land¨¢buru, Ferm¨ªn o Guzm¨¢n¡±, explica Felines. M¨¢s cerca lo vivi¨® Potele: ¡°Estaba en el banquillo. H¨¦ctor N¨²?ez no hizo ning¨²n cambio porque nos los est¨¢bamos comiendo. Cuando metimos el primero no te imaginas la alegr¨ªa de todos. Saltamos. ?Un regalo! ?Una prueba de que Dios existe!¡±.
Una de las claves fue la preparaci¨®n f¨ªsica de ?lvarez de Villar. ¡°?ramos gente veterana, con idea de dejar pronto el f¨²tbol, pero pese a eso corr¨ªamos como los j¨®venes. Nos conoc¨ªamos todos los rincones de la Casa de Campo. Sab¨ªamos d¨®nde estaban los baches y nos busc¨¢bamos escondites los dos para correr un poco menos que el resto¡±, r¨ªe el abulense, mientras el madrile?o prosigue: ¡°Los dem¨¢s sub¨ªan y nosotros ataj¨¢bamos por la espalda del monte, hab¨ªa muchos conejos¡±. M¨¢s dif¨ªcil se antoja adivinar la f¨®rmula para doblegar ahora a los blancos: ¡°Que salten al campo con cinco, que no hayan comido bien y est¨¦n cansados (risas). Deben tener un d¨ªa horroroso y es posible que hoy no lo tengan porque est¨¢n muy apretados, ante su p¨²blico no aflojar¨¢n. Paco (J¨¦mez) saca todo el provecho a los nuestros y no est¨¢ todo perdido¡±. Potele se muestra de acuerdo con lo expuesto antes por Felines: ¡°El Madrid est¨¢ perdiendo muchos puntos con una delantera que deber¨ªa meter goles por un tubo. Conf¨ªo en que saquemos algo. Ahora nos llegan dos partidos dif¨ªciles, pero estoy convencid¨ªsimo de que al Atl¨¦tico le ganamos¡±.
Cristiano. El Madrid se encomendar¨¢ a la BBC para atar un bals¨¢mico triunfo cuando m¨¢s agitadas bajan las aguas por Concha Espina. ¡°Quien m¨¢s me gusta es Cristiano, siempre quiere marcar. Benzema, para ser un delantero centro, no mete goles y Bale, en comparaci¨®n con Amancio, deja mucho que desear¡±, analiza el ariete. Tambi¨¦n la faceta goleadora vallecana les inquieta. ¡°Faltan efectivos en ataque. Se ha notado la marcha de Bueno y Kakuta. Est¨¢ Guerra y poco m¨¢s. Ten¨ªais que haber visto jugar a Potele... Ese s¨ª que era un delantero. Como gan¨¢bamos dos reales nos daban unas primillas y cuando ve¨ªamos el partido mal le d¨¢bamos el bal¨®n a ¨¦l, o le hac¨ªan penalti o marcaba, y los martes ¨ªbamos a cobrarlas. Era letal. Hasta en las pachangas quer¨ªa ir con ¨¦l¡±, recuerda Felines.
Uno de los factores que est¨¢ haciendo mella en el Rayo es el ambiente que del estadio. ¡°No hab¨ªa visto animar tanto como en estos ¨²ltimos tiempos y el equipo padece el silencio actual¡±, mantiene Felines, y Potele contin¨²a: ¡°Antes ¨¦ramos nosotros los que levant¨¢bamos a la afici¨®n porque nos dej¨¢bamos la piel y jug¨¢bamos muy bien. Las cosas como son¡±.
Pasado. Entonces, estaba arraigada la figura del futbolista de club. ¡°Potele, Cota o yo, antes est¨¢bamos ininterrumpidamente en un equipo diez o quince a?os. La gente te conoc¨ªa al cruzar la calle, tomaba contigo una cerveza... ?ramos una familia. Ahora cada a?o se van muchos jugadores. No se traslada al espectador lo de antes¡±, afirma el abulense, que no ve al Madrid desahuciado: ¡°No van a tirar la toalla. Lo que transmiten por televisi¨®n es que no hay mucha armon¨ªa entre ellos. Veo al Bar?a y ?caray! Est¨¢n m¨¢s unidos. Es vital¡±.
Ben¨ªtez y sus pupilos estar¨¢n bajo la lupa de su afici¨®n. ¡°Su p¨²blico es de gran tron¨ªo, muy exigente¡±, aclara el madrile?o. El Rayo tuvo nexos comunes con la entidad que dirig¨ªa Bernab¨¦u, hubo una ¨¦poca en que fue su filial. ¡°El club ten¨ªa tintes de desaparecer y se hizo cargo el Madrid. Todos pasamos a n¨®mina suya. Cobr¨¢bamos 3.500 pesetas¡±, rememora el centrocampista. Por aquel entonces, el delantero dijo que no a los blancos: ¡°Garc¨ªa Rem¨®n jugaba conmigo en los juveniles rayistas. Me dijeron que ten¨ªa que ir al equipo blanco y lo rechac¨¦ porque trabajaba en Vallecas¡±.
Pero si hay una figura que recuerdan con especial cari?o es la de Di St¨¦fano. ¡°Era un t¨ªo muy salao y sab¨ªa la tira de f¨²tbol. Entren¨¢bamos en el campo de f¨²tbol de Getafe, en el Uralita. No le gustaba la Casa de Campo. Un d¨ªa se nos perdi¨® all¨ª. Salimos a correr, quer¨ªa seguirnos y a la hora apareci¨® la Polic¨ªa y sali¨® de la parte trasera del jeep espet¨¢ndonos: ¡®?Che, d¨®nde se metieron?¡±, rememora Felines entre carcajadas. Eran otros tiempos. ¡°Nuestros aficionados eran Alfredo Landa, Jos¨¦ B¨®dalo o Manolo Escobar. B¨®dalo dec¨ªa que iba al Real Madrid a ver a Amancio y al Rayo, a nosotros. Siempre le daba un cafecito y entraba al vestuario¡±, cuenta Potele. Vivieron hasta fogatas en la grada. ¡°Era un campo viejo y la gente estaba de pie y hab¨ªa una barandilla para apoyarse. Se hac¨ªan fogatas por el fr¨ªo. ?Hasta gachas y callos cocinaban!¡±. Instantes que siguen encendiendo los ojos y dibujando una sonrisa en estos dos ¨ªdolos de Vallecas...
En el caj¨®n de los recuerdos tambi¨¦n tiene cabida la emoci¨®n. Su nombre, Laurie Cunningham (delantero con pasado blanco y vallecano), quiebra la voz de Felines: ¡°Aunque no estuviera convocado no hab¨ªa partido en que no me desease suerte. Cuando falleci¨® en Madrid, en la carretera, me acerqu¨¦ al Anat¨®mico Forense. Era extraordinario, entra?able¡±.