El Atleti gana, Tiago se rompe
Otro gol de Griezmann da la victoria al Atl¨¦tico, que se mantiene a cuatro puntos del l¨ªder. Debut¨® Thomas, Torres se qued¨® sin marcar el gol 100 y Tiago, lesionado de gravedad.
Escribo que Griezmann vuelve a marcar y que el Atl¨¦tico suma su d¨¦cimo partido sin derrota. Escribo que Simeone agit¨® el once y le sali¨® bien su apuesta por los bajitos (?liver, mejor; Vietto, peor). Escribo y escribo pero todo me suena hueco, como vac¨ªo. Porque mientras escribo una imagen no se me va la cabeza. No se va y lo tapa todo. Es la de Tiago mientras se lo llevaban en la camilla, tap¨¢ndose la cara con las manos, con un gesto terrible de dolor que enmudeci¨® el Calder¨®n. Tiago march¨¢ndose roto del estadio. Y la grada despidi¨¦ndole en pie, con un ¡°Tiagooo, Tiagooo, Tiagooo¡± que sonaba infinito y af¨®nico; que pon¨ªa la piel de gallina y, a la vez, era como un pu?etazo en la boca del est¨®mago.
Porque Tiago se iba del campo y el asunto no ten¨ªa mala pinta, no, ten¨ªa peor. Antes de que la caseta lo engullera, el portugu¨¦s se llevaba una mano a la tibia derecha. Ah¨ª se hab¨ªa hecho da?o un minuto antes, en el 27¡¯, cuando en un cruce por un bal¨®n golpe¨® a Asensio con la pierna en el gl¨²teo. Fue una patada extra?¨ªsima de fatales consecuencias. Lo contaba el gesto l¨ªvido de Simeone cuando el rojiblanco cay¨® al suelo y comenz¨® a agitar la mano con alarma. Tiago es un jugador sin sustituto y ¨¦sta, quiz¨¢, estaba siendo la temporada de su vida. A sus 34 tapaba, distribu¨ªa y creaba con la cabeza de un abuelo y las piernas de un chaval. Era reloj, br¨²jula y pulm¨®n. La clarividencia del equipo. ¡°No podr¨ªamos pagar a dos como ¨¦l¡±, dec¨ªa hace poco Simeone. Ayer fue lesionarse y al Atl¨¦tico se le hizo de noche durante muchos minutos.
Hasta su lesi¨®n, el Atl¨¦tico hab¨ªa dominado al Espanyol todo el tiempo y en todo el campo. Tambi¨¦n lo hac¨ªa en el marcador, desde que en el 2¡¯ ?liver se sacara de la bota una exquisitez y filtrara un pase al punto de penalti, donde estaba Griezmann, que s¨®lo tuvo que meter la puntera para cruz¨¢rsela a Pau. El gol, por cierto, retrat¨® lo que es la defensa del Espanyol: Fuentes lleg¨® tarde a tapar a ?liver y Rocco ni se enter¨® de que su deber era intentar frenar a Griezmann. Lo dicho, un desastre.
El Atl¨¦tico jugaba a placer despu¨¦s del gol, con ?liver repartiendo juego, Filipe muy activo en la izquierda y Sa¨²l haciendo muy bien de Gabi. Tambi¨¦n es cierto que el Espanyol no fue rival nunca, ni en la primera ni en la segunda parte. Un dato: en los 90 minutos no dispar¨® ni una sola vez a puerta y as¨ª es imposible ganar un partido. En el Calder¨®n se mostr¨® como un equipo plano, horizontal y sin ideas. De Asensio no hubo noticias y de Caicedo casi que lo mismo. Tampoco supieron aprovechar los minutos en los que pudieron hacerle da?o al Atl¨¦tico, que fueron los que siguieron a la lesi¨®n del portugu¨¦s. Simeone reorden¨® al equipo: puso a Sa¨²l de Tiago, Koke y ?liver por delante, Griezmann y Carrasco en las bandas y Vietto s¨®lo arriba, pero la plantilla tard¨® 45 minutos en reaccionar, en aprender a jugar sin Tiago.
Y ah¨ª ayud¨® el debut de Thomas, que sali¨® por Vietto y jug¨® con orden, ganas y un desparpajo apabullante. Casi marca en el 90¡¯, pero su disparo desde la frontal lo ataj¨® Pau, el mejor perico. Tambi¨¦n lo intentaron Torres, Carrasco o Juanfran. Y la madera rechaz¨® un disparo de God¨ªn y otro de Koke se fue, por mil¨ªmetros, fuera. Porque el Atl¨¦tico cre¨® pero, como en partidos anteriores, le falt¨® acierto. Eso s¨ª, efectividad le sobra y, con eso, de momento le vale para seguir al Bar?a.
La afici¨®n no se hab¨ªa dispersado a¨²n de los alrededores del Calder¨®n cuando se confirm¨® lo que parec¨ªa, el peor de los pron¨®sticos, que el portugu¨¦s se hab¨ªa roto?la tibia. Y lo escribo y a mi cabeza, entre la pena, alg¨²n destello. Brotes verdes. El partido de Sa¨²l. El de ?liver. El debut de Thomas. Los llamados a ser Tiago hasta que el portugu¨¦s regrese y el Calder¨®n pueda volver a dedicarle ese ¡°Tiagooo, Tiagooo, Tiagooo¡± largo y af¨®nico, sin que ya duela. Ay.